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Ayudando a los desplazados de Siria a prepararse para el coronavirus

Fuentes: Al-Jumhuriya English

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Sin la ayuda de la ONU ni de las ONG, los voluntarios locales en el norte de Siria se han encargado de proteger a los residentes de los campamentos desplazados contra la terrible posibilidad de un brote de coronavirus.

Con la reducción de la actividad de las ONG internacionales en Siria en los últimos dos años, ha sido necesario que iniciativas civiles y juveniles locales llenaran el vacío. Estos grupos improvisados, a menudo integrados por voluntarios, son ahora esenciales, de hecho indispensables, especialmente cuando se trata de respuestas de emergencia que requieren una acción rápida.

Financiados por campañas de micromecenazgo y donaciones, estos grupos se han preocupado principalmente por las nuevas oleadas de desplazamiento causadas por los fuertes bombardeos en el norte de Siria desde el comienzo de este año, que han provocado una cifra de desplazados internos de más de un millón, según el Grupo de Coordinación de Respuesta para Siria.

Sin embargo, ahora ha surgido una nueva emergencia en forma de coronavirus, que hizo su aparición oficial en Siria el mes pasado (aunque ya se sospechaba de casos no confirmados  mucho antes del anuncio del régimen de Asad). En consecuencia, los mismos grupos de voluntarios han iniciado una serie de campañas para preparar a los desplazados internos inmensamente vulnerables del norte de Siria ante un posible brote generalizado, teniendo en cuenta el escaso apoyo brindado al sector sanitario local y la falta de hospitales o centros médicos capaces de recibir a pacientes infectados. Con aproximadamente cinco millones de personas viviendo en condiciones extremas en áreas fuera del control del régimen, es prácticamente imposible para ellos implementar medidas adecuadas de cuarentena en el hogar o incluso tomar medidas básicas para protegerse del virus, especialmente cuando las ONG internacionales solo han proporcionado un estimado 3% de las necesidades básicas de estas personas.

Entre estas recientes iniciativas para lidiar con el coronavirus, hay una que todavía es anónima, ya que sus miembros aún no han dispuesto de tiempo para encontrar un nombre. Son un grupo de activistas de los medios que ofrecen una ventana informativa sobre la existencia de los sirios en el país, sus condiciones de vida y su capacidad para tomar medidas preventivas contra el virus. Dergham Hammadi, uno de los miembros de la iniciativa, dice que su trabajo se inició con una reunión para discutir formas de respuesta ante lo que la Directorado de Sanidad de Idlib declaró que podía convertirse en “una catástrofe peligrosa para la vida de cientos de miles de personas”. Sin ayuda de la ONU o de las ONG humanitarias, la responsabilidad de los activistas les llevó a tomar las riendas de la situación.

Los activistas sostuvieron también “conversaciones con los desplazados internos en el norte, quienes nos dijeron que solo conocían la noticia del brote de coronavirus y los ridículos consejos sobre cómo protegerse frente al mismo”, dijo Hammadi. “Están viviendo en circunstancias en las que no cuentan con ninguno de los requisitos previos para tales medidas de protección: asentamientos abarrotados de carpas una al lado de la otra; baños compartidos; altos precios de las máscarillas y productos de limpieza; pobreza; ausencia de presencia gubernamental o institucional… Todo esto imposibilita la implementación de planes de prevención”.

Como tal, el grupo decidió trabajar con la organización de voluntarios Marhabtayn (“Hola”) a fin de proporcionar el mínimo necesario para evitar la infección. Juntos adquirieron pequeñas cestas que contenían jabón, esterilizadores, guantes, máscarillas, toallas y otros artículos de higiene, y se los dieron a los residentes de los campamentos informales a lo largo del camino entre las ciudades de Batabo y Sarmada, en el norte de Idlib, que están habitados por unas 75.000 familias sin supervisión de ninguna ONG. La mayoría de estos campamentos han surgido en los dos últimos meses.

Esta iniciativa se ha dirigido asimismo a centros de refugio recientemente establecidos, la mayoría ubicados en escuelas y granjas avícolas. Estos centros son de alta prioridad, ya que contienen un promedio de cuarenta familias por cada bloque residencial. Con alrededor de 100 hombres y mujeres viviendo en la misma habitación, estas personas son inmensamente vulnerables a la infección en caso de un brote.

Para determinar estas prioridades, Hammadi dice que realizaron un estudio de campo que tuvo en cuenta la cantidad de campamentos, sus condiciones de vida y si contaban con el apoyo de alguna entidad en particular o de ONG humanitarias. También contactaron a productores y comerciantes de productos de limpieza para conseguir un buen precio antes de comenzar la iniciativa. Al final, llegaron a un coste por canasta de alrededor de 3,45 $; cada canasta era suficiente para las necesidades de higiene de una familia de cuatro o cinco miembros durante un período de quince días.

Según Hammadi, la iniciativa ha podido distribuir en poco tiempo 1.200 canastas de higiene en once campamentos y tres refugios en el área entre Sarmada y Batabo. Después de este primer paso, el número de personas involucradas en la iniciativa creció y los voluntarios podrán distribuir otras 2.800 canastas en los próximos días en campamentos y otras zonas en Afrin, así como en las zonas rurales del norte y este de Alepo. Naturalmente, la iniciativa no puede ser suficiente por sí sola para garantizar la protección necesaria para todos.

No obstante, Hammadi cree que “a través de medidas e iniciativas similares, los sirios pueden intensificar sus esfuerzos dentro de sus propias esferas sociales, de modo que cada grupo de hombres y mujeres jóvenes pueda crear una unidad local de respuesta a emergencias para hacer lo mismo y entregar esta ayuda a familias y desplazados internos a través de sus contactos o mediante equipos de voluntarios dentro del país. Hoy en día hay varios equipos de voluntarios que ya han lanzado campañas de respuesta de emergencia ante el coronavirus, incluidos Marhabtayn y Molham (‘Inspirados’)”.

De hecho, el director de Molham, Atef Nanou, ha informado a Al-Jumhuriya que su grupo ha lanzado una campaña titulada “Protejámonos los unos a los otros”, dirigida a garantizar los requisitos de prevención del virus, ya sea a través de canastas de higiene o alimentos, para ayudar a las personas a implementar medidas de cuarentena.

En cuanto a Marhabtayn, la coordinadora de la campaña de respuesta al coronavirus, Sawsan Abu Zayn al-Din, dice que han lanzado una nueva campaña de donaciones a través de videos y publicaciones en colaboración con Focus Aleppo. Una página de donaciones online había recaudado 5.095 £, de un objetivo de  20.000 £, en el momento de esta publicación.

Los sirios desplazados enfrentan el grave peligro de un posible brote de coronavirus. Forman parte de las personas menos protegidas contra el virus en todo el mundo. Por lo tanto, es de suma importancia que se les proporcione de inmediato la protección necesaria, ya que cualquier retraso adicional podría invalidar dicha protección en caso de un brote a gran escala. Hoy es posible, con donaciones modestas, ahorrarle a nuestra gente la pandemia y ayudarlos a superar la prueba. Podemos hacer algo más que retorcernos detrás de las pantallas y auriculares del teléfono ante el destino de nuestros familiares y compatriotas para enfrentar una pandemia que ha dejado decenas de miles de muertos incluso en los rincones más estables y ricos del planeta.

[Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en árabe el 30 de marzo de 2020, y fue traducido al inglés por Alex Rowell]

Fuente: https://www.aljumhuriya.net/en/content/helping-syria%E2%80%99s-displaced-prepare-coronavirus

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la fuente original, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la traducción.