El brutalismo minero es global
Sin duda la imposición de Trump a Zelenskyy de un contrato por sus tierras raras fue entendido como un chantaje, como aprovecharse de su situación para efectuar un robo descarado, como un episodio más de imperialismo estadounidense pero sin tapujos.
La otra cara de ese contrato es que obviamente supone los derechos a extraer y, por tanto, al estar enteramente a su merced, a extraerlos sin ningún obstáculo. Ni normativas ambientales, ni impactos ambientales, ni impactos sociales, ni nada. Lo que sumado a la presunta abundancia de estos minerales en Ucrania, supone mucha destrucción, muchos agujeros, muchos cráteres inmensos, hectáreas y hectáreas de ecosistemas barridos, de paisajes desolados. Casualidad… paisajes desolados que se sumarán a las hectáreas y hectáreas de paisajes desolados por la guerra. Pero sabemos que no es casualidad. Esto supone lo que la minería actual, la minería a cielo abierto conlleva: millones de toneladas de relaves, de mineral tratado desechado, millones de litros de agua contaminada, etc.