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Entrevista a Guadi Calvo, autor, periodista y analista internacional argentino

«No queda duda de que Erdogan se mantiene en el poder reprimiendo de manera brutal y en muchos casos ilegal»

Fuentes: Rebelión

Guadi Calvo es un destacado autor, periodista y analista internacional argentino, reconocido por su profundo trabajo en el estudio de conflictos y dinámicas sociopolíticas en regiones frecuentemente marginadas por los grandes medios. Su labor se centra en África, Oriente Medio y Asia Central, áreas en las que aporta una mirada crítica y documentada, combinando el rigor periodístico con un compromiso por visibilizar realidades complejas y a menudo silenciadas.

Con una amplia trayectoria en el análisis geopolítico, Calvo ha colaborado de manera destacada con la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), plataforma que promueve el acceso a la información desde una perspectiva crítica y al servicio de los derechos humanos. Además, su trabajo ha sido difundido en numerosos medios alternativos y comunitarios, tanto de América Latina como a nivel global, consolidándose como una voz de referencia para entender las tensiones globales desde el Sur.

El enfoque de Guadi trasciende la mera descripción de eventos: aborda las raíces históricas, económicas y culturales de los conflictos, con especial atención a los efectos del colonialismo, la injerencia externa y las luchas por la autodeterminación de los pueblos. Esta perspectiva lo ha llevado a cubrir temas como las guerras en el Sahel, las resistencias en Oriente Medio, las dinámicas de poder en Asia Central tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán y el papel de potencias emergentes como China y Rusia en estos escenarios.

Calvo también se ha destacado por su compromiso con el periodismo independiente, defendiendo el acceso a la información como herramienta de transformación social. Su obra, difundida en artículos, ensayos y análisis multimedia, contribuye a desmontar narrativas hegemónicas y a amplificar las voces de comunidades afectadas por conflictos y desigualdades estructurales.

Más allá de su labor informativa, Calvo participa activamente en debates, promoviendo una mirada decolonial en el análisis internacional. Su trabajo refleja una convicción: entender el mundo requiere escuchar a quienes habitan sus fronteras más olvidadas. Por eso, sigue siendo hoy un referente indispensable para quienes buscamos comprender las complejidades globales desde una óptica crítica, ética y profundamente humana. Guadi ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

– Wilkins Román Samot (WRS) – ¿Cómo evalúa la actual situación política en Turquía bajo el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan, especialmente en comparación con el periodo posterior a las protestas de Gezi de 2013 y el intento de golpe de Estado de 2016?

– Guadi Calvo (GC) – Desde entonces Erdogan, que bajo “momentáneamente” sus pretensiones de reciclar el viejo imperio otomano, lo que se conoce como el neootomanismo ha sabido muy bien mantener el equilibrio que su propia condición geográfica la obliga. Esta condición, más allá de ser integrante de la OTAN, no le ha impedido extorsionar a la Unión Europea, utilizando el flujo de refugiados hacia Europa, para conseguir importantes aportes económicos. Al tiempo que se reinstaló como potencia y gendarme regional. Interviniendo de manera descarada en el conflicto sirio. Enviado tropas a Somalia donde entrena y forma a la policía. Y opera de manera más disimulada en otras cuestiones como la guerra civil de Sudán y en otros países africanos. También intervino de manera decisiva en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno-Karabaj. Mientras que hace mutis por el foro frente al genocidio en Palestina, y continúa masacrando al pueblo kurdo.

– WRS – ¿Qué impacto ha tenido la consolidación del poder presidencial y la represión de opositores políticos, periodistas y activistas en la estabilidad institucional y social de Turquía?

– GC – No queda duda que Erdogan se mantiene en el poder reprimiendo de manera brutal y en muchos casos ilegal, cualquiera sea el tinte opositor: desde la izquierda a los kurdos o a los fundamentalistas tanto en el plano netamente religioso, como el armado. Esa ecuación le es tolerada sin ninguna crítica tanto por Estados Unidos como por Europa, por lo que continuará hasta exterminar cualquier escollo para seguir gobernado él o algún oportuno delfín de su partido, de Justicia y el Desarrollo, que el año pasado perdió las elecciones municipales su primera derrota en veinte años. Que ha sido un llamado de atención para las presidenciales del 2028, aunque falta mucho tiempo el Sultán tiene tiempo para implementar cualquier tipo de maniobra.

– WRS – ¿Cuáles son las principales amenazas a la seguridad que enfrenta Turquía hoy, tanto internas (como el conflicto kurdo) como externas (tensiones en el Mediterráneo Oriental, la frontera con Siria o la relación con Grecia y Chipre)?

– GC –Trágicamente a partir de las matanzas sionistas ya no solo en Palestina sino también el Líbano, donde redujo a escombros las estructuras principales de Hezbollah y hoy los terroristas legalizados por los Estados Unidos y siendo gobierno en Siria, esos factores han sido neutralizados, por lo que Erdogan, solo le queda dedicarse a aniquilar la insurgencia kurda. Aunque su horizonte frente al Mediterráneo no es tan sereno. Los grades yacimientos gasíferos descubiertos frente a las costas de Palestina, que ya enfrenta por lo menos diplomáticamente a Grecia, Israel, Francia y los Estados Unidos, sin duda Erdogan pretenderá sacarse sus beneficios del despojo a Palestina. 

– WRS – ¿Cómo ha evolucionado la relación entre Turquía y actores clave como Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y países de Oriente Medio, considerando temas como la venta de armamento, la crisis migratoria siria y las exploraciones energéticas en aguas disputadas?

– GC – Erdogan, conoce el juego internacional y se ha sabido manejar en ese juego. Donde se ha atrevido a desafiar a Moscú, recordemos el derribo del caza ruso en noviembre de 2015 o un año después el asesinato de su embajador Andrei Karlov, cuando inauguraba una muestra de arte en la ciudad de Ankara, sin mayores consecuencias. Aunque a pesar de su voluntad imperial ha debido replegar su plumaje, frente a los Estados Unidos e Israel. Mientras que la Unión Europea continúa extorsionando con los refugiados que mantiene encerrados en campamentos. Mientras que quizás los yacimientos sean en un futuro cercano el principal factor de conflicto. Respecto a la exportación de armas a Libia, Irak, Azerbaiyán e incluso a Ucrania, lo pone a competir, con sus principales socios Washington, la Unión Europea y Tel-Aviv, aunque esto no deja de ser tolerada.

– WRS – ¿Cuál es la situación actual de los derechos humanos en Turquía, con especial atención a la persecución de minorías como los kurdos, la comunidad LGTBIQ+ y el uso de leyes antiterroristas para criminalizar la disidencia?

– GC – La violación de los derechos humanos, ha sido una forma de gobierno para Erdogan. Aunque esto no ha sido exclusivo del suyo, sino que se remonta lejano en el tiempo. Que siempre ha tenido como objetivo a toda clase de minorías y grupos disidentes. Lo que tampoco nunca fue al menos censurado por sus socios occidentales. La guerra sucia que ha llevado contra los militantes de Partido de los Trabajadores del Kurdistán, de los que nunca sabremos ni sus muertos, desaparecidos y las terribles condiciones que han padecido, antes de ser ejecutados. Solo basta escuchar los reclamos de los kurdos exiliados en Europa para constatar esa realidad.

– WRS – ¿Qué medidas está tomando el gobierno turco para abordar la severa crisis económica, marcada por la devaluación de la lira, inflación récord y desempleo juvenil, y cómo afecta esto al apoyo popular de Erdoğan?

– GC – Si bien no soy un experto en economía, entiendo que el gobierno de Erdogan, ha conseguido a partir del 2023, revertir la grave crisis, que lo sumió en un proceso inflacionario que, en 2022, había alcanzado cerca del 85 por ciento. Con la consecuente depreciación del tipo de cambio que le ha generado también turbulencias políticas, al tiempo que, en plena crisis, siguió llevando una agresiva política internacional, con presencia en Sudán, Somalia, el Sahel, y particularmente en el último conflicto entre Azerbaiyán y Armenia de 2023. lo que obviamente le generaba más gasto. En la actualidad Erdogan consiguió estabilizar las cuentas y esto está redundando en el incremento de la actividad económica, aunque su moneda, la lira turca, sigue depreciada a comparación con las monedas de la región.

– WRS – ¿Qué papel juega el islamismo en la política turca actual bajo el AKP, y cómo interactúa con el legado secular del kemalismo en la sociedad?

– GC – Erdogan como tanto otros tiranos del mundo islámico como el sudanés Omar al-Bashir o la familia Sharif de Pakistán, al igual que las monarquías del Golfo, utilizan desde siempre la religión demagógicamente, tanto para anestesiar a sus pueblos como para impulsarles hacia cualquier objetivo. Mientras que prácticamente ha borrado el legado modernizador de Kemal Atatürk. Su intención es retroceder culturalmente a tiempos del imperio. Parte de estas políticas es que, en el 2020, el Museo de Santa Sofía, un emblema de Turquía y uno de los lugares más visitados por el turismo, lo vuelve a convertir en la gran mezquita de Santa Sofía, por lo que desde entonces los no musulmanes tienen un acceso restringido. Un poco en esa dirección, también apunta el cambio de denominación del país en 2021 de Turquía a Türkiye.

– WRS – ¿Cómo influyen actores externos como Rusia —con la compra de sistemas S-400—, la OTAN o China —con proyectos de infraestructura— en la política interna y la proyección regional de Turquía?

– GC – Turquía es una potencia regional, en un momento en que toda su región se encuentra en crisis. Si bien en este momento la cuestión de Gaza, por imposición de Trump tanto a Israel, como a Hamas, está en aparente vía de solución. (Personalmente considero que esto es solo momentáneo y que en un tiempo que puede ser de hasta de un par de años, el conflicto volver a estallar) La cuestión ética de Siria, reactivada desde la llegada en diciembre pasado al gobierno de Mohamed al-Golani, ex emir del Frente al-Nusra, después reconvertido en el Hayat Tahrir al-Sham (HTS), tributario de al-Qaeda en un momento, para más tarde tener acercamiento con el Daesh, reactivó la cuestión étnico religiosa, donde ya se han producido matanzas de alauitas,(Chiíes), cristianos y drusos, y su expresa sumisión a los Estados Unidos e Israel, esto provocara una reacción en ese país, que comparte con Turquía más de 800 kilómetros, lo que para Erdogan será una nueva tentación para intervenir, como lo ha hecho cada vez que tuvo oportunidad. Ankara, también se mantiene expectante respecto a la cuestión con Irán. Más allá de que Turquía sea miembro de la OTAN, respecto a sus relaciones con Rusia y China, Erdogan ha sabido tener un juego propio, con criterios que apuntan a apuntalar su proyecto de reciclar al país en un nuevo Imperio Otomano.

– WRS – ¿Cómo afecta la inestabilidad en regiones vecinas como Siria, el Cáucaso (Nagorno-Karabaj) o el norte de Irak a la seguridad nacional turca y su posicionamiento geopolítico?

– GC – La cuestión siria, ya expuse mi interpretación, en la pregunta anterior, respecto al conflicto del Cáucaso, por el momento sigue congelado, y creo que en ese punto está jugando en tándem, con Moscú, ya que ese conflicto no le interesa a ninguno de los dos, reactivar. Respecto a Irak, con quien comparte una frontera de poco más de 350 kilómetros, mientras Bagdad consiga mantener en caja a los grupos fundamentalistas y a los kurdos no será para Ankara un tema clave.

– WRS – ¿Qué perspectivas vislumbra para Turquía en los próximos años, considerando factores como el posible declive de Erdogan, el auge de partidos de oposición como el CHP, y desafíos como la reconstrucción post-terremoto de 2023?

– GC – Creo que Erdogan ya desechado cualquier posibilidad de ingresar a la Unión Europea, lo que lo ha decidido por seguir un camino propio y acariciar esa ilusión de restaurar el imperio, que lucha por evitar su declive, como todos los personajes de su estilo, cuándo se les aproxima el ocaso son cada vez más peligrosos. Erdogan, está en el centro de la política turca desde 1994, cuando se convirtió en alcalde de Estambul, ha sido una figura central de la política de su país alcanzando en 2003 el cargo de Primer Ministro y a partir de 2014 el de presidente. Erdogan ha demostrado el suficiente temple como para utilizar cualquier medio para perpetuarse en el poder, por lo que para el 2028, año en que se esperan haya elecciones, quizás el panorama turco se ponga mucho más convulso.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.