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Trump comienza a desmantelar la política climática, ambiental y energética de la era Biden

Fuentes: La marea climática

En su primer día como presidente, Donald Trump ha firmado una serie de órdenes ejecutivas para sacar a EE. UU. del Acuerdo de París, frenar las ayudas a coches eléctricos, limitar la energía eólica, fomentar la producción de combustibles fósiles y revocar más de una decena de mandatos ambientales y climáticos de la era Biden.

Día 1 de la era Trump y el clima, la biodiversidad y el medio ambiente en general ya sufren las consecuencias. El presidente estadounidense firmó este lunes una orden ejecutiva para retirar (por segunda vez) a Estados Unidos del Acuerdo de París y firmó otras tantas donde prioriza la energía fósil frente a la renovable.

Como ocurrió la anterior vez, deberá pasar un año para que la salida del Acuerdo de París del país históricamente más emisor sea efectiva y se una a Irán, Libia y Yemen como únicos países que no forman parte del pacto. Mientras, dependerá de Trump si EE. UU. envía delegaciones a reuniones o participa en algún acto relacionado con el Acuerdo.

La orden ejecutiva, titulada Putting America First in International Environmental Agreements (Poniendo a EE. UU. primero en acuerdos ambientales internacionales), alega que estos tratados envían el dinero de los contribuyentes estadounidenses a «países que no necesitan, o merecen, la ayuda financiera en los intereses del pueblo estadounidense».

De acuerdo a la orden, el embajador estadounidense ante la ONU «inmediatamente remitirá una notificación formal escrita» declarando la retirada de «cualquier acuerdo, pacto o compromiso similar» bajo el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Además, el escrito señala que «cesará o revocará inmediatamente cualquier supuesto compromiso financiero contraído por Estados Unidos en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático».

Esta es la segunda vez que Trump retira a Estados Unidos del Acuerdo de París. En junio de 2017, al inicio de su primera presidencia, el líder republicano anunció que, a partir de noviembre de 2020, EE. UU. se retiraría del Acuerdo de París, el tratado internacional adoptado en 2015 en el marco de CMNUCC. Pero tan pronto como Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos en enero de 2021, el líder demócrata firmó una orden ejecutiva para reincorporar de forma efectiva al país al acuerdo a partir de febrero de 2021.

El objetivo del acuerdo es «mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales».

En la orden ejecutiva firmada este lunes, Trump pide a los jefes de «cualquier departamento o agencia que planifique o coordine acuerdos energéticos internacionales» que den «prioridad a partir de ahora a la eficiencia económica, la promoción de la prosperidad estadounidense, la elección del consumidor y la restricción fiscal en todos los compromisos exteriores que afecten a la política energética».

Poco antes de abandonar el cargo, Joe Biden incrementó la ambición climática del país, comprometiéndose a reducir las emisiones de gases que causan el calentamiento global entre un 61% y un 66% para 2035 respecto a 2005. Esto, con Trump, dejará de ser una prioridad. Con la salida del Acuerdo de París, Estados Unidos ya no estará obligada a presentar planes climáticos de forma periódica para recortar las emisiones.

Un análisis del medio especializado en clima, ciencia y política Carbon Brief estimó que si Donald Trump se convertía en presidente se podría añadir hasta 4.000 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente a las emisiones acumuladas de Estados Unidos para 2030 en comparación con las políticas de la administración Biden.

Reacciones a la salida del Acuerdo de París

En un comunicado, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo este lunes que Estados Unidos debe seguir siendo «líder en asuntos ambientales» y animó a «ciudades, estados y empresas de Estados Unidos» a que sigan «demostrando visión y liderazgo», trabajando en pro de una economía de bajo carbono. En este sentido, más de 5.000 líderes estatales y locales de EE. UU. ya se han comprometido a mantener los objetivos del Acuerdo de París, lo que representa el 63% de la población del país y el 74% del PIB, al igual que los gobernadores de 24 estados y territorios. 

«Chicago y nuestras ciudades homólogas están, y seguirán estando, a la vanguardia de la acción climática. Mientras la nueva administración federal abandona su deber de proteger el planeta del colapso medioambiental, Chicago no vacilará en nuestro deber de proteger la salud, la seguridad y el bienestar de nuestras comunidades», ha manifestado el demócrata Brandon Johnson, alcalde de Chicago.

Una vez se ha conocido la orden ejecutada por el magnate, el secretario ejecutivo de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, ha salido a recodar que «el auge mundial de las energías limpias es el acuerdo de crecimiento económico de la década» y que «ignorarlo sólo envía toda esa enorme riqueza a las economías competidoras, mientras que los desastres climáticos como las sequías, los incendios forestales y las supertormentas siguen empeorando». Asimismo, le ha recordado a Estados Unidos y su nuevo presidente: «La puerta sigue abierta al Acuerdo de París, y agradecemos el compromiso constructivo de todos y cada uno de los países».

Para la exasesora nacional sobre el clima de la Casa Blanca, Gina McCarthy, con la decisión de Trump, la «Administración está abdicando de su responsabilidad de proteger al pueblo estadounidense y su seguridad nacional».

«La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París es lamentable, pero la acción climática multilateral ha demostrado ser resiliente y es más fuerte que las políticas de cualquier país por separado», apunta Laurence Tubiana, directora general de la Fundación Europea del Clima y artífice clave del Acuerdo de París.

Y quien tampoco ha tardado en reaccionar ha sido China. El portavoz del Ministerio de Exteriores de China Guo Jiakun destacó en rueda de prensa que «el cambio climático es un reto común para toda la humanidad, y ningún país puede actuar solo en su propio beneficio». Y recordó que «la determinación y las acciones de China en abordar el cambio climático permanecen consistentes».

Las otras órdenes ejecutivas firmadas

En su primer día, Trump ha aprovechado para emitir otras muchas órdenes ejecutivas que buscan desmantelar todo lo que tenga que ver con la transición energética y ecológica llevada a cabo por Joe Biden la pasada legislatura.

En una de ellas declara una emergencia energética, lo que podría dar a su administración mayores poderes para aprobar la producción tanto de combustibles fósiles -especialmente en Alaska- como, curiosamente, de minerales verdes críticos, esenciales para la transición energética.

Pero sin duda, la orden que más impacto tendrá es la titulada Dando rienda a la energía americana. En ella, Trump sostiene que «es de interés nacional liberar la energía y los recursos naturales asequibles y fiables de Estados Unidos». En base a esto, quiere «fomentar la exploración y producción de energía en tierras y aguas federales, incluida la Plataforma Continental Exterior», así como de minerales de tierras raras.

Esa misma orden pide eliminar el «mandato del vehículo eléctrico (VE)», algo que no existe en la Ley de Reducción de la Inflación, que lo que ofrece son incentivos fiscales tanto para la fabricación como para la compra de vehículos eléctricos.

Además, esta orden ejecutiva insta a revocar órdenes ejecutivas firmadas por Biden, como la de Protección de la salud pública y el medio ambiente y restablecimiento de la ciencia para hacer frente a la crisis climáticaAbordar la crisis climática en casa y en el extranjeroConsejo Presidencial de Asesores sobre Ciencia y TecnologíaReconstrucción y mejora de los programas de reasentamiento de refugiados y planificación del impacto del cambio climático en la migraciónEstablecimiento de la Oficina de Apoyo al Cambio ClimáticoRiesgo financiero relacionado con el climaFortalecimiento del liderazgo estadounidense en coches y camiones limpiosCatalizar las industrias de energía limpia y el empleo a través de la sostenibilidad federalFortalecimiento de los bosques, las comunidades y las economías locales del paísAplicación de las disposiciones sobre energía e infraestructuras de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022Revitalización del compromiso de nuestra nación con la justicia ambiental para todos.

Asimismo, esta orden pone fin a todas las actividades, programas y operaciones relacionadas con American Climate Corps, un servicio nacional del gobierno estadounidense lanzado en 2023 y centrado en la prevención del cambio climático. Y ahí no acaba, ya que la orden insta a llevar a cabo revisiones a gran escala de la concesión de permisos para infraestructuras energéticas y a terminar con el Green New Deal, una legislación que jamás avanzó en el Congreso. Además,

En otra orden ejecutiva, Trump pide el fin de los arrendamientos y permisos para la energía eólica, que alimenta más del 10% de la red. Y en otra más, el presidente ordena a las agencias que no propongan o emitan ninguna norma sin la revisión y aprobación de un director de agencia designado por él, y pide paralizar las normas aún no publicadas.

Fuente: https://climatica.coop/trump-desmantelar-politica-climatica-ambiental-energetica-biden/