Palestina es una tierra mártir del siglo XX extendida al siglo XXI. La impulsada judeofobia europea estimuló la influencia sionista a finales del siglo XIX, creando una historiografía sobre la base de territorios ajenos acorde a la imagen colonialista-expansionista del austrohúngaro judío Theodor Herzl, impulsor del primer Congreso Sionista en Basilea el 29 de agosto de 1897, para establecer en el territorio ajeno de Palestina un estado judío.

Fregoteando el holocausto europeo socavaron el derecho internacional y provocaron la industria de la culpa, donde todos pueden cuestionar a todos menos a ellos utilizando el falaz pretexto del antisemitismo, cuando en verdad eran europeos-judíos, lejanos a los semitas palestinos. En tanto, sus lobbies económicos-políticos promovieron en Europa y Estados Unidos sus planes sionistas de la partición de Palestina en la ONU para la creación de un estado. Finalmente, plasmado en la Resolución 181 de 29/11/1947, a pesar que la ONU no tiene el poder de una partición territorial ajena y habitada.
Entre los cócteles de la xenofobia, el ruso-judío Zeev Vladimir Jabotinsky, padre de la actual ultraderecha israelí, consideró: “Palestina deberá dejar de ser un país árabe…Una Palestina como Estado judío…Una Palestina judía, pero nada más que judía”. (‘Sionismo de Estado’ Z.V. Jabotinsky, 1936).
Luego, el terrorismo europeo-judío fuertemente armado llegó a Palestina para asesinar a miles de palestinos y destruyera centenares de antiguos poblados palestinos en uno de sus primeros Genocidios contra la población civil. Fagocitados por el retiro de los soldados de la ocupación británica a Palestina el 14 de mayo de 1948, dejando a los sionistas el control militar, para declarar unilateralmente y antijurídicamente sobre las ruinas palestinas la fundación de Israel al que lo llamaron Estado el 15 de mayo de 1948 por David Ben-Gurión y sus cabecillas de extranjeros europeos y rusos judíos-sionistas.

Sin respetar la Resolución de la ONU de la ‘Partición de Palestina 181/II’, que desatinadamente le entregaría el 55% de Palestina a los europeos-judíos-sionistas, con mayor aspiración, ocuparon por la fuerza militar el 78%, incluyendo el sector Occidental de Jerusalem, para un estado judío y el restante pequeño 22% quedaría temporalmente para una Palestina desgarrada que finalmente fue ocupada su totalidad con su capital Jerusalem Este por el reciente instaurado Israel durante la provocada mal llamada guerra de los ‘seis días’ del 5 al 10 de junio de 1967. Ocupando al mismo tiempo por la poca performance de guerra de los regímenes árabes, el Golán de Siria y partes de Egipto-RAU, Jordania e Irak.
Palestina fue asfixiada con embrollos de leyes, complots, traiciones, persecuciones, la demolición de 489 urbes y el exilio de 750 mil de los 1,5 millón de palestinos. Desmoronando un país que en el 7500 aC. guió la civilización humana.
En un mundo enajenado con la martirizada población palestina, el siglo XXI se mantiene impávido con los mismos enredos y la silenciosa filosófica historia de la tragedia, tolerando la avanzada usurpación geográfica, los crímenes, la limpieza étnica, el exilio de miles de palestinos con su derecho legítimo al retorno abolido y el actual cruel Genocidio isarelí. Al cumplirse 77 años de la Nakba (Catástrofe), la usurpación de Palestina y su capital Jerusalem sigue en la actualidad bajo el filoso colmillo sionista clavado en la yugular palestina.
Causa escozor en el actual Genocidio israelí contra niños y mujeres escuchar balbucear al actual fundamentalista ministro de Finanzas israelí, el ucraniano-judío, Bezalel Yoel Smotrich, racista y ferviente activista antisemita contra los semitas palestinos y personaje clave en la legislación israelí para legalizar la anexión de tierras palestinas, asegurar: “Gaza será totalmente destruida y su población serán enviados al sur donde comenzarán a ser extraditados en grandes cantidades hacia terceros países”.
Sin deseos de personificar, no puedo dejar de omitir que, como jerosolimitano (qudsi) filasṭīniyy (palestino), exiliado desde la Nakba a consecuencia del laudo internacional, es tedioso recordar los 128 años de la declaración en Suiza del austrohúngaro-judío Theodor Herzl, pregonando un ‘estado judío’ en mi patria; los 108 años de la británica Carta de Lord Balfour ofreciendo generosamente un ‘hogar nacional judío’ a los sionistas; los 78 años de la antijurídica ‘partición de la ONU’ que dio lugar al arrebato de mi país con sus consecuencias de los 77 años de la Nakba y la cruel anexión de nuestra capital y lugar de nacimiento Jerusalem. El presente Genocidio y la Tragedia de mi pueblo sigue siendo un hilo de sangre que pende del mundo.
*Suhail Hani Daher Akel, fue el primer Representante Diplomático de la OLP y el primer Embajador del Estado de Palestina en la República Argentina.
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