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A propósito de un intercambio sobre temas como el socialismo, la historia y el mercado

Fuentes: El Estado como tal (Blog)

Recientemente circulé por considerarlo de interés un texto del economista Carmelo Mesa Lago. En respuesta recibí del compañero Michael Vázquez unos comentarios advirtiendo sobre el carácter capitalista del pensamiento de Mesa Lago, además de adjuntar el discurso reciente sobre la Reforma Agraria. El discurso ya me lo había leído, es muy interesante, me leo todo […]

Recientemente circulé por considerarlo de interés un texto del economista Carmelo Mesa Lago. En respuesta recibí del compañero Michael Vázquez unos comentarios advirtiendo sobre el carácter capitalista del pensamiento de Mesa Lago, además de adjuntar el discurso reciente sobre la Reforma Agraria. El discurso ya me lo había leído, es muy interesante, me leo todo lo que considero útil y serio. [Nota: ver al final el mensaje de Michel Vázquez]

Este intercambio de mensajes me permite volver sobre aspectos fundamentales de este debate.

Conozco la historia, de la cual, como todo el mundo, tengo mis propios análisis e interpretaciones y como casi todo el mundo tengo mis propias convicciones y compromisos. Siempre he asumido el debate sin el temor de lo que alguien pueda pensar. Entiendo que el compromiso con la Revolución y con el socialismo se basa en principios fundamentales como la independencia nacional, la justicia social, la democracia y las lecciones de la historia, no tengo compromisos a priori con las diversas políticas en curso que en cada etapa de manera acertada o no se han ido decidiendo (que a diferencia de los principios, las políticas en curso a veces son unas y otras veces diferentes e incluso contrarias).

Respeto pero no comparto el criterio de los que siempre están de acuerdo con cualquier cosa que se decida sea una o la contraria, por ejemplo sea el Sistema de Dirección de la Economía de los años 75/85 (muy apoyado en su época y muy criticado después) o el Proceso de Rectificación 85/90. Una conducta de apoyo incondicional a lo que se decida sea lo que sea es incompatible con la función de un académico que es en lo que he trabajado siempre y eso no cuestiona en nada el compromiso político con la Revolución y sus principios, como se ha demostrado, más bien todo lo contrario, lo refuerza. Sobre ese tema me extendí en el artículo «El Compromiso de la Ciencia y la Ciencia del Compromiso». https://cubayeconomia.blogspot.com/2018/04/el-compromiso-de-la-ciencia-y-la.html

Si los diversos compañeros entendieran la utilidad y la necesidad del debate sería excelente, eso contribuye a un ambiente de discusión sano, respetuoso, honesto y fecundo, si no lo entienden que le vamos a hacer que no sea enfrentar las consecuencias y defender con argumentos y honestidad lo que uno piensa (cómo está vez hizo Pedro en su respuesta al mensaje de Michael -qué por coincidencia hago también mía- y como mil veces hemos hecho durante años, una historia que obviamente no es conocida por todos, pero de la cual sentimos el orgullo de haber sido siempre honestos, serios y consecuentes).

Carmelo Mesa Lago es un crítico histórico de la Revolución con sus propios paradigmas que no son los míos, pero a la vez es es un buen y muy formado economista y sistemático estudioso de la realidad cubana, más de una vez nos ha tocado debatir con él en público en diferentes actividades académicas. La manera de pensar de él y sus propuestas están claras, las mías también y obvio que no son coincidentes en su esencia, aunque hay mucho de lo que dice que es importante y se debe tener en cuenta, a veces es hasta de sentido común, como el texto que reenvíe y que motivo la respuesta citada aquí.

Si se conoce lo que abiertamente he expresado y publicado por años es obvio en que coincido y en que no con este texto de Mesa Lago, no es necesario estarse aclarando y haciendo declaraciones de principios constantemente cuando estos están más que claros.

No por gusto he escrito extensos textos explicando lo que pienso y he propuesto (lo cual tiene el único propósito de ser honesto y, a riesgo de estar equivocado claro, tratar de contribuir hasta dónde se pueda al curso de lo que uno considera mejor para el país, lo cual es además un derecho de todo revolucionario y de todo ciudadano).

Como he afirmado mil veces desde un ya lejano artículo publicado en 1992, «Cuba: Los retos de la Economía», el país necesita una reforma económica fundamental, sobre todo después de la desaparición del campo socialista, no para renunciar al socialismo, sino para hacerlo viable. El modelo que caracterizó a la economía cubana durante el periodo previo al derrumbe (por cierto bastante similar a aquellas experiencias europeas) no es viable en las nuevas, difíciles y prolongadas circunstancias internacionales, es necesaria su transformación para recuperar la eficiencia, el crecimiento y nuevas expectativas de ascenso social y mayor inclusión para las nuevas generaciones, en mi opinión eso es lo revolucionario ahora.

Creo que finalmente, después de años y años de debate y de evidencias, esa realidad es reconocida en documentos como la Conceptualización y la nueva constitución, sin embargo estos no han conducido aún a los cambios integrales que se necesitan y que están allí concebidos.

El argumento de que la hostilidad y la agresión actual los impide no lo comparto, claro que esa situación obliga a pensar con mayor cuidado pero nunca a una parálisis de los cambios necesarios, más necesarios ahora, ya en un artículo reciente expresé mi criterio de que además de todos los argumentos previos, la reforma integral es hoy un problema de seguridad nacional. Eso lo incluye todo, el tema de la reforma monetaria, de la reforma empresarial, de las formas de propiedad, de la relación planificación mercado, de las políticas sociales, etc, etc, etc, en otros textos muchos compañeros nos hemos extendido en consideraciones específicas sobre todos esos temas y sus complejas interelaciones.

Por razones que bien se conocen, la hostilidad del imperialismo sobre Cuba es estructural y permanente, es un dato de la realidad de la cual hay que defenderse y a la vez no dejar de avanzar en el sentido necesario, el mejor favor que se le podría hacer a esa política hostil es admitir que paralice las transformaciones, qué hay riesgos!, por supuesto, en estos procesos no hay caminos sin riesgos «es necesario escalar la montaña por senderos escabrosos». Por cierto cuando la política del anterior Presidente de EEUU era diferente sin dejar de ser imperial, los mismos que critican y frenan los cambios hoy los criticaban y frenaban entonces con las razones de los peligros de aquella política de «buena vencidad» de Obama, ahora igualmente los critican y los frenan por los peligros de la política de máxima agresividad de Trump.

O sea en realidad lo qué hay detrás de esas posiciones es una concepción del mundo, del socialismo y de la historia que al menos yo no comparto y en mil textos (como otros compañeros con los que coincido) tratamos de explicar por qué (razón por la cual han venido muchas agresiones personales con abundantes golpes bajos, por ahí andan las evidencias).

Creo que es necesario mirar de manera más analítica, humilde y abierta las experiencias de China y Vietnam, claro que también veremos problemas y efectos no deseados de la profunda reforma que han realizado, pero han avanzado impresionantemente en la ruta del crecimiento y el desarrollo, han sacado a millones de la pobreza, le han dado nuevos espacios de trabajo y prosperidad a sus nuevas generaciones, han aumentado su influencia internacional y han renovado la idea de un futuro no lejano para el socialismo, incluso han adelantado en una concepción nueva sobre el socialismo mismo (próspero y viable como suele decirse actualmente en Cuba). También debemos mirar siempre con mayor objetividad la situación actual del país y las insuficiencias que sufre hoy la población cubana y que no solo son consecuencias, aunque también, de las actuales agresiones.

No me he detenido en esta respuesta a repetir argumentos que hemos expresado, escrito y publicado durante más de 25 años, incluido un texto fundamental (no para enseñar nada, quizás simplemente para que quede claro cómo pensamos) que obviamente no es conocido por todos ni tendría que serlo, es un libro llamado «Cuba: la reestructuración de la economía, una propuesta para el debate» publicado en Cuba por la Editorial de Ciencias Sociales en 1995 y con ediciones ampliadas en España, Chile, Venezuela y dos ediciones en inglés en Inglaterra.

El libro fue escrito por tres autores y buenos amigos de vida y de pensamiento (Pedro Monreal, Luis Gutiérrez Urdaneta y yo), bastante polémica y otras consecuencias nos costó en su momento, pero ahí está de manera diáfana y detallada la esencia de lo que pensamos, lo que ha venido después son desarrollos mayores y actualizados de aquel pensamiento original, de aquella propuesta, tomando en consideración las cambiantes circunstancias durante los últimos 25 años. No digo que sea un texto importante, solo digo que expresa de manera seria lo que pensamos y proponemos, de modo que no hay espacio para sorprenderse cuando proponemos y argumentamos e insistimos hoy sobre la necesidad de esos cambios (económicos, jurídicos y sociales) ahora es quizás menos difícil que entonces, en aquel momento no existía la Conceptualización y la nueva constitución.

Ya en aquella propuesta (insisto publicada como libro en Cuba hace casi 25 años) hablábamos de la necesidad de diversificar las formas de propiedad y de gestión y reconocer al mercado como una relación social de producción que no se puede eliminar o reducir a su mínima expresión por decreto, si le cierras la puerta de la economía formal se te cuela por la ventana como mercado negro y te lo altera todo de la peor manera, dispara la inflación reprimida, fomenta la corrupción, etc, etc, acaso no hemos vivido eso ya?! y por lo que observo me temo que lo podríamos volver a vivir, ya no sé si esta vez como tragedia o como comedia o quizás como las dos cosas. Creo que eso sería en gran medida evitable, depende de lo hayamos aprendido y de lo que se haga, si la respuesta es la parálisis y «atrincherarse» -en el peor sentido de la palabra- entonces esa tragedia/comedia y sus consecuencias serían inevitables, creo yo. De ahí que en estos textos nuestros hay también un sentido de urgencia, por mi parte lo he repetido muchas veces, el tiempo es ya una variable crítica.

Para repetir lo que desde entonces hemos planteado y creemos: el mercado es una relación social de producción que acompaña a la humanidad en un periodo muy largo de su historia, el socialismo incluido, corresponde a este también la existencia de un mercado y la presencia de cierto nivel de propiedad privada sobre medios de producción, lo nuevo es que no es el mercado el que define todas las relaciones sociales ni la privada la forma de propiedad más importante y que la planificación estratégica del desarrollo económico y social (no necesariamente la conocida como planificación centralizada) tiene un lugar fundamental.

Para decirlo de una manera más sintética, lo que define al socialismo no es la supresión del mercado ni la supresión total de la propiedad privada sobre medios de producción, lo que define al socialismo es la supresión de la hegemonía del capital, el interés privado subordinado al interés público, el mercado subordinado a la democracia y la economía subordinada a la política, cuando esta es sensata y responde además de a intereses mayoritarios a las condicionantes objetivas de la realidad, ya decíamos desde entonces que el socialismo no es ni puede ser la primera sociedad no mercantil, sería, quizás, la última de las sociedades mercantiles, a pesar de sus diferencias esenciales con la sociedad y la economía capitalista y neoliberal.

Me alegra que en la última respuesta de Michael a Pedro haya retomado algunas cosas y la necesidad de repensar siempre todo, por ejemplo habla de la necesidad de evitar al máximo posible la salida de divisas del país, lo cual no es posible con prohibiciones administrativas, si no con medidas económicas como las propuestas por varios compañeros y que por mi parte expresé en el artículo «Los emprendedores cubanos y el post panamax»-,que escribí después de una visita a la Zona Libre de Colón.

Hay al menos dos cosas que deben ser discutidas y superadas del viejo socialismo histórico (y que explican en gran medida su fracaso en Europa) el problema del mercado y el problema de la democracia, sin una mayor discusión sobre esos aspectos y su superación no veo que pueda asegurarse el futuro del socialismo en cualquier lugar, Cuba incluida. Sobre eso debemos seguir pensando y debatiendo, ahí estaremos.

Mensaje de Michel Vázquez a Julio Carranza

18 de mayo de 2019

Julio

Es verdad, lo hemos dicho muchas veces y por eso hay que actualizar algunas cosas. Gracias al gobierno de Trump la guerra económica contra nosotros se ha arreciado y no podemos contar con todo el apoyo de Venezuela lo que nos obliga a un mayor control de los recursos por lo que, me parece, que el momento de los cambios más drásticos se ha aplazado. Por otra parte, las ideas de libre mercado envueltas en papel de celofán por estos dos señores aquí no proceden. Por ejemplo la libre contratación del personal por el empresario extranjero y el libre mercado para los productos agropecuarios. Creo que todos sabemos que la libre contratación hará más dependientes a los trabajadores cubanos de los intereses de sus empleadores extranjeros que no siempre coinciden con los nuestros y el libre mercado de productos agropecuarios dejara a la población sin protección frente a la oferta y la demanda afectando a los que tienen menos recursos como ya está pasando en los mercados controlados por los intermediarios privados como el famoso de 19 y B. afectando también el consumo social en hospitales, comedores populares. etc. Las experiencias de China y Vietnam han agudizado las diferencias sociales y el crecimiento económico ha significado la concentración de la riqueza y la sobre explotación para la mayoría; todos lo que han pasado por allí lo han visto y lo saben aunque no lo quieran ver o reconocer fascinados por la vitrina de las luces y el consumismo.

Claro que no todo es blanco y negro y hay sus matices.

Para finalizar, para los que no lo oyeron o no tienen la posibilidad de leerlo les ofrezco extractos del importante discurso de Machado Ventura ayer relacionado con los problemas de nuestro campo.

Puede consultarse al discurso pronunciado por José Ramón Machado Ventura accediendo al siguiente link http://www.granma.cu/cuba/2019-05-17/una-revolucion-que-situo-en-lo-mas-alto-la-dignidad-plena-y-dio-al-campesino-el-lugar-que-siempre-merecio-17-05-2019-22-05-31

Fuente: http://elestadocomotal.com/2019/05/19/julio-carranza-a-proposito-de-un-intercambio-sobre-temas-como-el-socialismo-la-historia-y-el-mercado/