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Andalucía en la encrucijada, entre centro y periferia

Fuentes: Rebelión

Se requiere una salida por la izquierda para construir un proyecto democrático ecológico y social del sur de Europa y el Mediterráneo


Los resultados de las elecciones europeas en Andalucía señalan con respecto a las anteriores de 2009, una caída muy fuerte tanto del PSOE (que pierde alrededor de trece puntos y más de trescientos mil votos, siendo la caída del PSOE a nivel del estado de dieciocho puntos y medio) y el PP (que pierde casi catorce puntos y casi trescientos cincuenta mil votos, perdiendo este úlitmo a nivel general casi dieciséis puntos ), un ascenso de IU (algo más de seis puntos y cerca de ciento setenta mil votos más), de UpD (que gana casi cinco puntos más) y la irrupción de «Podemos» (con casi el 7 por ciento y ciento noventa mil votos).

Se presentaban las distintas candidaturas para las elecciones al Parlamento europeo casi a la par que se hacía público por Eurostat su informe de 2013 sobre la situación las regiones de la UE en el que Andalucía no sólo es la región europea con más paro de toda Europa, sino que en 2013 ha vuelto a la situación del año 2000 en términos de PIB por habitante. Y ello tras los estragos económicos, ecológicos y sociales provocados por las políticas de la UE. No sólo nos hemos convertido en el territorio con más presencia de multinacionales del circuito comercial de superficie o en uno de los más importantes enclaves de EE.UU y la OTAN en el Mediterráneo, sino que además, se ha ido cediendo la soberanía monetaria, industrial y agrícola, sin compensación alguna. Y todo ello para impulsar un crecimiento económico basado en el endeudamiento público y privado, el turismo y la construcción, justo los sectores en los que estallaron las burbujas inmobiliarias y especulativas y que han causado un enorme impacto ecológico y social, de corrupción económica. A lo anterior se añade el marco proporcionado por unos fondos europeos que se rediseñaron a favor de las regiones ricas y en transición, para el periodo 2014-2020, iniciando un nuevo asalto del capital especulativo para apropiarse de recursos, de patrimonio público y social, que continúa aún hoy como, por ejemplo, señala la entrada del fondo de inversión privada en el marco cooperativo del aceite en Andalucía para controlar toda la red de producción y comercialización.

Ese proceso de «modernización» que ha caracterizado a toda la etapa de la autonomía andaluza nos ha traído al mismo sitio, como indica el informe de Eurostat, pero, agotando cualquier base para otra salida posible. «El más grande crimen financiero de la historia del capitalismo» — como han denominado algunos autores a la crisis abierta con la explosión de la burbuja inmobiliaria y la rapiña de los ahorradores– el más gigantesco proceso de transferencia de recursos de las clases trabajadoras y las economías locales, a las oligarquías y de unos países a otros, que se haya conocido nunca, ha afectado de forma determinante a Andalucía. La austeridad no es mas que una forma de la «guerra de clases» en la que los de arriba privatizan recursos y bienes públicos, precarizan la vida y reducen los salarios y los derechos sociales en beneficio de unos grupos y de algunos países, Alemania en particular.

Con las políticas de estabilización y austeridad, con la división en Europa entre un norte acreedor y exportador y un sur deudor e importador, se ha creado una situación de dependencia periférica (meridionalización«) y de estancamiento del Sur de Europa respecto al Norte. En esta situación se dibujan dos escenarios en relación a la zona euro: uno, la «balcanización» y manipulación abierta o encubierta por Alemania y otros países, sirviendo a los intereses norteamericanos o bien, una propuesta de un nuevo proyecto de democratización en el área mediterránea, que cuestione el núcleo neoliberal, despótico y antipopular de la Unión Europea y su mercado único, salga colectivamente del euro y promueva un espacio de neutralidad, solidaridad y cooperación abierto a la relación con otras zonas periféricas del este europeo, poniendo en cuestión el principio de acumulación capitalista que ha llevado al actual desastre social.

IU debe salir del gobierno con el PSOE en la Junta de Andalucía si quiere ayudar a liberar las fuerzas necesarias para construir una perspectiva de democratización real en Andalucía, y si quiere impedir que el PSOE se presente como «columna central del Estado» en un momento de cuestionamiento del régimen político español gestado en la Transición ( la foto de la presidenta de la Junta con Botín o su declaración del que el PSOE-A es la columna del PSOE, dicen mucho). Todo ello por razones propias. Una salida real de la crisis en Andalucía necesita una política general del país que no esté inspirada en los intereses de una minoría, la de la burguesía y los terratenientes, la minoría ganadora en la globalización neoliberal y la financiarización. «Resistir» en el gobierno con el PSOE sin impugnar materialmente las políticas de austeridad (lo del imperativo legal aquí es un ridículo suicida) lleva en las circunstancias actuales a neutralizar la construcción urgente de un bloque de fuerzas sociales, culturales, económicas y políticas que unan al campesinado pobre y al jornalero con el proletariado urbano, capas intermedias y sectores de profesionales de Andalucía.

Las «primarias» impulsadas recientemente por el Consejo Andaluz de IULV-CA para elegir a la cabecera de la candidatura a la Presidencia de la Junta de Andalucía, se hacen sin abrir una nueva perspectiva unitaria, sin poner en crisis una experiencia de gobierno que hoy por hoy oxigena al bipartidismo, a las políticas de austeridad y a la operación de «restauración» del régimen. Se sigue actuando como si lo ocurrido el pasado 24 de mayo fuera sólo una exigencia de «innovación» en la actual crisis política del sistema político español y no de todo un modelo de desarrollo cultural y económico-social que ha llevado a Andalucía a la derrota.

Grecia encontró una vía de salida: Siryza. Pero no debemos olvidar que esa fuerza política fue refundada, desde dentro y desde fuera, por sectores importantes de la población, cuando propuso no articular alianzas con las fuerzas políticas que impusieron el memorándum de la Troika y trazó unos objetivos propios. Una situación que le ha llevado a situarse como primera fuerza del país. ¿Por qué no pudo IULV-CA jugar un papel propio pero semejante a Syriza? ¿Por qué IULV-CA no pudo aspirar a convertirse en la primera fuerza política de Andalucía, refundándose con las gentes que sufren el fracaso de todo un régimen y de un grupo dirigente que ya no tiene proyecto de futuro alguno para el conjunto del territorio andaluz y la mayoría de sus habitantes?. ¿Por qué no se desvinculó del proyecto al que se denominó «modernización«, pero que en realidad llevaba a Andalucía a anclarse en la periferia de la periferia en plena crisis general del capitalismo?.

Los resultados de las elecciones europeas marcan también el final de una experiencia de IULV-CA. Y ya no basta con vestir la misma política con unas «primarias» para tirar otro poco de tiempo más ignorando lo fundamental de la crisis que vivimos: un programa alternativo de transformación de Andalucía requiere constituirse como proyecto de transición a otro modo de producir y vivir. El programa tiene que ver con el movimiento real de transformación global y realización gradual, pero inmediata, del sistema propietario e institucional hacia un orden social diferente. Y, por tanto, los procesos de participación y los asuntos de democratización de las organizaciones tiene que ver directamente la articulación y conexión a un bloque alternativo que está llamado a sustituir al dominante.

Francisco Sánchez del Pino, María Dolores Nieto Nieto. Asamblea Local de Izquierda Unida en Jaén

Nota: El presente artículo forma parte de un trabajo colectivo mas extenso, elaborado por el grupo humano y político que compone la Asamblea Local de Izquierda Unida en Jaén. Puede descargarse en este enlace (descarga documento completo)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.