A modo de breve recordatorio
La ocupación, la opresión, la colonización de asentamientos en Palestina (que implica el apartheid y proceso de limpieza étnica) ya existía antes del antes del 7 de octubre de 2023, esto lo corroboran decenas de informes, documentos, testimonios y demás hechos anteriores a esta fecha.
Asimismo, anterior a octubre del 2023 y luego de los acuerdos de Oslo que buscaron ocultar el proyecto de exterminio del pueblo palestino ante la opinión pública mundial. Se estaba perpetrando, sigilosamente, la normalización internacional del régimen colonial sionista. Cabe destacar que se trata de un régimen violador de toda la legislación internacional y de los Derechos Humanos. Aun así, la comunidad internacional continuaba otorgándole impunidad y abriéndoles las puertas a la continuidad de apartheid, usurpación y exterminio.
Pasado el 7 de octubre y luego de estar “oculto” el tema palestino de la agenda internacional, este revive con fuerza y logra acaparar todos los titulares mundiales, incluidos los diarios más destacados del mundo, quienes jugaron un rol muy importante durante este genocidio, afirmando y repitiendo grandes mentiras que hoy, hasta los mismos israelíes, han refutado. El mundo comienza a hablar nuevamente de Palestina por los eventos significativos relacionados con la resistencia palestina.
El genocidio ininterrumpido iniciado hace 15 meses en la asediada Franja de Gaza, generó las movilizaciones donde pueblos enteros de todos los rincones del mundo levantaron la voz, día a día, para que se detenga. Presionaron a sus gobiernos, solicitaron boicot, desinversión y sanciones (BDS). Se logró que algunos gobernantes se sumaran a la condena, pero otros eligieron mirar hacia otro lado e invisibilizar la gravedad de la catástrofe humanitaria que se estaba llevando a cabo. Tras 15 meses de grandes batallas, Gaza nos sacudió y clamó sensibilidad. Gaza nos rompió el corazón. Gaza nos enseñó resistencia y también nos movilizó con fuerza y pasión.
La realidad es contundente. La destrucción, las masacres, las miles de víctimas de un pueblo arraigado a su tierra, valiente y resiliente, demostró ser quien podría colocar límites al colonizador. Una resistencia firme e integral logró que se impusiera, finalmente, un “alto al fuego”, la liberación de muchos prisioneros, un acuerdo humanitario, entre otros aspectos que esperamos se mantengan pese a la poca fiabilidad que merece el ocupante.
Nuevamente los pueblos del mundo esperan, expectantes, una solución urgente para 76 años de resistencia ante un colonialismo bestial que sigue estando presente. Esperan la liberación de Palestina y, con ello, liberarnos todos del sionismo.
Trump y la continuidad del proyecto colonial israelí
Algunos ingenuos pensaron que la supuesta política de “no guerra” del presidente de EE.UU. cambiaría por completo el porvenir de Palestina. Sin embargo, nos enfrentamos de nuevo a la realidad de un nuevo gobierno de los EE.UU., pero que no significa un cambio, porque el poder real no modifica la esencia de su política pro-sionista en lo absoluto. Cambian algunas formas, pero se sostiene el apoyo irrestricto a la potencia colonial. Esto lo hemos visto desde el primer día de la toma de posesión del señor Donald Trump. Lo corroboramos recientemente con su anuncio ofensivo y cínico de exigir a los gobiernos de Jordania y Egipto de recibir a los palestinos. Trump, en sus propias palabras, ratificó que Gaza quedó completamente destruida, confirmando con ello que efectivamente existe un genocidio. Sin embargo, pretende deslegitimar cualquier acuerdo o compromiso internacional.
Trump pretende limpiar Gaza cuando llama a otros países recibir a más de millón y medio de palestinos sobrevivientes del genocidio. Busca normalizar la limpieza étnica. Este señor sugiere controlar la Franja de Gaza y expulsar permanentemente a los palestinos de sus tierras.
Con estas propuestas, Trump expresa nuevamente su apoyo incondicional a Israel e implementa unas políticas de impunidad, autoritarismo y crimen de forma pública, frontal y descarada, nunca vista en la historia moderna. Recordemos que en su mandato anterior su administración tomó decisiones que reforzaron la narrativa israelí y desestimaron las preocupaciones humanitarias, como el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y la reducción de fondos a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
Donald Trump, en el contexto de la limpieza étnica en Gaza, centra su apoyo incondicional a Israel, su retórica deshumanizadora y su compromiso con una solución injusta para el pueblo palestino. Esta postura no sólo ha exacerbado la crisis humanitaria en la región, sino que también socava los esfuerzos por lograr una paz justa. Trump alucina y no recuerda los fracasos que tuvieron los soldados estadounidenses en Irak y en el Líbano anteriormente, tampoco parece haber entendido nada tras la gran demostración de resistencia del pueblo palestino, un pueblo que no venderá su tierra, no creerá en falsas promesas, y en definitiva un pueblo que ha demostrado y dicho que no se rendirá ante el opresor.
Cisjordania
Mientras Gaza se alivia un poco de los bombardeos, pese a varias violaciones del régimen sionista ante el alto al fuego, el genocidio se traslada a Cisjordania y las tensiones crecen minuto a minuto. Jenin, Tulkarem, Tubas, entre otras ciudades, son el blanco del sionismo que de forma macabra intensifica su proyecto de expansión ante la derrota en la Franja de Gaza.
Las mismas acciones agresivas empleadas en Gaza se trasladan a Cisjordania. Ataques y bloqueos a hospitales, destrucción de carreteras, interrupción de acceso al agua y electricidad, detenciones arbitrarias por doquier, torturas, saqueos, restricciones a la libertad de movimiento, destrucción de propiedades, exterminio, asentamientos ilegales se incrementan día a día.
Israel ha destruido gran parte del campo de refugiados de Jenin, este campo alberga a miles de personas, la mayoría descendientes de sobrevivientes de la Nakba 1948. Cisjordania, por décadas, ha soportado los embates del sionismo. Cada vez se agudiza más la ocupación y los grandes responsables son quienes le han otorgado a Israel impunidad, una comunidad internacional y un sistema mundial cada vez más incompetente parece impulsar la desaparición del derecho internacional tiende de una cuerda ante quienes quieren imponer el fascismo como ley.
Sin embargo y a pesar de las difíciles condiciones de vida, los palestinos siguen manteniendo viva la llama de la libertad, el retorno a sus tierras originarias y la construcción de un futuro mejor.
La opinión pública mundial ha cambiado. La gran mayoría ha abierto los ojos ante una realidad muchas veces manipulada por la mediática mundial pero que definitivamente se va desenmascarado cada día.
La resistencia alcanzó hasta ahora la liberación de más de 500 palestinos que permanecían en prisiones israelíes. Cada liberación e intercambio de rehenes ha expuesto aún más las atrocidades que la ocupación israelí viene cometiendo durante décadas. Claros signos de tortura, tratos crueles e inhumanos, privación del sueño, aislamiento, acceso limitado a la atención médica, entre otros testimonios, han sido parte de las políticas permanentes y continuas durante décadas del régimen sionista y que pasado el 7 de octubre se han agudizado. Mientras, por su lado, la resistencia demostró el buen trato y cuidado que le dio a los rehenes israelíes para que no resultaran heridos o muertos, ni siquiera por los bombardeos indiscriminados de la aviación israelí.
En definitiva, la resistencia del pueblo palestino es un testimonio profundo de resiliencia inquebrantable, amor por la vida, la tierra, la dignidad y libertad. Los palestinos hoy siguen demostrando humanidad, y podemos afirmar que en Gaza está surgiendo un nuevo mundo y que, finalmente, son ellos quienes están liberando a la humanidad.
Shuruk Duqqa, escritora y activista palestina.
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