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Imponer un nuevo "statu quo" en Palestina

Las características del restablecimiento de la presencia permanente del régimen israelí en Cisjordania

Fuentes: Viento Sur

El enfoque, las políticas y las prácticas utilizadas por el régimen y las fuerzas israelíes en el marco de la actual Operación Muro de Hierro contra los campos de refugiados y refugiadas palestinas en el norte son una indicación de la imposición de un nuevo statu quo en Cisjordania. Según las declaraciones del régimen israelí, se trata de cambios significativos en la fuerza y la frecuencia de las políticas y prácticas de confiscación de tierras, represión de la resistencia, segregación, fragmentación y aislamiento, con el fin de alcanzar niveles avanzados de expansión colonial y dominio sobre Cisjordania.

En primer lugar: la expansión de la soberanía israelí en principio y en la práctica a través de la política de segregación, fragmentación y aislamiento que abarca bloqueos más robustos y completos, demoliciones masivas de casas y confiscaciones de tierras que exacerban los desplazamientos y traslados forzosos de palestinos. En segundo lugar: utilizar los mismos métodos genocidas que en la Franja de Gaza para eliminar la resistencia y desmantelar los campos de refugiados y refugiadas. En tercer lugar: la eliminación total de la presencia internacional, que comenzó con la prohibición de la UNRWA y se ha extendido a las organizaciones no gubernamentales internacionales. Cuarto: normalización de la presencia militar, de seguridad y civil israelí en las zonas que deberían estar bajo el control de la Autoridad Palestina (AP).

Ampliación de la soberanía israelí en principio y en la práctica

Al tiempo que comete un genocidio en la Franja de Gaza, el régimen israelí impone rápida y decididamente nuevas leyes y hechos sobre el terreno para establecer su dominio colonial en Cisjordania. El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, declaró que “el año 2025 (…) será el año de la soberanía [israelí] en Judea y Samaria [Cisjordania]”, y agregó que había “encargado a la dirección de asentamientos del Ministerio de Defensa y a la administración civil que iniciaran un esfuerzo colectivo, profesional y global para preparar la infraestructura necesaria para la imposición de la soberanía”.

En la práctica, esto significa la aplicación del Plan decisivo de Smotrich, que él y su partido presentaron al régimen israelí en 2017. En este plan, Smotrich identifica dos escenarios principales sobre cómo tratar a los palestinos: La población palestina que renuncie a sus aspiraciones y derechos nacionales podrán permanecer en el Estado judío; si no lo hace, tienen la posibilidad de irse o se verán obligados a irse. El 23 de febrero de 2023, Smotrich fue ascendido a segundo ministro de Defensa israelí y se le confió el control de la empresa de expansión colonial israelí en Cisjordania. Por lo tanto, lo que está sucediendo en Cisjordania es la implementación del plan de Smotrich.

Para el régimen israelí, la confiscación de tierras, los desplazamientos y traslados forzosos y la expansión colonial van de la mano. Además, la construcción de colonias incluye necesariamente la construcción de infraestructuras asociadas, como carreteras de apartheid, cierres y puntos de control adicionales para confinar, contener, fragmentar y aislar aún más a las comunidades palestinas. El 27 de junio de 2024, Israel aprobó la creación de la colonia Nahal Heletz en tierras ubicadas en los suburbios de Belén, con el objetivo de aislar la gobernación (gobierno local), conectar el bloque colonial de Etzion (compuesto por 24 asentamientos) con Jerusalén como parte del plan maestro del Gran Jerusalén, y confiscar todo lo que se encuentra entre los dos. Al día siguiente, cinco puestos de avanzada (colonias establecidas por los colonizadores con el apoyo de las fuerzas israelíes) fueron reconocidos oficialmente por Smotrich y el gabinete de seguridad israelí. En 2023 y 2024, la aprobación por parte de Israel de los planes de expansión colonial alcanzó un nivel récord. Los planes de expansión colonial israelíes para 2025 prevén 1.800 unidades de vivienda al mes. Por lo tanto, no es sorprendente que en diciembre de 2024 el régimen israelí confiscara casi 24.000 dunums (un dunum equivale a unos 1000m2) en Cisjordania, declarando que se utilizarían para la expansión colonial. El régimen israelí también dijo que construiría 1.440 unidades de vivienda para los colonizadores israelíes en las instalaciones de la UNRWA en Sheikh Jarrah, de donde la Agencia fue expulsada debido, una vez más, a la nueva legislación israelí que prohibió la UNRWA.

De junio de 2023 a marzo de 2024, OCHA (Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios) documentó 793 cierres en Cisjordania, que incluyen puntos de control, montículos de tierra, bloques de hormigón y puertas. Esto representa un incremento del 23% en los últimos nueve meses, y no incluye el fortalecimiento y el aumento de las restricciones de movimientos, como el cierre de puertas que antes se dejaban abiertas, la limitación de las horas y el aumento de la presencia de las fuerzas israelíes a unos 100 puntos de control preexistentes. El informe de OCHA no incluye los numerosos puntos de control impuestos después de marzo de 2024. La Autoridad Palestina ha declarado que Cisjordania tenía actualmente al menos 900 puntos de control. Por ejemplo, las fuerzas israelíes cerraron la puerta del puente Jabara (instalado en agosto de 2024), la entrada sur de la ciudad de Tulkarem, impidieron por completo la entrada y salida de personas y vehículos, incluidas las ambulancias y el personal de salud que responde a las llamadas de auxilio, e impusieron toques de queda. Estos aumentos de cierres y restricciones no solo sirven para impedir el acceso a servicios esenciales (como la educación, la atención médica y las respuestas de emergencia), sino también para fragmentar y aislar a las comunidades palestinas entre sí, o incluso para dividirlas en dos. Y lo que es más importante, estas políticas y prácticas exacerban el entorno coercitivo, obligando a los palestinos a irse: si estos cierres se convierten en el nuevo statu quo en Cisjordania, también impedirán el regreso de decenas de miles de palestinos que fueron desplazados por la fuerza tras la Operación «Muro de Hierro».

La operación Muro de Hierro, que comenzó en Yenín, solo dos días después del alto el fuego en Gaza, prosigue y continúa extendiéndose a los campos de refugiados, ciudades y pueblos de las gobernaciones de Tulkarem, Yenín y Tubas. Las fuerzas israelíes no solo han dicho que no tenían intención de retirarse, sino que han indicado que la operación se extendería al resto de los campos de refugiados de Cisjordania. Las fuerzas israelíes han confiscado las casas palestinas de los campos, expulsado a sus habitantes y las han convertido en bases de operaciones. Se trata de un cambio importante en la práctica, ya que la presencia permanente de las fuerzas israelíes en Cisjordania se abandonó en gran medida después de 2005. En los campos de refugiados de Yenín, Tulkarem y otros, así como en sus alrededores, las fuerzas israelíes han desplazado a la fuerza a más de 40.000 personas debido a su invasión y asedio por el Muro de Hierro.

Uso de los mismos métodos genocidas que en la Franja de Gaza para eliminar la resistencia y desmantelar los campos de refugiados

Aplicando prácticas idénticas al genocidio de la Franja de Gaza, la operación Muro de Hierro ha implicado invasiones aéreas y terrestres, el asedio de campos de refugiados y refugiadas, el bombardeo y la destrucción de unas 180 casas palestinas, la muerte de al menos 50 personas palestinas y el desplazamiento de decenas de miles más. Las fuerzas israelíes han destruido  una gran cantidad de infraestructuras, como al menos 5 kilómetros de carreteras y tuberías de agua, y cortaron el agua y la electricidad. Los ataques no se han limitado a la destrucción de infraestructuras residenciales y básicas, sino que también se dirigieron a hospitales, ambulancias y trabajadores de la salud, y obstaculizaron deliberadamente el acceso de las personas heridas a la atención sanitaria. Estos actos demuestran que la destrucción del sistema de salud, como en Gaza, es intencional, para crear condiciones de vida que conduzcan a la destrucción de las poblaciones palestinas que se encuentran allí. En esencia, las fuerzas israelíes están reproduciendo en Cisjordania los actos y prácticas genocidas israelíes en la Franja de Gaza: desplazamientos forzados masivos, destrucción gratuita y deliberada de las infraestructuras residenciales, básicas y de salud, y la creación de un asedio y puestos de control para evitar los desplazamientos, la ayuda y los servicios.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha confirmado que esta «operación» constituía un cambio de estrategia militar y «la primera lección extraída del método de las repetidas incursiones en Gaza». Smotrich se hizo eco de Katz diciendo que “Funduq, Nablus y Yenín deben parecerse a Yabalia”, un campo de refugiados al norte de la Franja de Gaza que fue reducido a cenizas durante el genocidio israelí. En la práctica, la focalización y la destrucción de los campos de refugiados comenzaron antes de la incursión y el asedio de las actuales fuerzas israelíes: desde el inicio del genocidio en Gaza en 2023, el régimen israelí “ha reanudado los ataques aéreos en Cisjordania por primera vez desde la segunda Intifada. En 2024, había realizado 152 ataques aéreos, 82 de ellos en campos de refugiados densamente poblados ”.

Las fuerzas israelíes también han llevado a cabo ataques en las ciudades y pueblos palestinos de Cisjordania, demoliendo más de 160 estructuras palestinas y desplazando por la fuerza a más de 234 personas, principalmente en lo que se ha denominado Zona C. Además, las órdenes de demolición continúan a un ritmo alarmante, con 45 órdenes de demolición de casas emitidas a todo el pueblo de al-Nu’man, establecido antes de 1948, que, si se aplican, conducirán a la limpieza étnica de sus 150 residentes. Se emitieron otras 45 órdenes de demolición de casas en el pueblo de Beit Ummar, en norte de Hebrón, así como en muchas otras aldeas de la región de Hebrón.

El castigo colectivo israelí de los campos de refugiados y refugiadas como incubadoras de la resistencia palestina continúa con el arresto y detención arbitraria de más de 100 palestinos y con los asesinatos selectivos de mujeres, niños y ancianos, con el objetivo de reprimir la resistencia. Las políticas y prácticas utilizadas por las fuerzas israelíes difunden el miedo y el terror, con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, para ejercer el control y la dominación israelíes sobre las poblaciones palestinas y obligarlas a someterse, capitular y, por supuesto, desplazarse.

Nueva legislación israelí contra la UNRWA y la presencia internacional

La nueva estrategia y la nueva legislación del régimen israelí incluyen la eliminación de la presencia internacional en Palestina, y eso no se detuvo en las leyes que prohíben la presencia y las operaciones de la UNRWA. En septiembre de 2023, las visas del personal de unas 200 organizaciones internacionales no gubernamentales fueron congeladas por el régimen israelí, y “cada miembro del personal de una ONG internacional está sin visa de trabajo y no tiene forma de solicitar una”. Desde entonces, el régimen israelí ha aprobado otra ley para negar el registro y los visados de trabajo a las organizaciones internacionales, obligándolas a volver a registrarse y someterse a un proceso de control. El proceso de control estará dirigido por un nuevo comité compuesto por miembros de varios ministerios israelíes, incluido el ministro de Seguridad Pública Ben-Gvir, así como COGAT, Shin Bet, policía y otras autoridades. Este comité estará autorizado a denegar el registro y los visados a las organizaciones que “deslegitimen a Israel”, “actúen en contra de los intereses del Estado de Israel” o pongan en peligro la “seguridad nacional” israelí. La prohibición de la presencia internacional exacerbará aún más el entorno coercitivo al impedir que las ONG lleven a cabo proyectos y servicios esenciales, que se han vuelto particularmente cruciales con el régimen israelí que intenta imponer nuevos hechos sobre el terreno en Cisjordania. Además, la nueva ley, los reglamentos y el comité sirven para silenciar a las organizaciones internacionales y reducir la responsabilidad internacional de proporcionar a las y los palestinos la protección internacional que se les debe.

Normalización de la presencia israelí

Teniendo en cuenta todo lo anterior, el régimen israelí está estableciendo un nuevo statu quo en Cisjordania. A través de invasiones e incursiones que incluyen destrucción masiva, crímenes y asesinatos deliberados, reasentamiento y establecimiento de bases/infraestructuras militares permanentes, aumento del número de puntos de control y la severa restricción del movimiento y el acceso de los palestinos, así como la confiscación y la colonización de vastas extensiones de tierra, el régimen israelí está fortaleciendo su presencia directa. Esta presencia acelerará la dominación colonial israelí total, incluida la eliminación del papel político de la Autoridad Palestina en Cisjordania.

Durante más de 76 años, el régimen israelí ha perseguido incansablemente el objetivo final de su proyecto colonial: controlar el máximo de tierras con el mínimo de palestinos. Mientras implementaba un genocidio en la Franja de Gaza, el régimen israelí ha reformulado y fortalecido su dominio colonial con el objetivo de restablecer una presencia israelí permanente en Cisjordania. Estas leyes, políticas y prácticas tienen como objetivo desmantelar los campos de refugiadas y refugiados palestinos, erradicar la resistencia palestina y expandir su empresa colonial. Mientras el régimen israelí reproduce en Cisjordania los métodos de su genocidio en la Franja de Gaza, la continuación de su dominio colonial y su limpieza étnica sigue siendo un pilar esencial.

El 25 de enero, los expertos de la ONU dijeron: “La impunidad otorgada durante mucho tiempo a Israel permite la despalestinización del territorio ocupado, dejando a los palestinos a merced de fuerzas que buscan eliminarlos como grupo”. Para poner fin a crímenes del régimen israelí como los desplazamientos y traslados forzados, la colonización y el apartheid, así como al genocidio en curso, los Estados deben cumplir con sus obligaciones y tomar medidas concretas en forma de sanciones políticas, económicas y militares. Está claro que, al igual que el régimen israelí apuntó deliberadamente a la Franja de Gaza y a los campos de refugiados  y refugiadas que se encuentran allí, también puso en su punto de mira a los campos de refugiados de Cisjordania. Como tales, las medidas prácticas de los Estados deben incluir la garantía de protección internacional asegurando la presencia y las operaciones de las agencias de la ONU y de las organizaciones internacionales, y en particular de la UNRWA.

BADIL es el Centro de recursos para la Residencia Palestina y los Derechos de las Personas Refugiadas

Texto original: France-Palestina.org, Traducción: Faustino Eguberri

Fuente: https://vientosur.info/las-caracteristicas-del-restablecimiento-de-la-presencia-permanente-del-regimen-israeli-en-cisjordania/