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¿Importan las vidas palestinas?

Fuentes: Redress Information & Analysis

Foto: Un policía israelí con la rodilla en el cuello de un manifestante palestino

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Según el Gobierno del Reino Unido, que continúa respaldando y adulando al indigno régimen israelí que los aterroriza, los desposee y los mata, la vida de los palestinos no importa.

Últimamente los activistas contra el racismo y sus compañeros de ideología han destrozado estatuas en el Reino Unido, incluido un monumento a Winston Churchill. Incluso Nelson está amenazado. Y Robert Peel, como Churchill, ha sido cerrado como protección. Increíblemente Robert de Escocia, que reinó desde 1306 hasta 1329, héroe de Bannockburn y portador de la independencia, ha sido calificado de racista por los dibujantes de graffitis. Bruce (o de Brus), Conde de Carrick y séptimo señor de Annandale, era de ascendencia normanda, creo. ¿Entonces toda nuestra historia y cultura medieval –desde 1066- está concenada? Si es el sistema feudal y la lucha entre los poderosos señores y sus humildes vasallos lo que molesta a los agitadores hipersensibles de la actualidad, la mayoría de nuestros libros de historia tendrán que retirarse de los estantes y nuestros monarcas serán enviados al basurero para apaciguarlos.

¿Por qué estos agitadores no buscan a los racistas modernos para reclamarles? En cuyo caso, podrían centrarse en «la ocupación israelí de Palestina con la rodilla en el cuello«, como lo describe Leslie Bravery. Esta entidad brutal ocupa ilegalmente Palestina y parte de Siria y está llena de malos sin ninguna característica redentora. Han estado ocupados limpiando étnicamente a los palestinos nativos y robando sus tierras durante siete décadas. ¿Y qué hay de sus muchos partidarios en lugares encumbrados? ¿Cómo deberíamos llamar a las personas que defienden lo indefendible, que admiran a los despreciables, que aplauden la expulsión a punta de pistola de civiles pacíficos y la confiscación de sus hogares?                                        

Ser amigo de Israel, como la mayoría del Partido Conservador en Westminster, significa aceptar el terror y el racismo sobre los que se construyó el Estado de Israel. Significa aceptar el despojo de los inocentes y la opresión de los impotentes. Significa adoptar las leyes discriminatorias contra aquellos que obstinadamente permanecen en su tierra natal. Significa aceptar la bota militar de los delincuentes que secuestra a civiles, incluidos niños, y los encarcela y tortura sin juicio. Significa aceptar el robo y la anexión de tierras y los recursos hídricos palestinos, la imposición de cientos de puestos militares de control, las severas restricciones al movimiento de personas y bienes y la máxima interferencia en la vida palestina a todos los niveles.

Significa no preocuparse de los baños de sangre infligidos por Israel en Gaza y no sentirse demasiado molesto por ver volar a cientos de niños en pedazos, mutilar a miles más, destrozar infraestructura vital como hospitales, escuelas, plantas de energía y suministros de agua limpia y causar miles de millones de dólares de devastación que costará 20 años reconstruir. ¿Y de dónde viene el dinero? Así es, de ti y de mí.

Significa hacer la vista gorda ante el estrangulamiento de la economía de Cisjordania y el cruel bloqueo de 14 años en Gaza. Significa respaldar la negación del derecho de los palestinos a la libre determinación y al regreso a sus hogares. Significa ignorar la guerra religiosa que humilla a musulmanes y cristianos y les impide visitar sus lugares sagrados. Significa aceptar dócilmente una situación en la que los contribuyentes estadounidenses y británicos en apuros tienen que subsidiar la ocupación ilegal de Tierra Santa por parte de Israel.

Y si después de todo eso sigues siendo el amigo especial de Israel, ¿dónde está tu autorrespeto?

La complacencia hacia Israel ha sido inmensamente costosa en sangre y tesoros y estúpidamente dañina para nuestra reputación. ¿No es ridículo que una potencia militar extranjera que no tiene en cuenta el derecho internacional y rechaza las convenciones y acuerdos sobre armas pueda ejercer tal influencia en la política exterior de los Estados Unidos y el Reino Unido?

Todos los que están fuera de la burbuja de Westminster y de Washington saben perfectamente que no puede haber paz sin justicia en Tierra Santa. En otras palabras, no habrá paz hasta que termine la ocupación. Todos saben que el derecho internacional y las innumerables resoluciones de la ONU aún esperan su cumplimiento. Todos saben que Israel no cumplirá a menos que se impongan sanciones. Todos saben que el asedio a Gaza no se levantará hasta que se envíen buques de guerra.

Más aún, ahora todos saben que Estados Unidos no es un mediador honesto, que Israel quiere mantener la situación y que la justicia no vendrá de más «negociaciones» falsas. Ni tampoco la paz. Todos saben quién es la verdadera causa de la agitación en el Medio Oriente. Y todos saben que las palabras vacías y apremiantes del Gobierno de Su Majestad no sirven para nada, excepto para prolongar la miseria diaria de los palestinos y ganar tiempo para que Israel complete su plan criminal para hacer que la ocupación sea permanente.

Y eso está por suceder.

¡No puedo respirar!

Durante el último año el primer ministro de Israel Binyamin Netanyahu ha estado diciendo que «extenderá la soberanía a todas las colonias», incluidos los sitios que tienen importancia para la seguridad o son importantes para el patrimonio de Israel. Y eso incluirá Hebrón, Jericó y el Valle del Jordán.

La medida sería otro paso importante en el cumplimiento del Plan Dalet de larga data (también conocido como Plan D), que fue el plan de los sionistas para la toma violenta de la patria palestina como un preludio para declarar la condición de Estado israelí, lo que hicieron en mayo de 1948. Fue elaborado por la milicia judía clandestina, la Haganah, a instancias de David Ben-Gurion, entonces jefe de la Agencia Judía.

La intención del Plan D no era solo obtener el control de las áreas del Estado judío y defender sus fronteras, sino también controlar las áreas de presencia judía fuera de esas fronteras y garantizar la «libertad de actividad militar y económica» al ocupar importantes posiciones en terreno elevado en una serie de rutas de transporte.

«Fuera de las fronteras del Estado» era algo curioso de decir cuando nadie admitiría dónde corrían realmente las fronteras de Israel, pero el objetivo era robar tierras que no estaban asignadas a Israel pero que estaban reservadas en el mapa del plan de partición de la ONU para un Estado palestino en 1947. Desde entonces Israel ha mantenido intencionalmente sus fronteras fluidas para acomodar el deseo perpetuo de los sionistas de expansión en territorio palestino y sirio y eventual toma de posesión.

Sin duda con esto en mente, el Gobierno israelí ha confirmado el nombramiento de la Ministra proanexión de colonias Tzipi Hotovely como la próxima embajador de Israel en el Reino Unido. Hotovely es una religiosa nacionalista extremista comprometida con el proyecto «Gran Israel». Como Ministra de Asuntos de las Colonias en el Gobierno israelí, muchos aquí la considerarán una criminal de guerra. Todas las colonias israelíes (una palabra más apropiada sería «ocupación ilegal») en los Territorios Palestinos Ocupados (OPT) violan el Artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra y se consideran ilegales según el derecho internacional. Y muchos ven la política de los okupas de Israel como un crimen de guerra por la sencilla razón de que el Artículo 8 (2) del Estatuto de Roma define «La transferencia, directa o indirecta, por parte de la potencia ocupante de partes de su propia población civil al territorio que ocupa, o la deportación o transferencia de toda o parte de la población del territorio ocupado dentro o fuera de este territorio» como tal «cuando se comete como parte de un plan o política o como parte de una comisión a gran escala de tales delitos» .

Hotovely se hace oír criticando a los judíos estadounidenses por no comprender las complejidades de la región porque «nunca envían a sus hijos a luchar por su país, la mayoría de los judíos no tienen hijos que sirvan como soldados». Ella misma salió del servicio militar obligatorio al convertirse en una guía educativa en Jerusalén y en una emisaria de la Agencia Judía en los Estados Unidos.

Está interesada también en volver a escribir la sórdida historia del Nuevo Israel: «Necesitamos eliminar la palabra ‘ocupación’ y necesitamos redefinir el término ‘refugiado'», dijo. Hotovely rechaza las esperanzas de los palestinos de tener un Estado y en cambio sueña con un Gran Israel que abarque todo el actual Israel más los territorios palestinos, diciendo: «Necesitamos volver a la verdad básica de nuestros derechos en este país… Esta tierra es nuestra. Todo es nuestro. No vinimos aquí para disculparnos por eso”.

Pero, ¿cuál es la verdad de base de su derecho a la tierra? Ella vino allí desde la República Socialista Soviética de Georgia, por lo que una pregunta que inmediatamente me viene a la mente es: “¿Qué vínculos ancestrales tiene ella con Tierra Santa? ¿Ha tenido un chequeo de ADN? ¿Y qué les da exactamente a ella y a su especie el derecho de dominar a los palestinos que han estado allí todo el tiempo?

En Londres, ella reemplazará a Mark Regev, exportavoz de Netanyahu y autor intelectual del programa de desinformación y trucos sucios de Israel. Bajo la supervisión de Regev en enero de 2017, un oficial político de alto rango en la embajada israelí en Londres, Shai Masot, conspiró entre los parlamentarios británicos y otros gusanos en la podrida estructura política para «derribar» a las altas figuras del Gobierno, incluido el diputado de Boris Johnson de la Oficina de Política Exterior, Sir Alan Duncan.

Aparentemente Masot era un activo del Mossad. Sus actividades hostiles no fueron reveladas -como uno hubiera deseado- por los propios servicios de seguridad y medios de comunicación de Gran Bretaña, sino por un equipo de noticias encubierto de Al Jazeera . ¿La respuesta del Gobierno de Su Majestad? «El Reino Unido tiene una fuerte relación con Israel y consideramos que el asunto está cerrado».

En una reunión marginal de la conferencia del Partido Laborista, Miko Peled, portador de  información privilegiada de Israel, advirtió de que «van a hacer todo lo posible, van a difamar, van a intentar todo lo que puedan para detener a Corbyn… la razón por la que se usa el antisemitismo es porque ellos [los israelíes] no tienen otros argumentos…»

Y eso es exactamente lo que pasó. Corbyn, percibido como una amenaza para la estrecha relación de Israel con el Reino Unido, ahora quedó relegado a un segundo plano.

Regev vino a ayudar a silenciar las críticas al régimen israelí. ¿Por qué el cambio a la encantadora Tzipi? Yo diría que está aquí para suavizar los sentimientos provocados por el último acaparamiento de tierras planeado por Israel en la anexión progresiva de Cisjordania. Y Regev, misión cumplida en el Reino Unido, es necesaria en Tel Aviv para defender a Netanyahu del ataque posterior si continúa con la anexión.

La vergüenza de la UE

¿Dónde se encuentra la Unión Europea en todo esto? Hace un año 155 investigadores y académicos europeos presentaron una aguda reclamación a Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidenta de la Comisión Europea, y a Carlos Moedas, Comisionado Europeo de Ciencia, Investigación e Innovación.

Esa carta expresaba la indignación que se sentía en todo el mundo y especialmente en los países europeos, incluido el Reino Unido, por la política de la UE de recompensar sin cesar los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por Israel. Perversamente, cada nuevo acto de brutalidad indescriptible, cada nuevo ataque de fuerza desproporcionada contra los civiles había traído nuevos privilegios, nueva cooperación, nuevos abrazos de una élite entusiasta de la UE. La carta decía, entre otros puntos:

“A pesar de las continuas y graves violaciones del derecho internacional y la violación de los derechos humanos, e independientemente del compromiso de defender los derechos humanos de los países europeos, Israel goza de un estatus excepcionalmente privilegiado en el trato con Europa también a través del Acuerdo de Asociación y ha recibido subvenciones de La Comisión Europea en el área de investigación e innovación (el VII Programa Marco de Investigación y Desarrollo y su sucesor, Horizonte 2020).

Los fondos se otorgan incluso a productores de armas israelíes como Elbit Systems e Israel Aerospace Industries Ltd., los productores de drones letales que se utilizaron en los ataques militares a Gaza contra civiles, junto con numerosas instituciones académicas que tienen estrechos vínculos con la industria militar israelí.

Hacemos un llamamiento a la Unión Europea para que imponga un embargo militar integral a Israel, siempre que Israel continúe violando abiertamente los derechos humanos. Nos preocupa profundamente que los fondos públicos aportados por los contribuyentes europeos se canalicen a un país que no solo ignora los derechos humanos, sino que también utiliza el conocimiento y la tecnología más avanzados para la violación de los derechos humanos”.

El Acuerdo de Asociación UE-Israel tiene mucho por lo que responder. Entró en vigor en 2000 con el propósito de promover (1) la paz y la seguridad, (2) la prosperidad compartida mediante, por ejemplo, la creación de una zona de libre comercio y (3) el acercamiento intercultural. No solo rige las relaciones UE-Israel, sino también las relaciones de Israel con los otros socios mediterráneos de la UE, incluida la Autoridad Nacional Palestina. Para disfrutar de los privilegios de la Asociación, Israel se comprometió a mostrar «respeto por los derechos humanos y los principios democráticos» tal como se establece como una condición general en el Artículo 2, que dice:

Las relaciones entre las partes, así como todas las disposiciones del Acuerdo en sí, se basarán en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos, que guían su política interna e internacional y constituyen un elemento esencial de este Acuerdo.

La palabra “esencial” es fundamental.

Respetar los derechos humanos y los principios democráticos no es opcional. El Artículo 2 permite que se tomen medidas para hacer cumplir las obligaciones contractuales con respecto a los derechos humanos y para disuadir a los socios de seguir políticas y prácticas que no respeten esos derechos. El acuerdo también exige el respeto a la autodeterminación de los pueblos y las libertades fundamentales para todos. Dado el desprecio de Israel por tales principios, si la UE hubiera sido un grupo honorable habría aplicado el Artículo 2 y no habría dejado pasar las cosas. Habría suspendido la membresía de Israel hasta que el régimen cumpliera plenamente. Israel depende en gran medida de las exportaciones a Europa, por lo que la UE ya podría haber obligado a poner fin a la brutal ocupación de Tierra Santa.

Anexión remunerativa

Las preguntas en la Cámara de los Comunes la semana pasada revelaron que el Gobierno planea organizar una conferencia de comercio e inversión entre el Reino Unido e Israel en Londres. Una de esas preguntas anunciaba el hecho de que «las exportaciones israelíes al Reino Unido crecieron un 286% en la última década y los niveles de comercio bilateral están en un nivel récord». El ministro Conor Burns anunció:

“Valoramos mucho nuestra relación comercial con el Estado de Israel y estamos trabajando estrechamente con su Gobierno para implementar el acuerdo comercial y de asociación entre el Reino Unido e Israel… Estamos trabajando con los homólogos israelíes para organizar una conferencia de comercio e inversión entre el Reino Unido e Israel en Londres que se centrará principalmente en determinar e identificar nuevas oportunidades y colaboración entre Israel y el Reino Unido.

Entonces Andrew Percy MP, un notorio títere de Israel, preguntó a la secretaria de Estado de Comercio Internacional qué discusiones recientes había tenido con su homólogo en el Gobierno israelí sobre un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido e Israel. Ranil Jayawardena, respondiendo por el secretario de Estado, dijo que el Acuerdo de Comercio y Asociación Reino Unido-Israel, firmado en febrero de 2019, entrará en vigor al final del Período de Transición en enero de 2021. Permitirá a las empresas comerciar tan libremente como lo hacen ahora, sin aranceles ni barreras adicionales. “El comercio total entre el Reino Unido e Israel aumentó en un 15 por ciento en 2019 a 5.100 millones de libras. Valoramos esta relación comercial y estamos comprometidos a fortalecerla, por lo que buscaremos trabajar con contrapartes en el nuevo Gobierno israelí para organizar una cumbre bilateral de comercio e inversión en Londres».

Así que todavía hay un deseo en el corazón del Gobierno del Reino Unido de recompensar al Israel racista, no solo por su brutalidad de rodilla en el cuello, sino incluso por un crimen de tal magnitud como la anexión que ahoga la respiración.

Fuente: https://www.redressonline.com/2020/06/do-palestinian-lives-matter/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.