Las seis rayas que forman la cruz gamada y la estrella de David, dos zetas cruzadas y dos triángulos cruzados, son parte de un mismo ideario, como lo son Biden y Netanyahu. El programa de conquista del mundo de la cúpula de EEUU y del sionazismo se basa en el supremacismo, en el racismo, en la limpieza étnica, así se han hecho y así lo expresan. Gaza es el ejemplo más actual de eso que pretenden con el resto del mundo. Lo que además llama la atención es cómo vuelven a dar el aplauso al criminal psicópata los gobiernos y grupos políticos de Europa participantes de la guerra de Ucrania contra Rusia.
¿Cómo van a disolver la mala imagen de sus compinches asesinos? Los que dirigen la propaganda se callan que el imperio tiene la misma finalidad para el resto, lo que puede verse en Gaza, causar tanto terror en el mundo que nadie se atreva a moverse. Los pueblos se escapan de las garras del imperio por continentes enteros, África, Asia, Latinoamérica, y con ello Rusia y China, el 80% del mundo. El imperio se ve en caída vertiginosa. En Ucrania pierden la guerra, pues hay que buscar una víctima que les sea fácil, para hacer su demostración, como fue Guernica para probar lo que querían hacer sus nazis y fascistas en la 2ª Guerra Mundial.
Solo una movilización mundial nos salvará, el tiempo se acaba. El árbol es feliz connque le caiga la lluvia, hasta el árbol gritaría si supiese, si pensase, que le iban a tirar las bombas que lo destruirán. Romper los bloqueos informativos es un asunto principal, no el único, pero principal para que la gente abra los ojos ante la realidad de la guerra mundial que va creciendo.
El discurso que Biden hizo ayer noche a su nación es el anuncio claro de que la guerra pasa a una siguiente fase camino de la destrucción. ¿Portaaviones, flotas de guerra contra Gaza Palestina? Todo el dinero de EEUU para la guerra mundial, tienen una deuda-crisis que los hunde y el grupo de Biden Netanyahu quiere hundir al mundo para sostener su dominio.
Que diferente de Nicaragua que vuelca todas sus energías para 2024 en inversión social: salud, educación, lucha contra la pobreza e inversión pública. Y mientras el ente israelí, sionazismo, cierra el agua, corta la energía eléctrica, impide la llegada de ayuda humanitaria al pueblo palestino de Gaza, eso es un genocidio ¿no cree usted que debía pagarlo el ente colonial y sus protectores en un tribunal internacional?
La Historia de EEUU – Israel dice quienes son, y los pueblos en las calles del mundo ya han protestado hasta que los criminales han tenido que cerrar 20 embajadas. La Corte Penal Internacional no existe, ¿no cree que debía llevar al banquillo a los Biden – Netanyahu?
La cultura de muerte de EEUU-Israel esta mostrada en todas las guerras que han realizado contra el pueblo palestino, pero también en todas las guerras que han puesto en marcha en el resto del mundo, su cultura de muerte va con las bombas que tiran contra el pueblo palestino de Gaza. La psicopatía criminal incluye sus transmisiones de falsedades, mentir diciendo que los palestinos habían decapitado a 40 niños judíos es pretender engañar para pasar su propia culpa a quienes defienden su Patria y nunca han hecho ese crimen que ellos han practicado desde hace 75 años. Mintiendo pretenden que veamos al pueblo palestino, como dijo su criminal Gallant, como “bestias en cuerpos humanos”, para justificar su declaración: “vamos a matarlos”. La “democracia occidental” hace mucho que murió, y ahora su cadáver maloliente sale a flote con los psicópatas Biden-Netanyahu, dos en uno, como las seis rayas de la cruz gamada nazi y los triángulos cruzados que hacen la estrella de David.
Es de la mayor urgencia la movilización general de los pueblos, hay que parar la destrucción de Gaza, viviendas, hospitales, centros de cultura, iglesias y mezquitas, con la destrucción de todo pretenden que no haya ningún refugio y no haya ninguna referencia o representación de la cultura del pueblo palestino, buscan su expulsión y su desaparición en otros países.
El discurso de Biden la noche pasada resulta tan propio de un hipócrita que si no supiésemos que es la representación decadente de sus hiper ricos capitalistas del mundo, se pensaría que es el de un loco encerrado en un manicomio. Se lo pasó hablando de la URSS y de los que sus fábricas de armamento alimentan “hasta el último ucraniano” y comparándolos con los sionazis asesinando al pueblo palestino como si fuesen unos santos, sus santos, y para colmo terminó declarando su amor “a los musulmanes” hablando de la islamofobia que gentes como él mismo desatan en EEUU, y fue capaz de mencionar al niño musulmán asesinado en Chicago por los sionazis.
El mismo Biden llegó a decir que era el momento de cambio en la historia, que no se volvería atrás. Nadie crea que Biden es un loco, es el representante público del imperialismo, el criminal que firma el envío de dinero, armas y portaaviones para alimentar a su segundo, Netanyahu, en la comisión continuada del genocidio. ¿Qué puede cambiar el curso de la Historia?:
1. que los pueblos tomen las calles,
2. que los gobiernos intervengan para que semejantes personajes y detrás de ellos los que se esconden en su sombra se encuentren con una oposición real, práctica, en todos los organismos y pongan en marcha el boicot al ente sionazi.
Que se acabe con la difusión de falsedades, con la hipocresía del doble rasero, que según el corrupto jardinero Borrell es así como hace política, que no se deje sin respuesta a la manipulación que ejerce el imperialismo. El basurero de la Historia está esperando al esperpento representado por Biden Netanyahu.
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Internacionalista e integrante de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN
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