Sebastián Ieraci, integrante del grupo de alumnos que en 2014 impulsó la apuesta por la energía solar en la Escuela de Educación Media Antonio Devoto, junto a Marcelo Mazzeo, director del centro público, ubicado en el barrio residencial de Villa Devoto, alejado del centro de Buenos Aires pero de gran vitalidad. Foto: Daniel Gutman/IPS
BUENOS AIRES, 17 mar 2020 (IPS) – “La idea se nos ocurrió a un grupo de compañeros del colegio en 2014, pero nunca creímos que pudiera hacerse realidad”, cuenta Sebastián Ieraci, un joven de 23 años, mientras señala la multitud de paneles solares fotovoltaicos que brilla en la azotea de la Escuela de Educación Media Antonio Devoto, en la capital de Argentina.
Se trata de uno de los primeros centros públicos de Buenos Aires que logró, desde noviembre pasado, abastecerse en 100 por ciento de electricidad con la energía renovable que se genera en el propio edificio.
Aunque hoy son solo siete las escuelas y colegios estatales de la ciudad que poseen paneles solares, las autoridades aseguran que ya tienen identificados otros 140 edificios escolares que reúnen las condiciones adecuadas de radiación solar para generar energía y que el plan es sumar a todos paulatinamente a la generación fotovoltaica.
“Ahora nos están viniendo a ver de escuelas de distintos lugares del país, para ver cómo hicimos nosotros y poder imitarnos”. Marcelo Mazzeo.
Pero tal vez lo más interesante de este caso es que fue el entusiasmo de los propios estudiantes por las energías limpias y la participación de la comunidad lo que permitió que esta escuela fuera elegida para una experiencia que es nueva en Buenos Aires.
Ieraci, que llega a su antigua escuela apurado luego de salir de su trabajo en un depósito de pinturas, cursaba su último año de educación media (de 13 a 18 años) en 2014, cuando los profesores de Derecho le propusieron a él y a sus compañeros que pensaran un proyecto para el programa La Legislatura y la Escuela.
Se trata de una actividad que se realiza desde hace más de 20 años, en la que se invita a estudiantes avanzados de centros secundarios a que presenten propuestas a la Legislatura (parlamento) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en las áreas de Ambiente, Espacio Público, Tránsito y Transporte y Seguridad.
Una vez que lo hacen, los estudiantes se sientan durante una tarde en las bancas de los diputados a discutirlos con alumnos de otros centros.
“Se nos ocurrió proponer la instalación de paneles solares porque sabíamos que la azotea de la escuela no tenía ningún uso y que hacerlo podía ser doblemente beneficioso, en lo ambiental y lo económico, ya que la escuela podría generar su propia energía”, cuenta Ieraci durante la visita de IPS a su antiguo centro estudiantil.
Vista aérea de las azoteas de las escuelas de primaria y media situadas frente a la plaza de Villa Devoto, un barrio residencial de la capital argentina. Entre los dos suman 200 paneles solares y una capacidad instalada de 70 kilovatios y cuyo excedente están inyectando ya a la red eléctrica de Buenos Aires. Foto: Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
“A partir de ahí, con mis compañeros buscamos información y al cabo de un mes presentamos el proyecto. Entonces era una utopía y hoy ver estos paneles me da mucho orgullo, porque este es un colegio que genera un sentido de pertenencia”, explica.
Energía distribuida en la Argentina
Los dos centros escolares Antonio Devoto cuentan con dos azoteas que forman prácticamente una continuidad, que suma 200 paneles solares. La escuela primaria es, según el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el primer edificio público en Argentina que no solo genera su propia electricidad sino que además inyecta el excedente a la red.
La ley de energía distribuida fue aprobada en 2017 pero solo se la reglamentó y puso en vigor fines de 2018
De acuerdo a la última información oficial, publicada en enero, hay en total 400 usuarios en Argentina que iniciaron el trámite para poder volcar a la red el excedente de electricidad generada por ellos y 78 de ellos ya lo están haciendo.
Buena parte están en Buenos Aires, que al sumar su área metropolitano, la llamada Gran Buenos Aires, totaliza 13 de los 40 millones de habitantes del país.
Este centro se ubica en un gran edificio de dos plantas que conserva el estilo de la vieja casona que mandó a construir allí a principios del Siglo XX el inmigrante italiano Antonio Devoto, al que se considera fundador del barrio residencial de clase media que hoy lleva su nombre.
El establecimiento está ubicado frente a la plaza principal de Devoto, en una zona con muchos árboles añosos y pocos edificios altos, llena de bares y restaurantes, que está alejada del centro de Buenos Aires pero sorprende con su vitalidad.
El proyecto de paneles solares de los adolescentes de Devoto fue el ganador entre las más de 70 iniciativas que alumnos de colegio presentaron en 2014 a la Legislatura local, y en 2016 el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo puso en marcha, con un primer paso que fue comenzar estudios de factibilidad en más de 600 edificaciones escolares.
Pero fue en 2017 cuando la escuela recibió el empujón definitivo para acercarse a la energía solar, ya que el colegio volvió a presentar el proyecto en un concurso, esta vezen BA Elige, un programa de participación ciudadana en el que los más de tres millones de habitantes de Buenos Aires votan los proyectos que quieren que se lleven adelante.
En esa oportunidad, los vecinos de Devoto opinaron a través de Internet, respaldaron la instalación de paneles solares en las escuelas del barrio y posibilitaron así al Estado adjudicar el presupuesto.
Así, la instalación comenzó en agosto de 2019 y llevó tres meses: la secundaria Antonio Devoto tiene, en funcionamiento desde noviembre, 87 paneles solares rectangulares, de dos metros por uno.
Enseguida se sumó la colindante escuela primaria, con el mismo nombre, que desde enero tiene funcionando 113 paneles solares. Las azoteas están una junto a la otra, por lo que son prácticamente una continuidad de 200 paneles en total.
Los paneles solares se adueñaron de toda la azotea de la Escuela de Educación Media Antonio Devoto, en Buenos Aires, que hasta el año pasado no tenía ningún uso. La idea de utilizar el techo para generar energía renovable fue de los alumnos que en 2014 cursaban el último año, quienes presentaron un proyecto al parlamento de la capital de Argentina. Foto: Daniel Gutman/IPS
“En la secundaria los paneles tienen 30 kilovatios (kW) de capacidad instalada y en la primaria, 40. Pero lo más interesante es que la primaria está inyectando a la red eléctrica de la ciudad la energía que no consume y así se genera un crédito con la compañía eléctrica”, explicó a IPS el ingeniero Andrés Valdivia, coordinador del área de Acción por el Clima del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma.
El Ministerio asegura que las 140 azoteas escolares declaradas aptas para la colocación de paneles –porque tienen pocos edificios altos alrededor y reciben buena radiación solar- suman 145 000 metros cuadrados de superficie y podrían tener una potencia instalada total de 13 megavatios (MW).
Las energías renovables –básicamente, solar y eólica- tuvieron un gran crecimiento en Argentina desde que en septiembre de 2015 se creó por ley un fondo para financiar la construcción de instalaciones y para garantizar la compra de la energía generada.
De hecho, la incidencia de las energías renovables en la matriz eléctrica, que era de apenas el 2,2 por ciento a comienzos de 2016, llegó a casi ocho por ciento a fines de 2019, según datos oficiales.
Sin embargo, ese crecimiento no continuará porque el mal escenario económico argentino -la devaluación de la moneda local y la recesión- provocará que a partir de 2020 casi no se inicien nuevos proyectos, según coinciden los analistas del sector.
Parte del frente de la escuela secundaria Antonio Devoto, que fue construida sobre lo que era una vieja casona que pertenecía al inmigrante italiano, reconocido como fundador del barrio de Villa Devoto, en Buenos Aires, la capital de Argentina. Foto: Cortesía de Marcelo Mazzeo
“La nuestra no es una escuela técnica, sino que tenemos orientación en Economía y Administración. Pero el interés de los chicos en la transición energética nos sorprendió e hizo que tuviéramos que generar entre todos mucha información sobre el tema”, contó Marcelo Mazzeo, director de la Escuela Secundaria Antonio Devoto, que con la de primaria tiene 500 estudiantes, divididos en cada una en dos turnos.
“Ahora nos están viniendo a ver de escuelas de distintos lugares del país, para ver cómo hicimos nosotros y poder imitarnos”, agregó a IPS.
Félix Aban, que fue uno de los profesores de Derecho que trabajó con los alumnos en el proyecto y que ahora es el vicedirector del centro, contó que “una de las cosas más interesantes fue que en 2014 los chicos pensaron en que la energía excedente generada por los colegios en sus colegios podía volcarse a la red eléctrica, cuando la posibilidad ni siquiera estaba prevista en la Argentina”.
Efectivamente, la ley de energía distribuida (o descentralizada) fue aprobada por el legislativo Congreso Nacional en 2017, bajo el nombre oficial de «Régimen de fomento a la generación distribuida de energía renovable integrada a la red eléctrica pública».
“Ellos investigaron y averiguaron que en otros países ya había generadores individuales volcando energía eléctrica a la red. Por lo que podemos afirmar que los chicos de este colegio fueron unos verdaderos adelantados”, dijo Aban.
E: EG
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/03/jovenes-llevan-energia-solar-escuelas-capital-argentina/