Traducción Susana Merino
El poder bahreiní acobardado por la situación. Frente a la presión de la calle que reclama desde hace dos semanas, la «caída del régimen» el rey Hamad Ben Issa Al Khalifa ha jugado la carta del consenso. El sábado 26 de febrero ha nombrado a tres nuevos ministros en puestos clave de las áreas sociales: vivienda, salud y servicios de agua y electricidad, Prometió también el reembolso del 25% de los créditos inmobiliarios a 30 mil hogares bahreiníes Esos anuncios se han producido dos días después de que el poder aceptara mantener un «diálogo nacional» que incluya a «personalidades de todos los sectores» con la intención de aplacar la cólera del pueblo y responder a las reivindicaciones de cambio político.
Todas las medidas han sido sin embargo consideradas inmediatamente «insuficientes » por elpartido chiíta Al Wefaq, principal grupo de oposición, que ve en ellas una tentativa de «manipulación» según un diputado de la oposición. Al Wefaq continua reclamando «la renuncia del gobierno y la formación de un gobierno de acuerdo nacional» Los manifestantes exigen la salida de la familia real.
El anuncio de nuevos nombramientos no ha impedido nuevas manifestaciones en la capital Manama. El sábado eran todavía cientos los que continuaban exigiendo la salida de la familia real, cantando «Vete Hamad» o » À bas Hamad » en la plaza de la Perla, principal teatro de las manifestaciones donde en dos semanas murieron siete manifestantes. El viernes, decenas de miles de personas, la mayoría de la oposición chiita, pedían una «verdadera monarquía constitucional» Ese día el embajador de Bahrein en París mostraba a la prensa un reino dispuesto a dialogar. «Todos los temas están sobre la mesa y la discusión carece de límites» precisaba Nasser Al Belooshi refiriéndose en la víspera a la instalación por parte de las autoridades de Bahrein de un «diálogo nacional»
» Soy muy optimista» en relación a la discusión «que debe concluir en un nuevo contrato social». El embajador se cuidó muy bien de todos modos de referirse al caso de que la oposición se negase a dialogar «¿Porqué no lo harían?» preguntó antes de agregar: «El pueblo de Bahrein debe escuchar la voz de la razón»