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Desigualdades barcelonesas

Barcelona es poderosa, Barcelona tiene poder

Fuentes: Rebelión

Las desigualdades sociales tienen «externalidades». Hace una década aproximadamente, según investigaciones de Vicenç Navarro, Carles Muntaner, Joan Benach y otros especialistas en salud pública, la diferencia de esperanza vida entre los barrios más ricos (donde residen ricachones, realeza, ejecutivos de multinacionales y seres afines) y los barrios más pobres de Barcelona, «la millor botiga del […]

Las desigualdades sociales tienen «externalidades». Hace una década aproximadamente, según investigaciones de Vicenç Navarro, Carles Muntaner, Joan Benach y otros especialistas en salud pública, la diferencia de esperanza vida entre los barrios más ricos (donde residen ricachones, realeza, ejecutivos de multinacionales y seres afines) y los barrios más pobres de Barcelona, «la millor botiga del món», era de unos 8 años. Los ricos, de promedio, vivían un 10% más que los más pobres. No está mal, nada mal.

En los últimos cuatro años, en tiempos de esta antiobrera crisis-estafa. las desigualdades en España se han incrementado. Nos acercamos, tocamos más bien, el 7 del coeficiente de Corrado Gini. La periodista Clara Blanchar [1] ha dado cuenta recientemente de lo que está sucediendo en la ciudad de los prodigios.

La brecha que separa el barrio más rico del más pobre esta en consonancia con lo señalado: con una renta de 241 (sobre una media de 100), los ciudadanos/as de Pedralbes, de promedio, son más de 7 veces más ricos que los de Can Peguera con una renta de 34 (la tercera parte de la renta media de la ciudad).

No es sólo en los «extremos». Desde 2008, señala C.B., todos los distritos de la ciudad que están por encima de 100, de la media, han visto aumentar su riqueza, mientras que han caído los ingresos en los distritos que están por debajo (con la excepción de Ciutat Vella). Los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

Las últimas cifras del Departamento de Estadística del Ayuntamiento barcelonés, a finales de 2011, señalan que el 75% de los barrios está por debajo de la media. Si se miran agrupados en los 10 distritos, destaca C.B. con mucha razón y con no menos indignación, «hay seis por debajo y cuatro por encima. En población, suman mucha más los pobres (1.002.441 personas) que los ricos (613.000)», casi 400 mil personas más.

Por distritos (agrupando barrios próximos) se enriquecen el Eixample: de 108 (en 2008) a 112 (en 2011), un incremento del 3,7%; Les Corts, de 151 a 162,2 (un incremento del 7,4%); Sarrià-Sant Gervasi: de 177,7 a 178 (prácticamente igual); Gràcia: de 102,3 a 105,8: incremento del 3%; Ciutat Vella (la excepción): la renta sube de 72,1 a 81,7 (con un incremento del 13,3%).

Los distritos que se empobrecen, los distritos pobres que son más pobres, serían: Sants-Montjuïc: de 81,4 a 72,4 (un decremento del 11%), Horta-Guinardó: de 88,2 a 80,9 (un decremento del 8,2%), Nou Barris: de 60,2 a 57,6 (con un decremento del 4%), Sant Andreu: de 76,4 a 66,2 (con un decremento del 13,3%), y Sant Martí: del 91,9 a 88,3 (con un decremento del 3,9%).

Itziar González, la valiente y consistente ex regidora de distrito (la hija de la fallecida rectora de la UPF y del catedrático de derecho constitucional González Casanova [2]), la misma activista que fue amenazada de muerte por oponerse a la estafa municipal y empresarial asociada a la construcción del hotel de lujo del Palau, ha dado cuenta de las razones de la excepción de la Ciutat Vella: se ha ido gente del barrio, unos 8 mil vecinos entre 2008 y 2011, personas de clases populares. Los nuevos residentes tienen otras ubicaciones socioeconómicas.

La presidenta de la Federación de Entidades de Acción Social ECAS, Teresa Crespo, recuerda CB, ha señalado aristas esenciales de la situación. «Dentro de una caída general, es básico ver que hay una mayoría que cada día sufre más: que los pobres cada día son más pobres y los ricos, más ricos. Estas desigualdades están poniendo al límite el riesgo de ruptura social. La pobreza infantil a causa del paro ha crecido el 8% en poco tiempo, si a esto se suma que los que trabajan cada día son más pobres y que las prestaciones caen, estamos ante una bomba de relojería». La tasa Arope (que contabiliza ingresos y condiciones de vida) muestra que en la Cataluña del gobierno de los mejores privatizadores, de los grandes emprendedores neoliberales, la pobreza se ha disparado hasta el 29,5% en 2011.

Manuel Delgado, por su parte, su opinión está recogida en el artículo de CB, sostiene que los Gobiernos de izquierdas (PSC+ICV, o PSC+ERC+ICV-EUiA) que han administrado la ciudad desde los años de la transición-transacción no consiguieron «acabar con la ciudad socialmente segregada, donde hay bolsas de pobreza que no hacen sino empeorar». Para Delgado, es la prueba de que dejar «la ciudad en manos de políticos visionarios y profesionales brillantes no ha resuelto el problema; el tema no era que Barcelona no fuera guay, sino que había pobreza: las clases siguen existiendo». Políticos visionarios es una formulación generosa e incluso muy afable del antropólogo barcelonés (¿Clos, Hereus visionarios?); profesionales brillantes roza incluso la inadecuación (¿qué tipo de brillantez esgrimieron muchos de estos profesionales? ¿la de sus bolsillos? ¿La de la servidumbre al poder y a las finalidades de algunas direcciones partidistas?).

Lo mejor en todo caso (es decir, lo peor, lo que contiene más cinismo por letra duplicada) son las declaraciones de la actual teniente de alcalde de Calidad de Vida del Ayuntamiento, Maite Fandos, de CiU, también recogidas por Clara Blanchar: la actual situación de renta en Barcelona es «una herencia de Gobiernos de PSC e ICV. Nos obligan a trabajar mucho y lo preocupante es que estas desigualdades son fruto del tiempo de bonanza económica, cuando había recursos, ahora es todo mucho más difícil». Tal cual, lo dice una representante de una coalición de partidos al servicio de los intereses que incrementan precisamente esas desigualdades, una coalición muchos de cuyos votantes jamás han estado en ningún barrio obrero de su propia ciudad. Ni en sus cercanías: viven en ellos chusma obrera y charnega.

Preguntado por el posible éxito de La Marea [3], Rafael Poch de Feliu ha comentado el punto nodal de la situación [4]: «La pregunta forma parte del futuro de España y de Europa, ¿van a tragarse los españoles y los europeos esta involución sociolaboral sin rechistar, o vamos a entrar en un ciclo rebelde? Lo que hemos visto hasta ahora es, al mismo tiempo, esperanzador e insuficiente. Hay mucho narcisismo online y mucha protesta difusa que debe concretarse en compromiso y programas de transformación. Hace falta una refundación ciudadana de Europa a partir de sus naciones, es decir una reconquista de la esfera económica y financiera que la política ha ido cediendo al capital en las últimas décadas». Para eso, para una refundación ciudadana de Europa, concluye el corresponsal en Berlín, una información más libre e independiente es crucial. Y voluntad y organización. Para que los poderosos de las ciudades, los Millet, los Fainé, los Conde, los Mas, los Pujol, como apuntó el poeta, tiemblen como niños ante muchedumbres ávidas de justicia, fraternidad e igualdad social.

Notas:

[1] Clara Blanchar, «La desigualdad entre barrios ricos y pobres de Barcelona crece desde 2008». El País, 14 de enero de 2013, p. 3 (edición Catalunya)

[2] Fue miembro del tribunal que juzgó la tesis doctoral de Francisco Fernández Buey sobre Della Volpe (Contribución a la crítica del marxismo cientificista). Es muy difícil olvidar sus sentidas palabras.

[3] Los redactores de Público se han organizado en una cooperativa y han sacado un nuevo medio mensual, La Marea. Otro grupo de dicha redacción ha creado el diario online eldiario.es.

[4] Entrevista publicada en http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5607

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.