Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis
La Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobaron el jueves 200 millones de dólares de ayuda a los palestinos a través de la legislación Suplementaria de Emergencia por la Guerra, FY 2005. En apariencia, la suma se propone ayudar a los palestinos a mejorar su economía a través de varios programas y actividades. Pero a pesar de esta oferta aparentemente generosa, la cantidad es engañosa e hipócrita. Está llena de restricciones impuestas a la forma en cómo el dinero puede, haciendo muy improbablemente que los palestinos alguna vez vean la ayuda financiera o los beneficios de esta legislación.
El presidente norteamericano George W. Bush pidió 200 millones de dólares para ayudar a la Autoridad Nacional Palestina. Sin embargo, el Congreso, muy probablemente a través de la influencia del lobby pro-sionista, no sólo negó cualquier apoyo financiero directo para la Autoridad Palestina, sino que también excluyó la autoridad del presidente de rechazar las prohibiciones a financiar el gobierno palestino. Finalmente, el Congreso aguanta amarrada la cuerda del monedero, dicta la asignación del dinero y despojando los poderes del presidente en la conducción de política exterior. Así, el Congreso es el único en poner en marcha la política exterior cuando le interesa hacerlo; algo infame para los problemas respecto a Israel. Aparte del hecho que las restricciones a esa suma son engañosas en su apoyo por y para los palestinos, las manipulaciones del Congreso en referencia a los poderes gubernamentales y políticos tienen implicaciones constitucionales graves dentro de la ley norteamericana.
Añadiendo el insulto a la injuria, los fondos suplementarios de emergencia también estipulan donde y cómo debe asignarse el dinero. Sobre el terreno, alrededor de un cuarto de la ayuda va directamente a Israel: 50 millones de dólares irán directamente a Israel para la mejora fronteriza bajo el pretexto de revitalización económica para mejorar el flujo de las personas y mercancías a Israel; dos millones de dólares irán a las actividades sanitarias de Hadassah, un hospital israelí de Jerusalén para mantener los servicios sanitarios adecuado para las mujeres y niños palestinos a los que muchas veces se les prohibe ir a Israel, lo cuál incluye Jerusalén.
El idioma de la legislación, particularmente en referencia a las restricciones, es vago y ambiguo y hace imposible para los palestinos completar su puesta en práctica. Es completamente subjetivo. Puesto que el lenguaje y el significado de las restricciones se definen específicamente en que es un proceso largo y tortuoso en sí mismo, la distribución de la ayuda se detendrá. En esencia, las restricciones realmente aguaran la efectividad de la ayuda a los palestinos.
Por ejemplo, cinco millones de dólares irán hacia una auditoria de los fondos, investigando el manejo y empleo por parte de la Autoridad Palestina de toda la ayuda monetaria. Sin embargo, ¿si no hay ninguna ayuda directa al gobierno, entonces para que exactamente se está gastando el dinero?
Tras todas las provisiones, sólo 143 millones de dólares están disponibles para los palestinos, los cuales realmente serán canalizados a través de las agencias de ayuda norteamericanas, organizaciones no-gubernamentales y grupos filantrópicos.
El presupuesto está atado a tantas restricciones que se vuelve virtualmente sin sentido. El Congreso norteamericano está haciendo que esta legislación parezca una ayuda generosa a los palestinos, pero en realidad, es sólo dinero encauzado que retorna a Israel para llevar a cabo más violaciones de las leyes humanitarias e internacionales contra los palestinos.
La parte hipócrita es que los EE.UU. ya proporcionan a Israel tres mil millones dólares al año en donaciones; haciendo del estado judío el destinatario anual más grande de la ayuda norteamericana. Además, la ayuda se da como apoyo directo presupuestario de gobierno a gobierno, sin restricciones o pautas específicas al proyecto y le deja la capacidad a Israel para usar los fondos norteamericanos de la forma que este escoja. No hay ninguna consideración de cómo Israel realmente emplee el dinero.
Realmente dar ayuda es un esfuerzo para proporcionar auxilio a alguien para lograr lo que necesita. Como he escrito, al presupuesto suplementario de emergencia le falta y priva a los palestinos de este objetivo. MIFTAH le insta a los EE.UU. a aflojar la firme tenaza sobre los palestinos y ser un agente de la paz justo y limpio. Mostrar confianza en los palestinos no sólo es necesario para el éxito político, sino también para el progreso económico.
9 de mayo de 2005