El Festival de Eurovisión, supuestamente creado para que la música una a los pueblos y construido sobre un código ético de fraternidad y respeto a los derechos humanos, muestra por segundo año consecutivo su verdadera faz.
El Festival de Eurovisión, supuestamente creado para que la música una a los pueblos y construido sobre un código ético de fraternidad y respeto a los derechos humanos, muestra por segundo año consecutivo su verdadera faz.
Este evento musical, supuestamente apolítico, se celebrará el 17 de mayo de 2025 en Basilea. Casualmente, o no, la misma ciudad donde en 1897 Theodor Herzl, el padre del sionismo, tras el I Congreso Mundial Sionista declarara: “Acabo de crear el Estado de Israel”, aunque de facto, como sabemos, esa ilegítima entidad política en base a la Carta de las Naciones Unidas, no fuera creada hasta 1948.
La representante de Israel en Eurovisión sobrevivió el 7 de octubre de 2023 a los ataques de, entre otros, los helicópteros Apache del Ejército israelí sobre los asistentes a un concierto celebrado a pocos kilómetros de la franja de Gaza, tal y como recogieron diferentes medios de comunicación antes de ser censurados. Su canción, teóricamente escrita en clave de superación de trauma, es en realidad una oda a la limpieza étnica del pueblo palestino.
Dice el estribillo: “Todo el dolor pasará, pero nosotros nos quedaremos”. No hace falta ser demasiado perspicaz para entender que ese “nosotros” hace referencia a Israel y que donde piensan “quedarse” es en Gaza, en Palestina. Un endulzamiento, en toda regla, del excéntrico plan del Resort en Gaza de Trump. Tan excéntrico como factible si no lo paramos entre todas y todos.
El nazismo perpetró una de las más horrendas páginas de la historia moderna que, sin ambages, condeno. El Estado sionista de Israel está cometiendo desde hace 77 años una limpieza étnica sobre Palestina y un genocidio, especialmente cruento estos últimos 19 meses, que se ha convertido en otra de las páginas negras y abominables de la historia contemporánea que, sin ambages, también condeno. Ambos, crímenes de lesa humanidad; ambos, crímenes de guerra; ambos, crímenes de genocidio.
Desgraciadamente, ya nada podemos hacer por salvar a las personas gitanas, judías, homosexuales, republicanas…, que fueron asesinadas en Auschwitz y otros campos de la muerte, pero sí podemos detener el exterminio en Palestina y castigar a los culpables: el sionismo y sus cómplices. Cómplices entre los que, sin duda alguna, se encuentran los directivos y consejeros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) que han hecho oídos sordos a las peticiones de las sociedades civiles e incluso de algunos consejos de televisión, entre los que, honrosamente, se halla RTVE, de impedir a la cadena israelí Kan su participación en Eurovisión por su brutal violación de los derechos humanos.
Israel le canta a la expulsión y destrucción del pueblo palestino.
Los niños y niñas asesinadas en Auschwitz le cantan a los niños y niñas asesinadas en Gaza, en Palestina.
Y tú, ¿en qué coro quieres estar?
Lidón Soriano es enfermera de Emergencias sanitarias voluntaria en Palestina.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.