Introducción:
Estados Unidos ha anunciado hoy que se retiraba de las negociaciones para el alto el fuego en Gaza, a pesar de que Hamás afirmó que seguía comprometido con la diplomacia. Un alto cargo de Hamás declaró a Jeremy Scahill que el enviado Steve Witkoff «está jugando al mismo juego de manipulación, engaño y evasión» y que la retirada es un intento de «una nueva ronda de chantaje».
En una declaración oficial Hamás se mostró notablemente diplomático:
«El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) afirma que, desde el inicio del proceso de negociación, ha actuado con plena responsabilidad nacional y gran flexibilidad en diversas cuestiones, y se ha comprometido a alcanzar un acuerdo que ponga fin a la agresión y al sufrimiento de nuestro pueblo en la Franja de Gaza.
El Movimiento presentó su respuesta definitiva tras amplias consultas con las facciones palestinas, los mediadores y los países amigos, y respondió positivamente a todos los comentarios que recibió. Esto refleja un compromiso sincero con el éxito de los esfuerzos de los mediadores y una participación constructiva en todas las iniciativas propuestas.
Nos sorprenden las declaraciones negativas del enviado estadounidense Steve Witkoff sobre la postura del Movimiento, especialmente cuando los mediadores han expresado su satisfacción y agradecimiento por esta posición constructiva y positiva, que abre la puerta a alcanzar un acuerdo global.
El Movimiento reitera su compromiso de continuar las negociaciones y participar en ellas para ayudar a superar los obstáculos y alcanzar un acuerdo de alto el fuego permanente».
Mientras tanto, es posible que hayas visto que Israel ha lanzado una nueva campaña de propaganda con el objetivo de culpar a las Naciones Unidas de la hambruna que se está produciendo en Gaza. Si alguien de tu entorno está cayendo presa de esa hasbara, por favor, comparte con él/ella este artículo.
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El Gobierno israelí ha dado un giro hacia una nueva estrategia de distracción: la hambruna en Gaza no es consecuencia del bloqueo anunciado públicamente por Israel el 2 de marzo de todos los alimentos que entran en Gaza, ni está relacionada con la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por Israel y Estados Unidos, que sustituyó al sistema de ayuda de la UNRWA, cerrado por Israel, a favor de su propia versión militarizada a finales de mayo. En cambio, según la nueva campaña israelí, la culpa es de las Naciones Unidas. «Cientos de camiones de ayuda han entrado en Gaza con la aprobación de Israel, pero los suministros están parados, sin entregar», declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí el día X. «¿La razón? La ONU se niega a distribuir la ayuda».
Percibiendo claramente un punto de inflexión en la opinión mundial a medida que el número de muertos por inanición aumenta exponencialmente en Gaza, Israel llevó el jueves a decenas de periodistas simpatizantes suyos a un paso fronterizo para llevar a cabo una campaña de relaciones públicas.
La insistencia de Israel en que la ONU debe hacer más en lo que respecta a la ayuda chocó con su posición en las negociaciones de «alto el fuego». En su respuesta presentada a los mediadores el jueves, Hamás insistió en que cualquier acuerdo debe permitir a la ONU reanudar la distribución de ayuda. Israel ha rechazado esa idea. Antes del 2 de marzo, la ayuda se distribuía a través de 400 puntos no militarizados en toda Gaza, en un sistema coordinado por la ONU. La GHF opera en cuatro puntos, tres de ellos en el extremo sur de Gaza, todos ellos en zonas fuertemente militarizadas donde los palestinos son tiroteados y bombardeados a diario cuando intentan acceder a ellos. Aunque Israel ha fingido en las negociaciones exigir que la ONU distribuya la ayuda, ha insistido en que la GHF siga controlando la distribución de la misma. Sólo en el día de hoy, 19 palestinos han muerto mientras buscaban ayuda, según Al Jazeera, y al menos una mujer ha muerto durante una distribución exclusiva para mujeres organizada por la GHF, según han informado fuentes médicas de Gaza a Drop Site.
El punto central de la acusación israelí contra la ONU es una colección de unos 900 camiones de ayuda que ya han cruzado a Gaza, pero que no han podido distribuir la ayuda. Sin embargo, ha sido Israel quien ha impedido activamente que la ONU distribuya la ayuda. Tamara Alrifai, portavoz de la UNRWA, declaró a Drop Site que las restricciones impuestas por Israel al movimiento del personal de la organización han hecho imposible la distribución. «Afirmar que la ONU no está recogiendo alimentos y otros suministros urgentes, y difundir imágenes de que estos productos están simplemente apilados cerca del paso fronterizo es, como mínimo, hipócrita», afirmó. «Desde el colapso del alto el fuego, el Gobierno de Israel ha endurecido aún más sus ya estrictas restricciones, concediendo aún menos permisos a la ONU para moverse por la Franja de Gaza… La norma es que un convoy de la ONU se mueva después de obtener el consentimiento. Nosotros, como ONU, no hemos obtenido permisos suficientes para movernos».
La ONU está deseando entregar la ayuda si Israel actúa de forma seria, afirmó. «Así que la petición es: déjennos hacer nuestro trabajo, dennos permisos de movimiento, cumplan con su obligación en virtud del derecho humanitario internacional de proteger nuestro paso y luego dígannos si estamos cumpliendo con nuestro trabajo», dijo Alrifai. «Es realmente cínico acusar a la ONU de no hacer su trabajo después de semanas de intentar eludir a la ONU a través de la GHF para, en realidad, no cumplir con lo prometido a través de esa supuesta ‘fundación humanitaria’».
En su rueda de prensa del jueves, la ONU dio su explicación más detallada hasta la fecha de por qué la ayuda estaba languideciendo, y Farhan Haq, portavoz adjunto del secretario general de las Naciones Unidas, citó «una serie de factores interdependientes, entre ellos obstáculos burocráticos, logísticos, administrativos y operativos impuestos por las autoridades israelíes; las hostilidades en curso y las restricciones de acceso dentro de Gaza; y los incidentes de saqueos criminales, así como los tiroteos que han causado muertos y heridos entre las personas que se reunían para descargar los suministros de ayuda a lo largo de las rutas de los convoyes».
El domingo por la mañana, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) realizó una entrega de ayuda de la ONU. La directora del PMA, Cindy McCain, viuda del senador John McCain, condenó lo que ocurrió a continuación:
«Poco después de pasar el último puesto de control más allá del cruce de Zikim hacia Gaza, el convoy se encontró con una gran multitud de civiles que esperaban ansiosos para acceder a los suministros alimentarios que tanto necesitaban», dijo. «Cuando el convoy se acercó, la multitud que lo rodeaba fue atacada por tanques israelíes, francotiradores y otros tiroteos. Estamos profundamente preocupados y entristecidos por este trágico incidente que ha causado la pérdida de innumerables vidas».
El ejército israelí le había asegurado que no dispararía contra quienes buscaban ayuda, afirmó McCain, pero lo hizo casi de inmediato. «El violento incidente de hoy se produce a pesar de las garantías de las autoridades israelíes de que las condiciones operativas humanitarias mejorarían, incluyendo que las fuerzas armadas no estarían presentes ni participarían en ninguna etapa a lo largo de las rutas de los convoyes humanitarios», dijo. «Nunca, jamás, debería haber grupos armados cerca o en nuestros convoyes de ayuda, como se ha reiterado en numerosas ocasiones a todas las partes en conflicto».
«Sin estas condiciones fundamentales, no podemos seguir prestando ayuda vital en toda la Franja de Gaza», afirmó. Más de 81 palestinos murieron y cientos resultaron heridos cerca del cruce de Zikim ese día. El incidente dejó cientos de camiones con ayuda aún por entregar, e Israel comenzó inmediatamente a desplegar su campaña para desviar la culpa hacia la ONU.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, calificó la acusación israelí de «teatro del absurdo». Añadió: «Creo que hemos visto lo que ocurre cuando los soldados israelíes están cerca de un convoy de la ONU. ¿Verdad? Lo hemos visto. Hemos visto lo que ocurrió el domingo en el norte de Gaza. Hemos visto a las víctimas y hemos visto la muerte… Kerem Shalom no es un autoservicio de McDonald’s donde nos detenemos y recogemos lo que hemos pedido. Y, francamente, creo que hay una falta de voluntad para permitirnos hacer nuestro trabajo».
Israel sigue rechazando las solicitudes del personal de la ONU para moverse por Gaza y esta semana ha irrumpido en la oficina de la Organización Mundial de la Salud en Deir-al-Balah, al tiempo que presiona a otras organizaciones de la ONU y relacionadas para que evacúen. «A pesar de nuestras repetidas solicitudes, Israel no ha permitido que la ONU esté presente en los cruces, que son zonas militarizadas», dijo Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), a la agencia de noticias AFP. «Por lo tanto, no podemos verificar la cantidad de suministros que hay actualmente en el cruce».
El mismo día de la masacre del domingo, Israel decidió expulsar del país al jefe de la OCHA, Jonathan Whittal, y anunció que sólo concedería visados de un mes a los funcionarios de la OCHA.
Para que la distribución sea un éxito, explicó Laerke a la AFP, «deben dar luz verde a los camiones sin retrasos innecesarios; permitir que los equipos utilicen múltiples rutas más seguras; y ordenar a las tropas que se mantengan alejadas de los convoyes y que nunca disparen a civiles a lo largo de las rutas asignadas, ni en ningún otro lugar… Sin el conjunto completo de condiciones, no se puede llevar a cabo una entrega segura y basada en principios a gran escala. Por lo tanto, incluso cuando se aprueban, esas misiones a menudo se ven obstaculizadas sobre el terreno».
Durante una entrevista en Channel 4, se le preguntó al director interino de la UNRWA, Sam Rose, sobre la afirmación de Israel de que había dado permiso a la ONU para recuperar los camiones. «Están bombardeando el centro de Gaza, donde se encuentra la gran mayoría de la capacidad de la ONU en este momento. Literalmente, no hay forma de que el personal de las Naciones Unidas salga de esa zona. Así que no, no es cierto. No es cierto en absoluto», dijo.
A pesar de la incoherencia de los argumentos israelíes, Estados Unidos intervino el jueves para darles más relevancia. «Es importante que el mundo lo vea», dijo el embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, al compartir las imágenes israelíes de la ayuda en el paso fronterizo. «La ONU ha criticado a Estados Unidos e Israel por los alimentos que realmente se han entregado, ¡pero es la ONU la que tiene cantidades masivas pudriéndose en palés! Esperemos que la prensa diga la verdad sobre la ONU».
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, aparentemente la última en recibir el memorándum en el que se reconoce la hambruna y se culpa a la ONU en lugar de negarla, presentó una valoración muy diferente en su rueda de prensa de esta semana, en la que dijo a los periodistas que el trabajo que estaba realizando la GHF había sido «un éxito tremendo».
«La GHF lo ha hecho de forma diferente, y ese enfoque diferente ha funcionado», afirmó Bruce.
Mientras tanto, la presión internacional sobre Israel sigue aumentando. Veintiocho países, entre ellos potencias europeas como Francia e Inglaterra, emitieron el lunes una declaración conjunta en la que pedían «al Gobierno israelí que levante inmediatamente las restricciones al flujo de ayuda y permita urgentemente a la ONU y a las ONG humanitarias realizar su labor de salvar vidas de forma segura y eficaz». Del mismo modo, cuatro de las instituciones mediáticas más importantes del mundo —AP, AFP, BBC News y Reuters— declararon: «Estamos profundamente preocupados por nuestros periodistas en Gaza, que cada vez tienen más dificultades para alimentarse a sí mismos y a sus familias». Los partidarios de Israel se enfrentan cada vez más al escrutinio internacional.
Sin embargo, la nueva y desafiante campaña de relaciones públicas del Gobierno israelí llega en un momento en que los partidarios de Israel finalmente reconocen que la situación se ha vuelto desesperada y ha creado un gran problema para Israel en la escena internacional. «Es muy real y está comenzando ahora de forma desesperada, y los israelíes harían bien en no permitirlo y aumentar masivamente la ayuda de una manera estratégica», dijo el periodista israelí Haviv Rettig Gur en un podcast presentado por The Free Press, un medio de comunicación proisraelí de Estados Unidos. Rettig Gur citó un nuevo artículo de Yannay Spitzer, profesor adjunto de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que estudió los precios de los alimentos en los mercados de Deir-al-Balah y descubrió que se han disparado hasta alcanzar niveles catastróficos.
Amit Segal, otro defensor declarado de Israel, citó el mismo informe para lanzar una alarma similar, advirtiendo de que una hambruna «haría que Israel perdiera incluso a sus partidarios más acérrimos».
(Este informe incluye contribuciones de Herman Gill).
Ryan Grim es reportero de The Intercept, copresentador de Counter Points, presentador del podcast Deconstructed y autor de We’ve Got People y This Is Your Country On Drugs.
Texto en inglés: Drop Site News, traducido por Sinfo Fernández.