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A la luz plan secreto del gobierno estadounidense contra Cuba que involucró a Alan Gross

Fuentes: La pupila insomne

El gobierno norteamericano envió a Cuba a Alan Gross dentro de un plan titulado «Cuba Democracy and Contingency Planning Program»(CDCDP). Funcionarios de EE.UU. hicieron hincapié en la importancia de mantenerlo en secreto durante una reunión en agosto de 2008 con varias personas de la empresa DAI (Development Alternatives Inc) que envió a la Isla a […]

El gobierno norteamericano envió a Cuba a Alan Gross dentro de un plan titulado «Cuba Democracy and Contingency Planning Program»(CDCDP). Funcionarios de EE.UU. hicieron hincapié en la importancia de mantenerlo en secreto durante una reunión en agosto de 2008 con varias personas de la empresa DAI (Development Alternatives Inc) que envió a la Isla a Gross, el «contratista» de Maryland elegido para llevar a cabo un proyecto dentro de la política de «cambio de régimen» de EE.UU. para Cuba, según un memorando confidencial (descargar documento de 8 páginas).

El periodista Tracey Eaton publica en su blog Along the Malecón la documentación presentada el pasado 15 de enero en una corte federal por DAI como respuesta a la demanda por 60 millones de dólares interpuesta por la familia de Alan Gross, condenado en Cuba a 15 años de privación de libertad.

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Fragmento del documento de la DAI en que se recogen antecedentes, dinero y entidades del gobierno norteamericano que participan en el «Cuba Democracy Contingency Planning Program» (CDPP)

DAI ganó el contrato de USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, por sus siglas en inglés) el 14 de agosto de 2008, y rápidamente contrató a Alan Gross, quien fue detenido más tarde en Cuba mientras trabajaba en el proyecto. DAI escribió el memo confidencial al resumir lo que se dijo durante un encuentro con altos funcionarios de USAID el 26 de agosto 2008.

Durante la reunión, la DAI se enteró de que el gobierno de EE.UU. impulsaba en ese momento «de cinco a siete planes diferentes de transición» para Cuba, y que a DAI «no se le pediría que escriba uno nuevo». El «contratista» debía llevar a cabo un plan para establecer conexiones a Internet por satélite en Cuba y la USAID se comprometió a proteger la identidad de sus asociados dentro y fuera de la Isla: «El programa no está presionando (y no presionará) para revelar redes», dijo la nota que la DAI presentó en la corte federal, en la que se afirmaba: «Este gobierno espera resultados inmediatos de este programa, definitivamente antes de mediados de enero» y señala la definición de los destinatarios del proyecto: «ONGs prodemocracia, agentes de cambio en derechos humanos, y cubanos que tienen una visión diferente de su país», lo cual echa por tierra el repetido discurso del gobierno norteamericano y grandes medios de comunicación de que Gross pretendía ayudar a la comunidad judía en Cuba.

La plataforma tecnológica del tipo que debía implementar Groos encaja perfectamente como soporte de las misiones coordinadas para el gobierno norteamericano por Dan Gabriel, un militar que sirvió a la CIA en Iraq y Afganistán, también reveladas por Eaton. Según documentos dados a conocer recientemente, Gabriel debe pagar a sus empleados en Cuba para que generen «al menos cinco historias por semana», incluyendo «paquetes de noticias en video cuya longitud oscila entre dos y cinco minutos; imágenes en bruto, incluso grabar eventos, entrevistas y fragmentos de sonido, las historias escritas para su uso en la radio y en los sitios web y fotos, cuando sea posible, de acuerdo con el precio programado».

El memorándum de DAI plantea que la USAID dio instrucciones explícitas sobre cómo la misión de Gross debía ser descrita a los congresistas norteamericanos para evitar dar pistas sobre la naturaleza clandestina del proyecto, y señala su carácter conspirativo: «CDCPP no es un proyecto analítico, es una actividad operativa. La aprobación de USAID se necesita para todo. No somos freelance» y añade que USAID quería aprovechar la red global de contactos de la DAI porque volar a Cuba desde Europa, América Central y el Caribe es «menos visible».

Durante cuatro viajes a Cuba, Gross estableció tres conexiones de Internet – una en La Habana, dos en las afueras de la capital y DAI le pagó 258.274 dólares. Pidió más dinero para continuar con el proyecto y se le prometieron 332.334 dólares, lo que habría elevado su subcontrato a $ 590.608, fechado en 2009 (descargar documento de 6 páginas).

Gross escribió en su informe: «Actividad de radiofrecuencia en la ciudad capital es más difícil de controlar que en las provincias, debido a un nivel ya existente de la congestión RF (por ejemplo, desde el gobierno, los sitios comerciales, embajadas, etc.) Por lo tanto, la vigilancia y la detección en el uso de las TIC es menos probable que ocurra en la ciudad capital. Por el contrario, y porque hay poca congestión RF en las provincias, la vigilancia y la detección de los dispositivos de las TIC es muy probable». Él revela conciencia del carácter conspirativo de su misión al añadir: «mientras que las redes inalámbricas para computadoras no serían susceptibles de causar problema si se detectan, el descubrimiento del uso de BGAN para acceso a Internet sería catastrófico».

Gross tenía previsto instalar tarjetas SIM especiales -de uso por el Pentágono y la CIA, segun un reporte de AP- en los tres sistemas BGAN que desactivaran lafunción de seguimiento GPS y hacerlas más difíciles de detectar. «El tipo de tarjeta SIM que llevaba Gross no se vende en el mercado y se facilita sólo a gobiernos, según un funcionario de una compañía de telefonía satelital y un ex funcionario de inteligencia estadounidense que ha utilizado ese tipo de chip. Los funcionarios, que hablaron a condición de anonimato debido a la sensibilidad de la información, dijeron que los chips usualmente son suministrados al Departamento de Defensa y a la CIA, pero pueden también ser obtenidos por el Departamento de Estado, que supervisa a USAID», dijo la AP en su reporte sobre Gross.

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