Traducción para Rebelión de Loles Oliván Hijós.
Las relaciones entre Israel y Jordania están «bajo mínimos históricos», según el rey Abdulá II. Resulta irónico que el monarca pronunciara estas palabras el mes pasado en el Washington Institute for Near East Policy, un centro de investigación dependiente del poderoso grupo de presión israelí AIPAC. Fue allí a recibir el premio «Scholar-Statesman» del grupo pro-israelí.
Y sin embargo, el rey insistió en que la moribunda solución de dos Estados es «la única forma de avanzar», en que «la alternativa es peor para todos nosotros», y en que la solución de un solo Estado con igualdad de derechos para todos «es algo que no podemos negociar». «Desgraciadamente estamos en modo pausa», agregó.
Las declaraciones del rey se enmarcan en el contexto de la promesa del primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu de anexionar a Israel el Valle del Jordán, casi una cuarta parte de Cisjordania ocupada fronteriza con Jordania. La anexión volvería más absurda aún la pretensión de que la ya extinta solución de dos Estados sigue siendo viable. Israel lleva años aplicando silenciosamente la limpieza étnica de los palestinos indígenas del Valle del Jordán. El anuncio de la Administración Trump de que Estados Unidos ya no considera ilegales los asentamientos en Cisjordania ocupada con arreglo al derecho internacional fomenta aún más la colonización israelí.
Maniobras militares
De acuerdo con algunas noticias, oficiales militares israelíes han advertido a Netanyahu de que la anexión del Valle del Jordán podría forzar al rey de Jordania a suspender las relaciones con Israel. El ejército de jordano realizó a principios de mes unas maniobras militares que simulaban un ataque por su frontera occidental, es decir, desde Israel. El rey Abdulá y su primer ministro estuvieron presentes en las maniobras, que contemplaban frustrar una posible invasión volando los puentes del río Jordán.
Apodadas «Espadas de Al Karama», el nombre rememora la batalla de Al Karama de 1968, cuando el ejército jordano y las guerrillas palestinas obligaron a Israel a retirarse de la ciudad de Al Karama, en el valle del Jordán. Karama es asimismo la palabra árabe que significa dignidad.
El análisis del periódico israelí Haaretz concluye que el objetivo de las maniobras militares jordanas era apaciguar a la opinión pública jordana y no demostrar una oposición real al ejército israelí. De hecho, a pesar de las tensiones, hay indicios de que la fuerza aérea jordana participó extraoficialmente en otras maniobras militares organizadas en noviembre por Israel mientras este último bombardeaba Gaza. El gobierno jordano ha ignorado las preguntas relativas a esta información, que aún no ha sido desmentida.
Todo ello vuelve a poner de manifiesto la realidad: independientemente de la indignación popular que exista en Jordania, el Estado sigue siendo -junto con Israel- parte esencial de la arquitectura regional dominada por Estados Unidos. Jordania sólo puede tomar contra Israel medidas cosméticas que no enfurezcan al principal patrocinador de Amán, Estados Unidos, algo que los dirigentes jordanos difícilmente podrían permitirse.
Según algunas informaciones , el presidente israelí Reuven Rivlin estaría preparando una visita a Amán en un intento de aliviar las tensiones. Pero cuesta creer que su visita vaya a conseguir algo más que no sea generar más oposición entre la población jordana, que mayoritariamente considera a Israel como enemigo.
Presos por territorio
En noviembre Israel puso en libertad a dos ciudadanos jordanos que llevaban detenidos más de dos meses sin cargos ni juicio. Durante las negociaciones israelo-jordanas sobre la pareja, surgieron rumores de un acuerdo para liberarlos a cambio de la devolución de al Baqura y al Ghamr, territorios que Jordania alquiló a Israel por 25 años en virtud de su Tratado de Paz de 1994 .
El Tratado de Paz, ampliamente rechazado por la población jordana, normalizó las relaciones con Israel a pesar de que no se restablecieron los derechos de los palestinos ni se puso fin a la ocupación militar israelí ni en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y ni en la Franja de Gaza.
Al Baqura, en el noroeste de Jordania, donde se juntan los ríos Yarmuk y Jordán, y al Ghamr, al sur del Mar Muerto, son tierras que los israelíes cultivaron o utilizaron antes y durante su arrendamiento. A los agricultores israelíes se les seguirá permitiendo acceder a al Baqura para que cosechen los productos cultivados antes de que finalice el contrato de arrendamiento.
Cuando el rey Abdulá anunció el año pasado que Jordania no renovaría los contratos de arrendamiento, miembros de la derecha israelí, incluido el ministro de Agricultura, amenazaron con reducir el suministro de agua a Jordania. Según el Tratado de Paz, Israel está obligado a bombear a Jordania una importante cantidad de agua de la que depende.
Gilad Sharon , hijo del fallecido primer ministro y conocido criminal de guerra Ariel Sharon, se hizo eco de esas amenazas en octubre, pocas semanas antes de que se anunciara que no se renovaría el contrato: «Si se expulsa a los agricultores israelíes de los enclaves de al Baqura y al Ghamr, [los jordanos] pasarán sed», escribió Sharon en el periódico israelí Yedioth Ahronoth. En palacio seguirán «sirviendo agua mineral helada», escribía Sharon, pero «el pueblo del reino padecerá sed».
Con la misma indiferencia que su padre causaba daño a inocentes, Gilad Sharon ya había reclamado anteriormente «aplastar» Gaza como Estados Unidos aplastó Hiroshima con una bomba atómica.
Israel ha violado los términos del Tratado de Paz sistemáticamente , entre otras cosas minando la función de Jordania como custodio de los lugares sagrados de Jerusalén.
Miles de millones de dólares en gas
El mes pasado la Campaña Jordana por el Fin del Acuerdo Sionista sobre el Gas presentó una queja ante la Fiscalía de Jordania. La organización alega que los gobiernos de varios primeros ministros y la compañía eléctrica nacional NEPCO , propiedad del gobierno jordano, violaron la ley y la Constitución al aceptar comprar gas a Israel .
A pesar de la fuerte oposición popular y del Parlamento, está previsto que Israel empiece a bombear gas natural a Jordania a principios de 2020. Jordania pagará unos 10 mil millones de dólares en 15 años por ese gas natural cuya mayor parte engrosará las arcas del gobierno israelí.
El texto completo del acuerdo secreto de gas entre Israel y Jordania no se dio a conocer desde que se firmó en septiembre de 2016 hasta este verano . Sus críticos dicen que el acuerdo confirma sus sospechas de que el gobierno jordano engañó a la opinión pública jordana sobre su participación en el acuerdo, así como sobre las condiciones para su cancelación y sus implicaciones para la economía jordana.
Los Estados del Golfo, entusiasmados
Mientras tanto, se dice que la Administración Trump está presionando para que Israel y varios Estados del Golfo firmen «acuerdos de no beligerancia». Según el periodista israelí Barak Ravid, que cita fuentes anónimas israelíes, árabes y estadunidenses, los acuerdos serían un «paso intermedio entre las relaciones secretas que Israel ya mantiene con esos países y las relaciones diplomáticas plenas».