Ignoramos si el «estudio comparativo» que a continuación desarrollaremos ha sido trazado antes por alguien; no nos consta, pero ¡sería extraño que no fuera así! Y es que, para cualquier conocedor de la realidad geopolítica mundial, familiarizado al mismo tiempo con el legendario cómic de Goscinny&Uderzo , resulta inevitable y casi espontáneo establecer paralelismos entre […]
Ignoramos si el «estudio comparativo» que a continuación desarrollaremos ha sido trazado antes por alguien; no nos consta, pero ¡sería extraño que no fuera así! Y es que, para cualquier conocedor de la realidad geopolítica mundial, familiarizado al mismo tiempo con el legendario cómic de Goscinny&Uderzo , resulta inevitable y casi espontáneo establecer paralelismos entre la pequeña y rebelde aldea gala de Astérix [1] y esa isla (en el más amplio sentido de la palabra) que, a 90 millas de la sede del Imperio, mantiene contra viento y marea su singularidad: Cuba.
Se ha analizado en numerosas ocasiones (y en general desde una postura de excesivamente maniquea «correccción política») el trasfondo político inyectado por Hergé -con alusiones apenas veladas a la actualidad de cada momento- en el otro gran mito del cómic francófono: Tintín . Con respecto a Las aventuras de Astérix el galo, a nadie se la escapó nunca la laudatoria alegoría de la resistencia que suponían. Pero, la similitud con el «caso cubano» ¿es intencionado… o acaso es Cuba la que, sin proponérselo, se ha convertido en materialización caribeña de la indómita aldea gala que en la ficción era la peor pesadilla de Julio César ? Ignoramos el grado de intencionalidad de los autores al respecto; en todo caso, resulta irrelevante. El paralelismo ahí está, obvio para el que lo quiera ver, y esperamos que este modesto análisis [2] sirva como «guía de lectura»; no del legendario cómic… ¡sino de la realidad cubana!
1.-ANOMALÍA HISTÓRICA.
«Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor.» [3] En 2004, ante el Congreso Estadounidense, el entonces Presidente del Gobierno Español, José María Aznar , afirmó que Cuba representa «una de las últimas anomalías históricas, no ya de las Américas, sino del mundo entero». [4] Con este certero (aunque pretendidamente insultante) análisis, «Mr.Ánsar» revelaba la clave de la singularidad de la perla del Caribe. Todo el mundo occidental, incluyendo muy destacadamente a partidos e intelectuales pretendidamente izquierdistas, celebró la caída del Muro de Berlín… y, por tanto, el «Fin de la Historia», la «Muerte de las Ideologías» y toda la sarta de dogmas T.I.N.A. [5] que abrieron camino a la hegemonía (económica, política, militar, ideológica…!) del Imperio Global. [6]
Cuba, «anomalía histórica», escupe sobre el determinismo histórico neoliberali, negando que la Historia y las ideologías hayan muerto, afirmando con el ejemplo que otro mundo es posible. De igual modo, la aldea de Astérix representa, en el 50 AC, una «anomalía histórica»…
2.-ORGANIZACIÓN POLÍTICA. LIDERAZGO; PODER POPULAR; PARTIDO ÚNICO.
La aldea donde habitan Astérix y su fiel amigo Obélix no conoce democracia burguesa de partidos, con elecciones cuatrienales y «rotación de poder». » Abraracurcix , el jefe de la tribu, majestuoso y valiente (…). Es respetado por sus hombres y temido por sus enemigos.» [7] Abraracurcix es jefe; dispone y ordena, como corresponde al líder de una aldea asediada por un enemigo infinitamente poderoso que la amenaza de muerte constantemente. Esto no implica que deba ser un tirano cruel, corrupto y endiosado. Vive para, entre y como el pueblo, con el único privilegio de ser transportado sobre un escudo alzado por porteadores, como distinción simbólica de su responsabilidad. Ríe, llora, acierta, se equivoca y recibe (justificadas o no) impugnaciones por parte de su pueblo, que a menudo lo convierte en objeto de chiste… no porque lo odie o desprecie, sino precisamente por la familiaridad, desenfado y confianza que caracteriza la relación entre ambos estamentos -pueblo y poder-, hondamente entrelazados. «Buscamos algo nuevo que permita la perfecta identificación entre el Gobierno y la comunidad en su conjunto, huyendo al máximo de los lugares comunes de la democracia burguesa.» [8]
Abraracurcix nunca toma una decisión importante sin consultar a sus «cuadros»: Astérix, Obélix, el druida Panorámix y, en ocasiones, el venerable anciano Edadepiedrix . En ocasiones extraordinarias, el pueblo entero se reúne en asamblea, llevando a cabo una experiencia de democracia directa. Pero el jefe, por voluntad popular y a pesar de errores y desencuentros, sigue siendo Abraracurcix. Su valor, su integridad, su honradez y su entrega total a la defensa del pueblo frente a la voracidad del Imperio lo avalan.
«Es verdad que (la masa) sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas. (…) La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la Revolución y es explicada al pueblo, que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el Partido y el Gobierno para hacerlas generales. (…) Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo sólo puede apreciarse viéndolo actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. (…) Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y victoria» [9] («¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!»; o bien: «¡Viva la Galia! ¡Viva Abraracurcix, nuestro jefe!». En su poema Hombre que mira sin sus anteojos, Mario Benedetti enumera los recuerdos y experiencias que merece la pena llevar consigo, y, entre ellos:
el hombre político que en un acto
de incalculable valor
dijo a un millón de pueblo la culpa es mía
y el pueblo empezóa susurrar fidel fidel
y el susurro se convirtió en ola clamorosa
que lo abrazó y lo sigue abrazando todavía
En el álbum El Regalo del César (1974), la fiebre electoralista asalta al pueblo. Muy significativamente, en la portada vemos a los aldeanos enzarzados en una violenta pelea, blandiendo como armas sus carteles electorales, mientras Astérix se burla de ellos, diciéndonos por señas que «están locos». Se desata la historia al presentarse un galo luteciano(parisino) reclamando su propiedad sobre la aldea rebelde, en virtud de un documento firmado por César que ha llegado a sus manos por enrevesados caminos. Dicho documento, como le informa Abraracurcix al recién llegado, es una estafa, pues «No se puede dar lo que no se tiene… Y Julio César tiene todas las Galias, ¡menos este pueblo!». El forastero decide entonces presentar su candidatura como jefe de la aldea. La aparición de dos partidos y la esperpéntica campaña electoral resultante tienen la nefasta consecuencia de enfrentar entre sí a los habitantes, que para colmo, cambian su intención de voto por impulsos más emotivos que racionales. Los romanos, obviamente, aprovechan la coyuntura para atacar al ahora desmembrado pueblo («¡Escuchadme! ¡Mientras todos quieren ser jefe, están pasando cosas muy graves!» clama desesperado Astérix), que sólo repele la agresión cuando olvida la carnavalada politiquera y vuelve a unirse. Exactamente lo mismo que le ha pasado a Cuba desde el comienzo de sus guerras de independencia, en el siglo XIX. Ya José Martí advirtió por ello de la necesidad de crear un partido único.
3.-ORGANIZACIÓN ECONÓMICA. BLOQUEO Y «TERRORISMO FINANCIERO».
Obviamente, la organización económica de la aldea gala es de subsistencia y pre-capitalista, una suerte de comunismo tribal. Los comerciantes -Obélix, fabricante de menhires, Ordenalfabétix , pescatero, Esautomatix , herrero…- intercambian su mercancía con el resto de habitantes mediante el trueque. La moneda -sextercio romano- sólo se utiliza para comprar fuera de la aldea, generalmente bienes para la comunidad, lo que nos recuerda el uso que Cuba hace del USDollar.
Roma, desesperada ante la imposibilidad de doblegar la aldea rebelde mediante la fuerza militar (recordemos que el druida Panoramix elabora un poción mágica que otorga una fuerza sobrehumana a quien la ingiere), intenta en numerosas ocasiones estrategias más sutiles, a veces relacionadas con lo que llamaríamos «terrorismo financiero», y que nos recuerdan también al caso «Cuba versus Imperio».
Así, en La vuelta a la Galia por Astérix (1969), Lucius Flordelotus , Prefecto enviado especialmente a la zona, amonesta indignado al centurión de uno de los campamentos que rodean el pueblo: «¡Toda la Galia vive en plena Pax Romana excepto esta pequeña aldea disidente de vuestro sector, lo cual es un desafío al César!». Tras comprobar en propia carne la invencibilidad de los guerreros comandados por Abraracurcix, concluye: «¡Tengo otra idea! ¡Si no podemos vencerles, les aislaremos!», y a tal efecto, construye una empalizada alrededor del pueblecito. Digno precursor de todos los presidentes estadounidenses desde Eissenhower y de los señores Helms , Burton y Torriccelli , Flordelotus informa a Astérix y sus amigos: «¡Puesto que sois tan malvados, os encierro en vuestra aldea! ¡Así no podréis contaminar con vuestras ideas al resto de la Galia! Os tendréis que alimentar de lo que produzcan vuestras tierras, y os olvidaremos de una vez!».
Son de sobras conocidos los estragos que sobre Cuba ejerció el derrumbe de la URSS. Dejando a un lado la obvia debacle económica, quizá lo más devastador sea el efecto que ésta generó en la moral y conciencia del pueblo cubano. La isla hubo de volcarse al negocio turístico como única fuente de ingresos; así, al descontento producido por la escasez, hay que sumar otro factor desestabilizador: la aparición de un capitalismo infiltrado, un auténtico salto hacia atrás en el camino hacia el «Hombre Nuevo» soñado por Ché Guevara . El constante desfile de turistas occidentales y su bisutería consumista -y el auge de mercado negro y prostitución que conlleva-, inevitablemente despierta deseos, fantasías, contradicciones, confusión y descontento en el pueblo anfitrión [10] . Factor añadido es la existencia de emisoras de radio y TV clandestinas financiadas por EEUU (por ejemplo, «Radio Martí») que emiten hacia la isla -violando la legislación internacional, ¿cómo no?- mensajes acerca de las bondades del capitalismo.
En La Residencia de los Dioses (1971), el indómito pueblecito galo sufre un proceso similar, fruto de una inteligente estrategia ideada por César: «Esos galos, ayudados por una poción mágica que les da una fuerza sobrehumana, protegidos por un bosque que les alimenta, rehusan la Civilización Romana… ¡He decidido obligarles a aceptar esa Civilización! ¡El bosque será talado para dar lugar a un parque natural! ¡Finalmente, edificios habitados por romanos, rodearán el pueblo, que no será más que un barrio de chabolas condenado a adaptarse, o desaparecer!». Es construido un complejo turístico, rápidamente ocupado por civiles romanos, quienes empiezan a visitar la vecina «aldea indígena», atraídos por su pintoresco encanto y sus bajos precios… y el heroico pueblecito entra en decadencia. «¡Hay que decir que los romanos significan el progreso!» opina Ordenalfabétix, quien ha multiplicado ventas y precios; Esautomatix, cuyas espadas causan furor como souvenir entre los turistas romanos, añade: «¡Yo era herrero y, gracias a ellos, ahora soy anticuario!»; «¡Está muy bien que hayan venido! ¡Nos ayudarán a salir de la barbarie!», se regocija la esposa de Edadepiedrix, ahora vestida a la moda de Roma. La aldea se llena de pescaterías y tiendas de souvenirs que compiten a la baja en sus precios… y sus habitantes -¿cómo no?- se enfrentan entre sí en lugar de luchar contra el romano, a quien ahora están agradecidos.
Obélix y Compañía (1978), el álbum más explícitamente anticapitalista [11] , ahonda en la cuestión. El plan de Roma no puede ser más claro: «Ya que son fuertes, hay que debilitarles. (…) El afán de lucro, el oro… he aquí lo que les debilitará y ocupará. Vamos a convertirlos en decadentes.» A tal efecto, compran al ingenuo Obélix todos los menhires que pueda fabricar. Éste, viéndose incapaz de satisfacer la demanda, contrata a su vez a otros habitantes del pueblecito como mano de obra. Obélix, convertido en «hombre de negocios», comienza a comportarse con la arrogancia del nuevo-rico, despertando rencor y envidia en el resto de habitantes quienes, movidos por el deseo de convertirse en «el hombre más importante del pueblecito», devienen a su vez en empresarios menhireros. Abraracurcix se lamenta: «¡Se han vuelto todos locos! ¡La mitad caza jabalíes para alimentar a la otra mitad, que hace menhires!» Una vez más, la aldea se desmembra. Los habitantes, al olvidar su fraternidad y aumentar su desigualdad… pierden su libertad, quedando a merced del poder económico romano.
Vemos, pues, que tanto la nación caribeña como la aldea de Astérix y sus amigos deben lidiar constantemente con la más peligrosa y sutil arma del Imperialismo: el «espíritu capitalista», que, como agente infiltrado, mina los lazos psíquicos, emocionales y sociales que unen y hacen fuertes a los resistentes.
4.-«GUERRA DE TODO EL PUEBLO»
Al igual que Cuba, la heroica aldea gala practica, en su resistencia al Imperio, una «Guerra de Todo el Pueblo» [12] ; desde luego, hay dirigentes y estrategas (Abraracurcix, Astérix y Panorámix), pero no una casta militar que suponga un «poder paralelo», pues la población en su conjunto es un cuerpo de milicianos formados, sensibles de ser movilizados en caso de alerta (por tanto, también capaces de derrocar militarmente al Gobierno… ¡suponiendo quisieran hacerlo!). Cuba ha probado en numerosas ocasiones la eficacia de tal planteamiento: desde la fulminante victoria en 72 horas frente a las tropas mercenarias en Bahía Cochinos (abril de 1961), que supuso la primera derrota militar de EEUU -preludio de Viet-Nam- y el resquebrajamiento del mito acerca de la «infalibilidad de la CIA»… hasta la impecable coordinación popular en caso de huracán, que año tras año asombra gratamente al turista desprevenido y ha merecido recientemente las albanzas de la UNESCO.
5.-DISIDENCIA.
La de la «disidencia» (tanto interna como externa) probablemente sea la cuestión más controvertida acerca de la Cuba Revolucionaria, y la que más daño ha producido a su imagen. No en vano, sus poderosos enemigos llevan casi 50 años descontextualizando dicha cuestión, deformándola y sobredimensionándola hasta la caricatura, bajo el machacón axioma «Comunismo=Gulag», haciendo caer en la trampa a intelectuales occidentales habitualmente considerados pro-castristas; traicionados súbitamente por su ciega fe en la Libetad Individual, olvidan que tras los «disidentes» -¡y éstos mismos se encargan de hacer gala de ello!- suelen ser directa o indirectamente tentáculos de Washington.
Dejando a un lado el (esencial) factor de la intoxicación informativa ultraderechista made in Miami… el caso es que la óptica del resistente constantemente amenazado y agredido no está para contemplar sutilezas relativistas. El traidor -o aquél que comete un error aprovechable por el enemigo para dañar a la comunidad- debe ser apartado y/o aleccionado; esto es un axioma intemporal y universal. Y «en la fortaleza asediada, cualquier disidencia es traición», dijo San Ignacio de Loyola .
En el poblado galo, la tolerancia es cero. En La Cizaña (1970), el mismísimo Astérix es -erróneamente- acusado de haber vendido a los romanos el secreto de la poción mágica, poniendo así al pueblo en peligro de inminente exterminio. El gallardo guerrero, incapaz de demostrar la falsedad de la acusación pero consecuente con la gravedad de ésta, abandona la aldea. Víctima de otra calumnia, en Astérix y el Caldero(1969), el pueblo reunido en asamblea decide desterrarlo, medida que el guerrero acata. Así le dice Abraracurcix: «Tenías la misión (…) y has fallado. Por causa tuya, el pueblo ha quedado deshonrado. Conoces nuestras leyes, son estrictas.»
Hasta el hastío se ha criticado la actitud cubana de desprecio hacia los disidentes-títere de Washington (¡insistimos en que falta demostrar que los haya de otro tipo!), que son llamados «gusanera» y «conspiradera». ¡Bien!, veamos a continuación el cariño con que nuestros héroes de cómic tratan a los galos «romanizados» -frecuentemente utilizados por el Imperio en sus planes de aniquilación de la aldea insumisa-: Moralelástix , jefe de una tribu vecina, «no me gusta demasiado. Es avaro y pacta de buen grado con los romanos por cuestiones de interés» [13] ; otro jefe galo, Prorrománix , obliga a sus súdbitos a vestir a la romana e incluso planea construir un acueducto… ¡a pesar de que el río cruza su pueblo, y tan sólo porque «hace romano»! Prorrománix saluda a los centuriones al grito de «¡Ave, César! ¡Bienvenidos sean nuestros invasores bienamados!» y, en opinión de Astérix y sus amigos, «es un renegado, bruto, ambicioso y sin escrúpulos.» Tras vencerlo en combate singular, Abraracurcix le otorga su clemencia condicionada: «Únicamente te pido que no olvides que eres galo y no debes servir a los romanos» [14] … Los ejemplos se repiten aventura tras aventura, y la moraleja es siempre la misma: un galo romanizado se encuentra a un paso de ser considerado enemigo. Y merece, por lo menos, desprecio.
6.-INTERNACIONALISMO.
Elemento clave de la política exterior cubana desde el triunfo de la Revolución, tanto en su vertiente políticomilitar como humanitaria, «el internacionalismo proletario es un deber, pero también una necesidad revolucionaria.» [15] Fiel a este precepto, la indómita aldea gala ofrece su ayuda a otras gentes que, más allá de sus fronteras, luchan por la independencia. Para ello, envía siempre a Astérix y Obélix -dignos precursores de Guevara- en «misión internacionalista». Brindan su apoyo moral, estratégico y guerrillero a todo foco de resistencia al Imperialismo: Astérix en Bretaña (1966), El Escudo Arverno (1966), Astérix en Hispania (1969), La Vuelta a la Galia por Astérix (1969), Astérix y Cleopatra (1969), Astérix en Helvecia (1970), Astérix en Córcega (1973), Astérix en Bélgica (1979)… «Crear dos, tres… muchos Viet-Nam, es la consigna.» [16]
Así, la aventura Astérix en Córcega (1973) se incia con un banquete en la heroica aldea al que son invitados «los amigos que se han distinguido en la lucha contra los romanos», a quienes Astérix y Obélix han conocido en sus anteriores misiones internacionalestas. Tal celebración nos trae e la mente inevitablemente las reuniones de la Tricontinental o las cumbres de No-Alineados…
Sobra decir que, en la actualidad, el insumiso pueblecito de nuestros amigos galos ocuparía un puesto destacado en el «Eje del Mal»; desde las democracias burguesas, incluso los autodenominados «intelectuales progresistas» exigirían al valeroso Abraracurcix que covocara elecciones libres y permitiera el libre mercado; las devastadoras incursiones galas contra los campamentos romanos -que tanto nos hacen reír en el cómic- serían consideradas «deleznables actos de terrorismo contra fuerzas pacificadoras occidentales»… y Astérix, Obélix y toda su gente acabarían con sus huesos en cualquiera de los Guantánamos que la CIA tiene repartidos por el mundo.
[1] Cuyo nombre, por cierto, desconocemos… pues nunca es especificado. Esto evidentemente supone un enorme logro alegórico.
[2] Para este trabajo hemos utilizado las traducciones al castellano de Víctor Mora y Jaume Perich publicadas en España por Editorial Bruguera, S.A.
[3] Esta leyenda abría todos los álbumes de Las Aventuras de Astérix el Galo. Aparecía al pie de un mapa de la Galia atravesado con violencia por un estandarte romano (coronado por el lema Senatus et PopulusQue Romanus -SPQR- y la orgullosa Águila Imperial) y en el que una lupa destacaba, en la costa noroccidental, una diminuta aldea rodeada de campamentos de tropas invasoras.
[4] «Discurso en el Capitolio de Washington». Artículo publicado en internet por la web-periódico de línea «neocon» Libertad Digital, Miércoles 4 de Febrero de 2004
[5] «There Is No Alternative». Doctrina reagano-thatcheriana implementada a principios de la década de los ’80. Al respecto, léase por ejemplo Noam Chomsky El terror como política exterior de EEUU (Ed. Libros del Zorzal, 2001).
[6] …del cual EEUU -en tanto que nación- no es más que sede, cara visible y «brazo armado». Al respecto, véase Samí Naïr El Imperio frente a la diversidad del mundo (Ed. DeBOLS!LLO, junio 2004).
[7] Descripción de «Algunos de los héroes galos». Esta sección, junto con el mapa descrito en la nota 3, servía de introducción a cada aventura.
[8] Ernesto Ché Guevara , El Socialismo y el Hombre en Cuba( abril de 1965) Ed. Ocean Press, 2005
[9] Ibídem.
[10] El propio Fidel Castro ha analizado en numerosos discursos de los últimos años, caracterizados por un alto grado de autocrítica, esos problemas y otros por llegar. Según el rotativo español El Mundo ( Ángel Tomás González : «Cuba, peligro de derrumbe», 5/1/06), «Castro fue el primero en dar la voz de alarma sobre la amenaza del auto desplome durante el acusador discurso que pronunció en la Universidad de La Habana, el pasado 17 de noviembre (de 2005), donde asumió la identidad de líder de la oposición de su propio gobierno . » En el mismo artículo leemos que Felipe Pérez Roque , Ministro de Asuntos Exteriores, » hizo pública la fractura que sufrió la sociedad cubana, ideológica, moral y ética, como consecuencia de la severa crisis económica vivida en los años 90 por el efecto de la caída de la Unión Soviética. Detalló la existencia de dos millones y medio de jóvenes, dos generaciones que en el 2006 tienen entre 16 y 30 años, que crecieron a partir del año 1990 en una realidad caracterizada por el ‘individualismo’, el ‘sálvese quien pueda’ y otros vicios. (…) A ello Pérez Roque sumó la pérdida de la ‘memoria histórica’ y una extendida ‘ingenuidad’ por desconocimiento del mundo real de hoy, en gente de todas las generaciones, que ha propagado la ‘ilusión’ por el capitalismo.»
[11] Pues, además de lo relatado a continuación en el presente artículo, caricaturiza en didáctica síntesis múltiples aspectos del sistema de producción capitalista tales como: las estrategias de marketing destinadas a la creación de necesidades, los conflictos derivados de la libre competencia, las fluctuaciones bursátiles… y, muy engelianamente, su intrínseco caracter «autodestructivo» que lo conduce a sucesivas crisis.
[12] Este concepto, instaurado y desarrollado por Camilo Cienfuegos y Ernesto Ché Guevara, se basa en la experiencia de la guerra irregular contra la tiranía de Batista y, siendo una idea profundamente socialista, constituye uno de los pilares estratégicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) comandadas por Raúl Castro Ruz .
[13] Astérix y el Caldero (1969)
[14] El Combate de los Jefes (1966)
[15] Ernesto Ché Guevara, Op.Cit.
[16] Ernesto Ché Guevara, Mensaje a la Tricontinental. Editado por Secretariado Ejecutivo de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina. La Habana, Abril 16 de 1967.