Traducido para Rebelión por J. M.
A todos los nuevos oficiales, al terminar la instrucción, se les entrega el diario del legendario soldado Meir Har Zion, que arroja lodo a «la izquierda antisionista». Hay que detener esta práctica inmediatamente y abrir una investigación a los oficiales encargados de los entrenamientos.
Har Zion, primero a la izquierda, con Ariel Sharon y Moshe Dayan en 1955. Foto: AP
Una nueva edición de Pirkei Yoman (anotaciones en el diario), una colección de recuerdos escrita por Meir Har Zion, considerado un héroe militar de un período en la década de 1950 cuando el ejército israelí estaba involucrado en una serie de ataques de represalia, es el regalo que se entrega a los oficiales que se gradúan en la base de entrenamiento del ejército israelí Bahad 1. Durante su servicio militar, Har Zión fue considerado un luchador valiente y era conocido por el desarrollo de tácticas de comando del ejército. Si su historial militar sólo se huviera limitado a eso, la conmemoración de Har Zión y su legado entre los jóvenes oficiales del ejército israelí sería totalmente legítimo.
Cuando uno lee su diario, sin embargo, se descubre un gran número de detalles inquietantes que hacen que sea difícil entender cómo se escaparon de la atención los comandantes de Bahad 1, que se supone que deben educar a las personas a su cargo no sólo en la valentía y determinación, sino también en valores como la moral y la pureza de las armas. El diario de Har Zion incluye un gran número de descripciones de operaciones de represalia indiscriminada, daño sistemático a personas inocentes y hasta la ejecución de personas que por casualidad cayeron prisioneras en el camino a las redadas o en el curso de las operaciones.
El libro en cuestión no termina en la década de 1950 y también incluye el comentario de Har Zión sobre la actualidad: «La situación es intolerable. La nueva ala izquierda, antisionista, es la que está marcando la pauta. El ala derecha, que tiene miedo de su propia sombra, simplemente carece de una cultura de la gobernabilidad», cita del autor diciendo esto en el año 2007 a un activista de derecha en el momento en que se estaban desarrollando las primarias del partido Likud. «La derecha sólo parece estar en el poder. En la práctica, es la izquierda la que tiene el control. Todo está en sus manos – los medios de comunicación, la oficina del fiscal, los niveles más altos de la policía e incluso el Tribunal Supremo-. Cuando se trata de cualquier tema relacionado con la justicia de la empresa sionista, vamos de mal en peor. El Gush Emunim [Movimiento de colonos religiosos] es un rayo de luz en la oscuridad. Y [cuando se trata de aquellos] que llevan gorros religiosos… sin ellos ya habríamos cerrado el negocio».
El legado de Meir Har Zion en batalla es problemático y puede que no sea digno de pasar, pero el hecho de que el ejército israelí hace la elección de enviar su diario a los cadetes militares en el principio de su servicio con la propaganda llena de odio es simplemente inaceptable. El ejército israelí es un ejército del pueblo y los de la izquierda, igual que los israelíes seculares, los jueces, el oficial de policía y todos los demás a quienes Har Zión tilda de antisionistas, también son hijos para servir allí. No es razonable que el ejército distribuya indiscriminadamente este tipo de material inflamatorio que mancilla a estos grupos.
El ejército israelí no sólo debe poner fin a la distribución de la obra, sino que también debe mirar a fondo lo que está pasando en Bahad 1 y enjuiciar a los responsables. La base es una escuela de oficiales y no una incubadora ideológica de la extrema derecha.
Fuente: http://www.haaretz.com/opinion/1.597081
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