Desde el 07 de octubre 2023,las relaciones entre Alemania e Israel están de actualidad. Con EEUU, Alemania es el país que más apoya a Israel y ya desde su creación en 1948. El año pasado, este apoyo llevó a que Alemania fuese acusada ante el Tribunal de Justicia Internacional por su complicidad en el genocidio. A principios de marzo Israel ha comenzado una campaña de hambruna en Gaza. Desde mayo Alemania tiene un nuevo gobierno. Pero la amistad única entre Israel y Alemania continúa.
El comunicado de prensa del nuevo canciller Merz durante la visita del Presidente de Israel a Alemania comienza exponiendo el fundamento de la política alemana en Oriente Próximo: La defensa a ultranza del derecho de existencia de Israel (das Existenzrecht Israels) como razón de Estados alemana (Staatsraison). Este principio es compartido por todo el arco parlamentario y es el fundamento de la política del gobierno actual y también de la del anterior. El canciller Scholz usó la misma frase durante su viaje a Israel el 18 de Octubre 2023.El derecho de existencia de Israel lo defienden a capa y espada tanto los Anti-Deutsch, muy influyentes en la izquierda extraparlamentaria, como los funcionarios del gobierno encargados de velar por la lucha contra el antisemitismo (Antisemitismus Beauftragter). Tocar el derecho de existencia de Israel es poner fin a cualquier discusión educada. Amén. Es la religión civil del holocausto en Alemania y el derecho de existencia de Israel es un dogma incuestionable.
Sin embargo, el derecho de existencia de un Estado no está legislado en el derecho internacional. Es un concepto pseudojurídico que se encuentra más a su aire en la apología de la nación de Ernest Renan (la nación, esa conciencia moral creada por hombres sanos de espíritu, es legítima, tiene derecho a existir). Fuera de la prosa nacionalista, la fundación de Estados es como el matrimonio, básicamente una cuestión de voluntad y oportunidad. En este caso concreto, Israel es fruto de una resolución de las Naciones Unidas. Existir no es un derecho. La creación de Estados procede más bien de una reivindicación política. Aunque los defensores alemanes del derecho de existencia del Estado lo deduzcan de una serie de artículos de ley, los Estados se fundan y se disuelven sin que la ley tenga que proteger su existencia como tal. La lista de Estados desaparecidos es larguísima, pero no se habla del derecho de existencia de la DDR (República Democrática Alemana) o de la República de Weimar. El derecho de existencia es una característica de Israel por su excepcional naturaleza derivada del Holocausto.
En el fondo, “la existencia de un Estado” no es más que una figura retórica que mezcla biología y política. Los Estados no existen.La existencia es una cualidad del viviente, del que respira. Los Estados son una construcción que aceptamos y con consecuencias reales, pero hablar de la su existencia es tan sólo una forma de hablar. El Estado no llora cuando le pegas. Ni siquiera Israel. Son los pueblos, las personas los que existen y los que tienen protección en el derecho internacional. Los Estados pueden desmembrarse como en el caso de Tercer Reich o sufrir innumerables vicisitudes históricas, pero se trata tan sólo de metáforas. Personificar un Estado, como si se tratase de un emoticón con cara triste, pretende inducirnos a sentir una emoción. ¡Pobrecito mío, el Estado!
En un último comunicado, el partido Die Linke (La Izquierda) critica un mapa de Palestina publicado en Twitter como ataque inadmisible dirigido a la aniquilación (Auslöschung) de Israel. Nos encontramos en un marco puramente simbólico, de juegos de palabras, frente a la realidad de la inmensidad de la destrucción de Gaza. Actualmente, Israel ni siquiera está amenazado en su existencia como implica el uso repetido del concepto sino todo lo contrario, es Israel el que está amenazando la existencia física del pueblo palestino. Y al contrario del derecho a la existencia, el derecho a la vida de la población de Gaza está protegido directamente por la ley y declinado en muchas formas. Es el derecho a la vida.
El concepto de Existenzrecht, mezcla de metáfora florida y derecho fulero, sirve más bien para justificar los crímenes de Israel, Estado que defiende actualmente su derecho de existencia contra los civiles desarmados de Gaza y Cisjordania. Existenzrecht recuerda como imagen al Lebensraum (espacio vital) de otro gobierno alemán, conceptos instrumentales para justificar la expansión territorial y limpieza étnica con una metáfora biopolítica. La necesidad de espacio vital (Lebensraum) del Estado alemán fue el concepto usado tanto en la Primera Guerra Mundial como por Hitler para justificar sus conquistas territoriales. De forma parecida la metáfora Existenzrecht justifica la ocupación y los crímenes de guerra de Israel por la necesidad de existencia de un Estado judío.
El gobierno alemán ha hecho de la defensa del Lebensraum sionista su razón de Estado. Pero la razón de Estado tampoco es un término jurídico porque los valores máximos de un Estado están expuestos en la Constitución y ahí no aparece Israel. La razón de Estado se mueve en un mundo moral paralelo. Desde Maquiavelo este concepto se define como el valor moral que justifica que el Estado pueda hacer lo que considere necesario. Una licencia para matar. Como el Estado de excepción, la razón de Estado es una ausencia de legalidad autoproclamada y justificada por una fuerza mayor. En el caso de la razón de Estado, permite cometer crímenes (mal menor) en nombre de un bien superior. Por ejemplo en la lucha contra el terrorismo. El gobierno italiano invocó este concepto para justificar su inquietante actuación en el caso Aldo Moro cuenta Leonardo Sciascia. En el caso alemán, el bien superior es apoyar a Israel.
Es evidente que no se necesita invocar la razón de Estado si no hay que justificar la comisión de un delito. Para apoyar a Gaza no hace falta Staatsräson, para vender armas a un Estado que comete crímenes de guerra sí. Invitar a políticos buscados por la Corte Penal Internacional es romper el compromiso con la legalidad internacional. Invocar la Staatsräson es una admisión de culpa.
El Estado alemán no sólo apoya moral y financieramente a un Estado que está cometiendo los crímenes más odiosos contra la humanidad. Admite que actúa fuera de la legalidad (Staatsräson) y lo justifica por la defensa de un bien superior (Existenzrecht Israels) que pone por encima de la ley internacional y el derecho. Y este razonamiento se presenta como la lección que Alemania ha aprendido de su historia.
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