Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Siria corre el riesgo de padecer una hambruna generalizada u otro éxodo masivo a menos que se pueda disponer de más dinero para la ayuda humanitaria, según manifestó el jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA).
Antes de que se iniciara la conferencia de donantes en Bruselas de este martes, David Beasley dijo en la BBC que un millón de sirios padecían inseguridad alimentaria y que había ya personas muriendo por este motivo.
La libra siria, la moneda del país devastado por la guerra, se ha derrumbado y los precios de los alimentos están por las nubes.
En su desesperación, muchos sirios podrían no tener más remedio que tratar de huir a Europa como hicieron en 2015, dijo Beasley.
Más de 380.000 personas han sido asesinadas y 13,2 millones más, la mitad de la población anterior a la guerra, se encuentran desplazadas dentro y fuera de Siria desde que comenzó el levantamiento contra el presidente Bashar al-Asad en 2011.
Unos 6,6 millones de refugiados se encuentran dispersos por todo el mundo, la gran mayoría de ellos en Turquía, Líbano, Jordania, Iraq y Egipto, países donde el impacto de la pandemia de la covid-19 ha causado estragos en sus economías.
“La crisis mundial es diferente a cuando hayamos visto probablemente todos en la vida. Pero, francamente, lo que está sucediendo en Siria no tiene precedentes. Es como si todas las peores tormentas hubieran coincidido en el mismo lugar”, dijo Beasley en una entrevista.
El director ejecutivo del PMA dijo que se necesitaban medidas inmediatas para evitar más sufrimientos y muertes entre los sirios, 11 millones de los cuales necesitan ayuda y protección.
“Tenemos que conseguir el dinero y tenemos que tener acceso a la población. Y en absoluto quiero decir que dentro de un año vayamos a poder seguir especulando, lo necesitamos ahora. Tenemos a un pueblo al borde del hambre ahora, no pueden esperar. La gente va a morir, la gente está muriendo ya mientras estamos aquí hablando”.
Al describir a Siria como “un atolladero político”, Beasley hizo un llamamiento a los países occidentales para que superen su desgana frente a la larga duración de la guerra.
Dijo que las potencias mundiales tienen que conseguir que la ayuda pueda llegar a las zonas controladas por la oposición en Siria, así como a las controladas por el gobierno.
El mensaje de Beasley a los donantes antes de la conferencia del martes 30 de junio fue que los desesperados sirios podrían no tener otra opción que tratar de huir a Europa nuevamente.
“Si no ponemos dinero, esta será la conclusión: vamos a tener una emigración masiva, [o] hambre y explotación por parte de grupos extremistas”, advirtió. “Creo que la gente escapará, como hicieron hace cinco o seis años”.
Si bien las hostilidades en Siria han disminuido en general, hay tensiones y brotes de violencia en el noroeste, noreste y sur, incluido el resurgimiento de grupos yihadistas afiliados al Estado Islámico.
La ONU y sus socios han solicitado 3.800 millones de dólares para el trabajo humanitario dentro de Siria y otros 6.040 millones de dólares para ayudar a los países de la región que acogen refugiados sirios. Sólo se ha conseguido una financiación del 30% y el 19% para cada uno de esos dos presupuestos.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió que la crisis de la covid-19 había tenido un impacto inmediato y devastador en los medios de vida de millones de refugiados sirios y sus países de acogida, donde ha habido fuertes recesiones económicas y la pobreza se ha disparado.
“Los más vulnerables de la sociedad, incluidos los millones de refugiados, han perdido sus ingresos, unos ingresos que eran ya frágiles y escasos, y están hundiéndose cada vez más en la pobreza y las deudas”, dijo en un comunicado.
“La comunidad internacional debe unirse en un apoyo sostenido y regular para los refugiados sirios y los países y comunidades de la región que los han acogido generosamente durante años”.
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