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Amancio Ortega filántropo

Fuentes: Rebelión

Acabo de leer el artículo (En El Comercio de Asturias) «Limosna» firmado por el catedrático de Filología Latina de la Universidad de Oviedo Pedro Manuel Suárez-Martínez y… me falta tiempo para contestarle… Señor Suárez-Martínez. George W Bush -famoso humanista e intelectual- hizo un elogio y exaltación de eso que llaman «El Mercado» y las prácticas […]

Acabo de leer el artículo (En El Comercio de Asturias) «Limosna» firmado por el catedrático de Filología Latina de la Universidad de Oviedo Pedro Manuel Suárez-Martínez y… me falta tiempo para contestarle… Señor Suárez-Martínez.

George W Bush -famoso humanista e intelectual- hizo un elogio y exaltación de eso que llaman «El Mercado» y las prácticas mafiosas de Lehman Brothers y otras entidades que estafaron a millones de norteamericanos -aquellos años de la especulación, boom inmobiliario, saqueo de lo público… etc.

La expresión de la política del ínclito George W. Bush, dicho por él mismo, era: «El capitalismo compasivo». Supongo que se refería a que la gran mayoría de la población -pobres- habrían de vivir de la compasión de una minoría a quienes ellos habían robado.

Yo no necesito compasión, ni tengo que agradecer a nadie tener un trabajo. Es un derecho inalienable que como persona tengo. Exigo dignidad para los que, humildemente en silencio, trabajamos y cotizamos a la Seguridad Social. De mi paupérrimo sueldo bruto de empleado público al líquido que cobro… hay algo más de un 30% de descuentos. ¿Contribuyen al erario público el mismo tanto por ciento la banca, fondos de inversión, empresas energéticas, de telefonía, tecnológicas… etc.? ¿Y las SICAV que cotizan al 1%? ¿Inditex también cotiza al menos el 30% de sus beneficios a Hacienda? ¿Hablamos de las factorías de tejidos que hay en la India, Marruecos y otros países donde los derechos laborales no existen y se sobreexplota a menores y madres con sus hijos en el mismo telar? ¿Fábricas de las que se nutren Zara (Inditex) Primark… y otras muchas?

Cita de prensa del 26/04/2013:

«El derrumbe de un edificio ayer en Bangladesh, que albergaba cinco talleres de confección, acabó con la vida de al menos 300 personas [la cifra total de muertos, actualizada años después arrojaba más de 1.000 muertos] y causó unos 1.000 heridos. En el día de hoy, 62 personas han sido rescatadas con vida de entre los escombros, pero se calcula que al menos 400 personas podrían seguir atrapadas.

La catástrofe, pone en jaque una vez más a un sector que el año pasado generó 15 millones de euros en exportaciones, y que contribuyó a difundir en casi todos los hogares occidentales la etiqueta ‘Made in Bangladesh’.

Algunos de los trabajadores del edificio Plaza Rana Savar cobraban 28 euros al mes, haciendo ropa para la asequible marca irlandesa Primark, entre otras empresas.

La muerte de 111 trabajadores en noviembre de 2012, la mayoría mujeres, a causa de un incendio en una fábrica de ropa cercana a la capital, Dacca, desató la polémica sobre las condiciones de trabajo y la seguridad de los empleados de la industria, la segunda más grande del mundo. Esta fábrica no contaba con equipos contra incendios, las salidas de emergencia estaban cerradas y los empleados recibieron la orden de permanecer en su puesto a pesar del humo.»

Lamento profundamente el servilismo, vasallaje y sumisión de muchos trabajadores, personas y «agradecidos» que aún mantienen ese dicho popular -que parece venir de la Edad Media- de «No muerdas la mano que te da de comer».

Amancio Ortega no da de comer a nadie. Es multimillonario gracias a quienes generan tejidos a bajo coste, a trabajadores que están en sus tiendas, transportan sus tejidos, los compran.

Nuestros políticos tienen la obligación de mantener una asistencia sanitaria universal y digna para sus administrados, no sustraer partidas presupuestarias -que provienen de nuestro trabajo e impuestos- para IDEAS, FAES, autopistas de peaje, salvar entidades bancarias y luego vendérselas a la insaciable banca a precio de saldo, y que luego esta -el Santander por ejemplo- pongan en la calle a 3.700 trabajadores («Toma el dinero y corre», Woody Allen dixit)

No… Amancio Ortega no es un filántropo. Tampoco lo son George Sorgos y su Fundación. Y como dijo un monje (siento no tener más datos de la cita) hace siglos, cuando no existían la lotería ni juegos de azar: «Todo rico es ladrón o hijo de ladrón».

Termina usted su artículo, Sr. Suárez-Martínez, cayendo en las frases, tópicos y citas de moda, indignas de un profesor de Filología Latina, llamando «populistas» a quienes no coinciden con su agradecimiento (No engaña a nadie, se refiere a Podemos, que no son los únicos que han criticado esta falsa filantropía. Y con quienes nada tengo que ver)

Los actuales «populistas» hace tan sólo dos años, eran «radicales». Las modas… transmutación de tópicos. ¿Acaso no eran populistas el PP y sus mítines en la plaza de Toros de Valencia? «El respetable» eran casi todos ancianos de bocadillo y autobús (Al más puro estilo Caudillo de España por la Gracia de Dios, que inauguró estos eventos populares ¿Populistas? ¿PePeros?). Los ponentes eran los actuales inquilinos de baratas pensiones de instituciones penitenciarias.

¡Y qué decir de los mítines socialistas (por llamarlos de algún modo) donde los del autobús, bocadillo y escasa pensión gritaban: «Arfonso… dales caña!» Sí, algunos de estos otrora respetables altos cargos de la Administración, comparten pensión completa con sus colegas de fechorías en las citadas residencias.

No hace muchas semanas, en un periódico local escribía un profesor de Historia -¡de la Universidad de Oviedo… mira por dónde!- un artículo quejándose de que pretendan exhumar la momia del inquilino del Valle de los Caídos sin el permiso de la familia.

Si nuestros jóvenes reciben clases del citado profesor de Historia, y del que ha firmado el artículo del que me hago… ¿eco? ¡No!… ¡Escarnio! Me pregunto qué educación están inculcando a las generaciones venideras estos profesores -también por denominarlos de alguna manera-.

Termino señor Suárez-Martínez. Creo que es fácil entender mi despedida.

«Beatus ille qui procul negotiis, ut prisca gens mortalium paterna rura bobus exercet suis,

solutus omni faenore, neque excitatur classico miles truci neque horret iratum mare,

forumque vitat et superba civium potentiorum limina».

Aplíquese la moraleja señor Suárez-Martínez. Sobre todo: Forumque vitat et superba civium potentiorum limina.

Nota:

Para los que no sepan latín o quizá suspendan la asignatura de tan insigne filólogo… Les comento que es muy fácil encontrar la traducción del Beatus ille de Horacio.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.