Edward Said definió el marco de Oslo como el “Versalles palestino”, marcado no solo por las exigencias de cesiones continuas y – en su gran mayoría – unilaterales a los palestinos, sino también basado en tres supuestos que se han demostrado equivocados. Uno era que Israel eventualmente otorgaría a los palestinos un Estado ya que le interesaba hacerlo. Otro que EEUU actuaría como un “mediador honesto”. La tercera, y quizás menos comentada en los círculos habituales, era que los palestinos debían abandonar su resistencia para centrarse en la construcción de su Estado, para lo cual serían clave tanto la creación de instituciones como la adopción del paradigma neoliberal … y que – como hemos visto – ha tenido unas consecuencias devastadoras en la composición del pueblo palestino.
Del libro Palestina. Ocupación, colonización, segregación. Capítulo El impacto de la sociedad internacional. Autor, Itxaso Domínguez de Olazábal. Epílogo de Nadia Silhi Chahin. Editorial Catarata.
Oslo supuso la torcedura del brazo del Derecho Internacional en el caso de Palestina. Ya había habido otras torceduras, empezando por la originaria de la guerra, esa instalación del ente sionazi por la fuerza, sin contar con el pueblo palestino, contraria a los principios que la misma ONU se había dado nombrándose pacificadora tras la inutilidad de la Sociedad de Naciones. Si empezaban en el organismo 51 países, con el paso del tiempo se fueron sumando hasta los 193 de hoy en la Asamblea General, que emite resoluciones, y el rincón donde se decide, el Consejo de Seguridad compuesto por 5 países permanentes y 10 que elige la Asamblea para que figuren durante dos años. El Consejo de Seguridad fue tomado por el imperialismo, y si no decide a favor de sus intereses se lo salta y emprende una guerra, sostiene un golpe y la dictadura, establece bloqueos mundiales, invade, presiona económica y políticamente, realiza asesinatos selectivos, comete magnicidios, organiza, financia, entrena, dirige ejércitos mercenarios, bombardea poblaciones ocupa naciones y roba sus bienes, o simplemente los expropia… Todo eso que es contrario a la paz al Derecho Internacional y al Humanitarismo es patrimonio del imperialismo. No debemos olvidar que su carácter genocida dicta la condena a muerte por hambre de quienes no se rinden a todo lo anterior, y es que su carácter genocida, como no podía ser menos, desprecia los Derechos Sociales; su régimen se alimenta de las imposiciones mencionadas, no hay nada más contrario a lo establecido por la ONU. Para finalizar: el poder y la obra del imperialismo estadounidense es el fruto de torcer al mundo su brazo. La ley escrita que defiende la igualdad, la soberanía, la paz, está desconectada de los hechos, la ley escrita solo se corresponde con los hechos cuando los pueblos, en resistencia, mantienen enderezado su brazo, o derrotan a las fuerzas imperiales.
La ruptura en el campo palestino ocasionada por la firma de Oslo se ha tratado de subsanar una y otra vez prometiendo conversaciones entre organizaciones y lo que se ve es que solo un camino distinto al que se ha intentado puede resolver la división. Se está dando un cambio, hay una atmósfera que se expande, la juventud lo capta cada vez más claramente bajo la ocupación sionazi parece anunciarse el espíritu que ansía cada más la liberación, se mueve la comunidad porque los hijos quieren futuro, la esperanza, en esta ocasión, ya no viene con los pronunciamientos desde arriba, artificiosos y como tales se borran al poco, dejando facturas que hunden hasta más no poder, los pronunciamientos ya son muestra pública de fracaso. Por eso la esperanza ya no la ponen los anuncios, la ponen los jóvenes en sus nuevas formas de superar la división por intereses que mantienen lo que hay sirviendo al avance del sionazismo. La esperanza en la unidad práctica se acompaña a ésta para hacer la primera piedra del futuro. La torcedura del brazo palestino causa tanta indignación que supera todos los límites, el cambio por la lucha que defiende el derecho a la Patria se percibe en la base de la sociedad, la gente se aparta de los que se conforman con el brazo torcido, de la misma forma que de otros que acuden a elementos divisorios: la salvación del pueblo solo la va a realizar el propio pueblo, en primer lugar con sus propias fuerzas partiendo de la igualdad en la práctica diaria, en segundo lugar defendiendo la cultura de la defensa y poniendo en valor a quienes no se rinden, y en tercer lugar señalando lo importante que es reconocer al enemigo en la figura del que se le enfrenta y se interpone, con y sin subterfugios.
¿Quién se opone a la Resistencia Popular en Palestina? ¿Quién hace ostentación de fuerza para aplastar, controlar, retener la movilización popular que busca su propio curso, que persigue la soberanía con práctica indeseable para el sionazismo, que le cuestiona sobre el terreno, que pone el Derecho como ideario y se niega a que la entidad neocolonial se burle de él ignorándolo? ¿Qué rueda mueve el corazón de las nuevas generaciones, qué rueda mueve el corazón de las masas palestinas, qué rueda unificadora teme el ente sionazi?: la rueda que tritura la división, que une desarrollándose por la liberación, la rueda que une por la soberanía, la rueda que lucha por la independencia. Unidad popular por encima de los nombres.
El que los sionazis rodeen las ciudades y los campos de refugiados, arrasen aldeas, arranquen olivos, asesinen niños y mayores diariamente, hace transparente su esencia, los asesinos declaran con los hechos que solo dejarán de cometer genocidio si son derrotados. Conforme pasan los días, y más con la toma de su dirección por parte de su orda recontra fascista, el ejército de ocupación ha intensificado su agresión matando diariamente, metiendo en prisión diariamente, descargando castigos a toda la población diariamente, demoliendo más viviendas, expulsando familias, asaltando poblaciones por la noche, ¡recuerdan tanto la acción de las SS en los guetos de Alemania!
Y recordando los actos nazis en los guetos he visto lo que han conseguido los medios de propaganda, periódicos, televisiones, redes, repetidores de la mentira con la que hacen pasar su imposición por normas civilizadas, y con ellas presentan a quienes se defienden como terroristas, que en el caso del pueblo palestino, además de tildarle de terrorista, le han querido colgar el cartel de antisemita, ¿enemigo de si mismo?, ¿los semitas son antisemitas? Las campañas del sionazismo son la aplicación del documento para la propaganda del nazi Goebbels. La Historia sirve para quitar el velo al ejército de ocupación y también sirve para mostrar los valores morales, éticos, la grandeza humana del pueblo común viviendo su Resistencia al neocolonialista. Las campañas publicitarias de los sionazis se planifican con los dictados que compartieron con Goebbels,
Aquí tiene el documento, que luego fue sintetizado en 11 puntos, documento que sus preservadores enterraron después que los autores juzgados y condenados en el Tribunal de Nuremberg. El Tribunal que parecía tan importante, peldaño de justicia sobre el que se creó la Corte Internacional de Justicia: la Asamblea General de las Naciones Unidas, por unanimidad, confirmó los principios del derecho internacional reconocidos por el Estatuto y la sentencia del Tribunal de Nuremberg
https://www.corteidh.or.cr/tablas/r29046.pdf ,
y que ha quedado, como tantos organismos que prometían un futuro en paz, oculto y bajo llave por el sionazismo y sus patrocinadores EEUU y UE, patrocinadores que, para colmo, amenazan con perseguir a los miembros de la Corte Internacional en caso de que ésta admita a trámite cualquier denuncia, se atreva a investigar, juzgar y dictar sentencia sobre lo que hacen las tropas sionazis o estadounidenses en Palestina o en cualquier parte del mundo.
Si hay algo que habla sobre éstos criminales contemporáneos, si hay alguna prueba de qué son, es la impunidad con la que asesinan. Los criminales han conseguido que la lista de los asesinados crezca y crezca, si, pero también han conseguido que el pueblo palestino sienta a sus mártires por encima de las siglas de las organizaciones a las que podrían pertenecer, el pueblo solo ve a sus hijos sin distinción alguna, y parece que cada día le queda más claro que es mejor ver al enemigo como aquél que se interpone en su camino. Por eso no aguanta más que le sigan diciendo que torcer el brazo y aguantarse es la norma que vuela por encima del Derecho. La unidad popular busca su curso.
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