Consciente del escaso fundamento constitucional de su decisión de crear un Gabinete paralelo, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, aprovechó el histórico pero hoy desfigurado foro de la OLP para reiterar sus acusaciones a Hamas y para volver a prometer negociaciones con Israel. Un Estado que sigue a la suya y mató a al […]
Consciente del escaso fundamento constitucional de su decisión de crear un Gabinete paralelo, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, aprovechó el histórico pero hoy desfigurado foro de la OLP para reiterar sus acusaciones a Hamas y para volver a prometer negociaciones con Israel. Un Estado que sigue a la suya y mató a al menos siete palestinos, tanto en la Gaza de Hamas como en la «moderada» Cisjordania.
El presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, reiteró sus planes de establecer un Gabinete no electo en Cisjordania en el marco de una reunión en Ramallah del Consejo Central de la Organización para la Liberación de Palestina.
El propio Abbas convocó esta reunión de esta instancia de la OLP, en un intento de apuntalar su delicada posición tras los meses de enfrentamientos fratricidas que han acabado por sancionar, desde la parte palestina, la partición de hecho impuesta por Israel contra los territorios ocupados.
Un miembro de la OLP, Saleh Raafat, adelantó que, en el transcurso de la reunión, el Consejo Central «condenará el golpe de Estado que se ha producido contra el presidente y la Autoridad legítima, exigirá a la dirección política de Hamas que presente sus excusas al pueblo palestino y que transfiera el control de las instituciones civiles y militares al Gobierno de Salam Fayyad», nombrado por decreto y sin el aval de las urnas por el propio Abbas.
La OLP fue reconocida en 1974 por la ONU y la Liga Árabe como «el único representante legítimo del pueblo palestino», concretamente del conjunto de nueve millones de palestinos en el mundo, el doble de los que viven en Gaza y Cisjordania.
Aunque teóricamente tiene la competencia para destituir a la Autoridad Palestina (ANP), la instauración de esta última por parte del rais, Yasser Arafat, en 1994 y a su regreso a Gaza tras 27 años de exilio, condenó a un papel simbólico a la OLP.
Controlada casi de modo absoluto por al-Fatah, Hamas llevaba años negociando su entrada en la OLP, aunque exige una representación en sus órganos acorde con su implantación entre los palestinos. Cabe recordar que Hamas venció con rotundidad en las últimas elecciones de enero de 2006 no sólo en Gaza sino también -aunque con menor distancia- en Cisjordania.
El Consejo Central de la OLP es un organismo que cumple las funciones del Consejo Nacional (Parlamento en el exilio) cuando éste no está en sesión y tiene en teoría, amplios poderes políticos, tanto sobre Cisjordania como sobre la Franja de Gaza.
Competencias sobre las que Abbas quiere apoyarse para cumplir con el mandato que le han dado tanto EEUU como Israel y la seguidista UE para arrinconar a Hamas. El mismo Abbas fue aupado al cargo de primer ministro en 2003 por las presiones de esos mismos actores para que Arafat no acumulara tanto poder en sus manos.
Ataques israelíes
Visto lo visto, las circunstancias cambian, no así la preeminencia del tándem estadounidense-israelí a la hora de dictar el devenir político y vital de la población palestina .
Ayer mismo, cinco palestinos murieron en una incursión israelí contra Gaza. Dos eran milicianos de Hamas, otro de la Yihad Islámica y uno de los Comités de Resistencia Popular.
Israel justificó su agresión como un ataque contra las lanzaderas de cohetes caseros Qassam y confirmó que un soldado resultó herido por los que se resistían a la incursión.
Tampoco Cisjordania se libró de la política israelí de aniquilación. Un activista de la Yihad y otro de al-Fatah morían ayer en una incursión israelí en Jenín mientras el Gabinete de Abbas celebraba sus primeros contactos con el Gobierno de Israel.
El ministro de Exteriores del Gobierno legítimo (Hamas), Mahmud Al Zahar, situó el ataque israelí contra Gaza como un primer paso en un plan para reocuparla y entregársela a Abbas.
Hamas reiteró su llamamiento a Abbas, «presidente legítimo» y a los sectores «no corruptos» de al-Fatah para buscar una salida negociada a la crisis.
El millón y medio de habitantes que residen en la Franja de Gaza podría quedarse sin víveres en el plazo de dos semanas, según un informe elaborado por una de las agencias humanitarias de Naciones Unidas.
«Se está desencadenando una crisis humanitaria seria en Gaza como resultado de los recientes enfrentamientos y el cierre de fronteras», afirmó Arnold Vercken, director de operaciones del Programa de Alimentación (WFP) de Naciones Unidas en los Territorios Palestinos. Vercken explicó que Gaza depende de la importación en la mayoría de los productos básicos y el cierre de fronteras está causando un rápido descenso en los almacenes.
«Se teme que en el plazo de dos semanas las existencias lleguen a un punto extremadamente bajo, porque la gente, por el pánico, compra harina, azúcar y aceite (para tener de reservas)», subrayó.
El precio de la harina en la última semana de enfrentamiento y antes de que Hamas instaurara el orden se incrementó en Gaza en un 40%. Además, en ciertas zonas, la escasez se nota más que en otras, en particular si hay dinero para comprarlas y almacenarlas en casa.
En virtud del cierre de la frontera decretado por Israel, no fue hasta ayer cuando los primeros camiones con ayuda humanitaria y básica de la WFP pudieron entra en Gaza.
275.000 palestinos de Gaza reciben alimentos de la WFP, mientras que la Agencia para los Refugiados (UNRWA) presta asistencia a una cifra aún mayor. El 80% de la población depende en estos momentos y de una manera u otra de las ayudas.