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El silencio de la comunidad internacional da carta blanca a Israel para intensificar el genocidio en Gaza

Fuentes: euromedmonitor.org

La inacción de la comunidad internacional ante los atroces crímenes cometidos por Israel en la Franja de Gaza durante los últimos 18 meses no solo constituye un vergonzoso fracaso, sino que también equivale a un respaldo de facto a nuevas masacres y actos genocidas. Esto facilita la continua matanza masiva de palestinos y la destrucción sistemática de sus medios de subsistencia en un flagrante intento de erradicarlos por completo.

Independientemente de las excusas que pueda presentar Israel, los patrones sistemáticos de asesinatos en masa, la inanición forzada, la privación deliberada de recursos esenciales para la supervivencia y la destrucción total de la infraestructura de Gaza son inaceptables de manera inequívoca. Según la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, estos actos constituyen genocidio y están tipificados como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

Cualquier intento de disfrazar estos crímenes como cuestiones de seguridad o necesidades militares no es más que un burdo engaño destinado a encubrir el crimen de genocidio. Sin embargo, dado que estas acciones tienen como objetivo evidente la erradicación de la población palestina en la Franja de Gaza, tales justificaciones no alteran la realidad jurídica. La comunidad internacional debe rechazar estas defensas de manera tajante y subrayar la urgente necesidad de actuar con rapidez para que los responsables rindan cuentas y evitar que este crimen contra la población de Gaza vuelva a repetirse.

En la madrugada del martes, el ejército de ocupación israelí lanzó cientos de ataques aéreos en las cinco provincias de la Franja de Gaza. Más de 420 personas murieron, entre ellas unos 150 niños y numerosas mujeres, y cientos más resultaron heridas. Estos ataques se dirigieron principalmente contra tiendas de campaña, viviendas civiles habitadas y refugios para desplazados.

Durante aproximadamente cinco horas (de 2:00 a 7:00 de la mañana), los bombardeos fueron continuos y simultáneos, con un ritmo de violencia tal que resultó en la muerte de una persona en la Franja de Gaza cada minuto durante ese lapso.

El asesinato deliberado de un gran número de personas quedó patente en los ataques israelíes. El equipo de Euro-Med sobre el terreno informó que la casa de la familia Qaraiq, en el barrio de Shuja’iyya, al este de la ciudad de Gaza, fue atacada, provocando la muerte de unas 30 personas. Asimismo, la escuela Al-Tabi’in, que albergaba a personas desplazadas en el barrio de Al-Daraj, en el centro de la ciudad de Gaza, fue alcanzada, matando a 25 personas. En el sur de la Franja de Gaza, se perpetraron otras siete masacres en las provincias de Rafah y Jan Yunis, que se cobraron la vida de aproximadamente 60 miembros de las familias Abu Tayr, Al-Humaida, Aslih, Abu Sultan, Jarghoun y Ghaboun.

En muchos casos, los bombardeos israelíes aniquilaron familias enteras: padres, madres e hijos, e incluso familias extensas que incluían abuelos, hijos y nietos, según un análisis de los datos de las víctimas. El ejército de ocupación israelí perpetró estos crímenes más de dos semanas después de cerrar los cruces fronterizos con la Franja de Gaza, impidiendo la entrada de combustible, suministros médicos vitales y todos los demás bienes básicos, incluida la ayuda alimentaria de emergencia. Esto ha provocado el colapso de todos los sectores esenciales de servicios, dificultando aún más los esfuerzos de respuesta humanitaria, especialmente en la prestación de asistencia médica.

Los ataques sistemáticos de Israel contra hospitales e instalaciones sanitarias, el bombardeo directo de ambulancias y equipos médicos, y el asfixiante bloqueo que impide la entrada de suministros médicos y del combustible necesario para el funcionamiento de los hospitales han provocado el colapso total del sistema sanitario de Gaza, que ahora opera prácticamente a capacidad cero. Al dejar que los heridos se desangren hasta morir sin acceso a atención médica, esta destrucción deliberada del sector sanitario conducirá a un aumento catastrófico del número de víctimas, convirtiendo a cada herido en una víctima potencial.

El ejército israelí ordenó de inmediato la evacuación de varias localidades a lo largo de la frontera oriental de la Franja de Gaza tras una serie de intensos bombardeos, obligando a decenas de miles de residentes a huir hacia lo desconocido y llevando la crisis humanitaria a niveles sin precedentes.

Israel intenta justificar sus asesinatos masivos afirmando que sus ataques se dirigen contra individuos buscados o militantes palestinos. Sin embargo, estas afirmaciones rara vez han sido verificadas. Dado que el ejército israelí cuenta con armamento avanzado y capacidades de vigilancia de alta precisión, lo que le permite atacar con exactitud —o al menos con una fuerza proporcional— a individuos específicos, esto no justifica la matanza indiscriminada de civiles. De hecho, Israel busca deliberadamente causar el máximo número de muertes y heridos, atacando a civiles como parte de su política genocida.

Con respecto a la humanidad, la distinción, la necesidad militar, la proporcionalidad y la adopción de las precauciones adecuadas, Israel sigue estando obligado a adherirse a los principios del derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario. Israel tiene la clara obligación de aplicar y garantizar el cumplimiento de estos requisitos durante la planificación y ejecución de todas las operaciones militares. Esto incluye la determinación de la estrategia militar y la selección del armamento de manera que se minimicen las víctimas civiles.

Israel no ha cesado de cometer el crimen de genocidio desde el 7 de octubre de 2023, ni siquiera durante el alto el fuego que violó esta mañana. Ha impuesto deliberadamente condiciones de vida catastróficas a los palestinos y les ha privado de las necesidades básicas esenciales para su supervivencia. Sin embargo, su retorno al uso de la fuerza letal contra civiles amenaza con ampliar el alcance del genocidio y podría marcar la implementación de planes y crímenes aún más peligrosos que los cometidos en los últimos meses, especialmente considerando el pleno apoyo político y militar de Estados Unidos y la injustificada inacción internacional.

Durante el alto el fuego, Israel bloqueó la entrada de suministros vitales, incluidos estaciones de oxígeno, generadores, combustible, equipos médicos, medicamentos y material sanitario, además de detener la reconstrucción de los hospitales que había destruido. Esto subraya cómo sigue devastando el sector sanitario y negando a los civiles el acceso a la atención médica cuando más la necesitan.

Además de reanudar los asesinatos en masa, la ocupación israelí sigue creando condiciones de vida letales destinadas a exterminar a los palestinos de la Franja de Gaza, especialmente teniendo en cuenta el contexto de pobreza, destrucción, hambre, malnutrición y los desastres sanitarios y medioambientales provocados por los ataques militares israelíes desde octubre de 2023.