En una medida excepcional, la Comunidad de Madrid y el Gobierno vasco han decretado el cierre de los centros educativos de Madrid, Gasteiz y Labastida durante dos semanas para frenar la epidemia del Covid-19, pero sin un plan de conciliación.
Por primera vez desde que Emma va a la escuela, y ya está en tercer curso de primaria, dispone de papel higiénico en el baño, jabón para lavarse las manos y papel para secarlas. Por primera vez en no se sabe cuántos años, y ante la epidemia del coronavirus, la escuela pública a la que asiste en Bilbao ha aplicado medidas mínimas de higiene entre los escolares.
En Gasteiz y Labastida han sido mucho más estrictos: el Gobierno vasco ha decretado el cierre durante 14 días de todos sus centros educativos, desde educación infantil hasta la universidad. Horas después, se sumaba la Comunidad Madrid. ¿El motivo? Evitar las aglomeraciones para frenar el avance de la epidemia.
Las redes sociales enseguida vieron en esa medida un foco de contagio, ya que muchos niños, portadores natos de cualquier enfermedad, pasarán a ser cuidados por sus abuelos, la franja de población que presenta la mortalidad más elevada ante este virus. Pero más allá del chiste fácil de Twitter, las familias se encuentran ante una situación excepcional —es la primera vez que se toma esta medida— sin un plan que la acompañe, tampoco en los trabajadores afectados.
“Gobierno vasco no ha llevado un guión preparado, ni nos ha comunicado si cada centro educativo puede gestionar el teletrabajo o la jornada continua. Habría que haber afinado un poco más el protocolo”, indica Aitor Idigoras, miembro del sindicato Steilas, el mayoritario en la educación vasca, que ha estado presente en la reunión de urgencia que ha mantenido el Ejecutivo vasco. Además de la falta de medidas laborales, el sindicato ha mostrado que la cuarentena ha creado “incertidumbre en el aspecto curricular”. Tras el parón sanitario hasta el 23 de marzo, los escolares tienen vacaciones del 3 al 19 de abril y el 28 y 29 de abril, con motivo de la fiesta local de San Prudencio.
Desde Madrid, Sira, una madre con dos hijas en edad escolar, asegura que la medida “ha sido totalmente inesperada, los grupos de whatsup echaban humo”. “No podemos creernos que una tarde se tome una decisión que afecta de forma tan brutal a tantísimas familias. Y el hecho de que sugieran que las personas que no pueden teletrabajar deben pedir permiso por cuidados implica que no están acostumbrados a tratar ni con infantes ni con la mayoría de empleadores”, critica Sira. Esta madre no solo duda de que cualquiera pueda tomarse uno de estos permisos enunciados sin poner en riesgo su trabajo, si no que cuestiona la concepción de teletrabajo de la administración madrileña: “Presuponer que una puede trabajar con sus hijas o hijos en casa, como si nada, es de gente que no se enfrenta a dilemas de conciliación en su cotidianidad”, remata.
Ninguna de las comunidades ha ofrecido un plan de conciliación a las familias afectadas, ni siquiera a las monomarentales, ni una alternativa al comedor escolar de los niños becados.
Madrid es la comunidad con más casos de virus registrados, con un total de 577 positivos hasta ayer 9 de marzo. Le sigue País Vasco, con 149. Ambos territorios aún presentan focos incontrolados, reconoció el Ministerio de Sanidad. Araba es también el territorio donde se haya el mayor foco del Estado, con 60 positivos en un funeral celebrado en Gasteiz a finales de febrero, junto con otros dos focos importantes: el personal sanitario del Hospital de Txagorritxu y la residencia Sanitas San Martín.
Las residencias de ancianos también han tomado medidas preventivas al respecto. Pero como en las escuelas, tampoco se han tenido en cuenta las necesidades de cuidados. Además, han mermado el derecho a huelga de las trabajadoras de residencias, ya que las diputaciones han ampliando los servicios mínimos, ya de por sí amplios.
Las visitas a las residencias se han restringido a un familiar por día. Aunque durante el día de ayer, las informaciones eran caóticas. “Algunas prohibieron todas las entradas, mientras que en otras restringieron el acceso del número de familiares, el tiempo y si llevaban comida propia. Todas estas alteraciones afectan negativamente a las personas mayores, que ya de por sí están alteradas al ver las noticias en la televisión. Es en situaciones así cuando más necesitan nuestro cariño, y ahora es cuando menos se lo podremos dar”, explicaba Xabier Pierrugues, de la asociación de familiares dependientes Gipuzkoako Senideak.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/sin-escuela-ni-conciliacion