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Alerta Cuba sobre peligros de Consejo de DD.HH. de la ONU

Fuentes: IPS

Aunque con reservas, Cuba votó a favor de la resolución que crea el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para sustituir a la comisión que se ocupaba de los asuntos humanitarios en el foro mundial y ahora aspira a estar entre los ocho miembros latinoamericanos y caribeños del nuevo órgano, integrado por 47 países. […]

Aunque con reservas, Cuba votó a favor de la resolución que crea el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para sustituir a la comisión que se ocupaba de los asuntos humanitarios en el foro mundial y ahora aspira a estar entre los ocho miembros latinoamericanos y caribeños del nuevo órgano, integrado por 47 países.

El director de Asuntos Multilaterales del ministerio cubano de Relaciones Exteriores, Rodolfo Reyes, dijo a la televisión estatal el viernes 17 que su país ya comenzó a «trabajar» en ese sentido.

Reyes añadió que suman 16 las naciones que aspiran a representar a la región en el organismo que sustituirá a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que este lunes 20 realiza en Ginebra su último período de sesiones antes de desaparecer.

Los miembros del Consejo serán electos para un período de tres años, mediante voto secreto y por mayoría simple de la Asamblea General de la ONU, el próximo 9 de mayo.

La Asamblea General aprobó el 15 de marzo por 170 votos en favor, cuatro en contra y tres abstenciones la creación del nuevo organismo, considerado pieza clave en el proceso de reformas de la ONU.

Estados Unidos votó en contra, acompañado de Israel, las Islas Marshall y Palau. Al explicar su postura, el embajador estadounidense, John Bolton, dijo que su país no puede sumarse al consenso sobre la resolución, pero trabajará «con otros miembros para hacer del Consejo un cuerpo lo más fuerte y efectivo posible».

A su vez, el embajador cubano, Rodrigo Malmierca, consideró que la resolución aprobada no impedirá que se repitan las tradicionales maniobras de Estados Unidos contra el Tercer Mundo.

El hecho de que Washington haya solicitado el veto del texto, «no significa que el mismo no haya sido concebido y negociado tras bambalinas para acomodar sus principales exigencias, sacrificándose intereses vitales de los países del Sur».

Según dijo Malmierca, su país decidió dar su aprobación, luego de que analizara la solicitud de delegaciones amigas, «pese a sus serias reservas».

Entre las objeciones de La Habana al texto se encuentran la disminución del número de miembros en comparación con la anterior Comisión (de 53 a 47) en detrimento de la representatividad, así como la cláusula de suspensión de sus miembros que podrá ser activada con el apoyo de los dos tercios de los presentes y votantes, sin establecer un límite mínimo de votos requeridos.

A la isla le disgusta también que quedaran relegados temas como el derecho al desarrollo, «la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia».

La postura cubana señala que «Washington y sus aliados» se empeñan en que en el nuevo Consejo de Derechos Humanos continúa prevaleciendo el enfoque punitivo y sancionador, sobre todo contra los que se opongan a su política.

Un Consejo con estas características no sólo permitirá a Estados Unidos y sus aliados contar con un fortalecido tribunal inquisidor contra los pueblos del Sur, seguirá también asegurándoles la impunidad que ya disfrutaban en la CDH, consideró el representante cubano.

A juicio del embajador Malmierca, la votación de 170 a favor, cuatro en contra y tres abstenciones, no es el reflejo del peligroso mundo unipolar que pretende imponer el presidente George Bush a las demás naciones del planeta.

Cuba cumple su deber de denunciar estos hechos y aseguró que su país trabajará en el nuevo Consejo porque se abran paso la justicia, el derecho internacional y el diálogo genuino, agregó.

En tanto, un editorial publicado el 17 de marzo por el periódico oficial Granma indicó que a pesar de tantas concesiones hechas a sus exigencias, los Estados Unidos «no lograron garantizarse la exclusión automática del Consejo de naciones con la autoridad moral y la independencia soberana de Cuba».

Según el texto, «en otras palabras, no pudieron imponer su más cara exigencia: hacer callar a los que se atreven a desafiar la censura imperial, impedir la denuncia valiente contra los desmanes, abusos, violaciones flagrantes y masivas de los derechos humanos que hoy distinguen la política internacional de Washington.

«El hecho de que finalmente la Unión Europea se pronunciara a favor de lo que Estados Unidos rechaza, es más forma que esencia», indicó el texto.

Al respecto, explicó que representantes europeos «lo aclararon al explicar el voto: consideran válidos los argumentos de Bolton y apoyarán a Estados Unidos en su plan de impedir que puedan ser miembros del Consejo aquellos países inconformes con el `dejar hacer´ que practica Europa hacia Washington con notable hipocresía».

Luego de acusar a Estados Unidos por una guerra que «devuelve a la humanidad a las más oscuras horas de la época nazi» y criticar a quienes otorgan y calla, Granma concluyó que «sólo no callarán los que estén dispuestos a pagar el precio de detener a golpe de denuncias tanto el crimen como el `dejar hacer´.»