Traducido para Rebelión por LB
El 29 de diciembre, justo antes de la medianoche, la oficina del portavoz del ejército israelí colgó un titular urgente en su página Web: «Camión repleto de armas atacado cerca de Jabalya«.
El subtítulo decía así: «En torno a las 6 p.m. la aviación israelí atacó un camión de Hamas que transportaba docenas de cohetes Grad«.
Según el artículo, los cohetes del camión causaron una explosión secundaria que proyectó de piezas de armamento en todas direcciones. Según el artículo, los cohetes estaban siendo trasladados porque los milicianos «temían que su actual almacén fuera atacado por la aviación israelí, y para prepararlos para ser lanzados contra Israel«.
El artículo venía acompañado de un vídeo de poco más de 2 minutos de duración (1) que muestra la escena tal como la ve desde el cielo el avión israelí hasta unos instantes antes de la explosión. El video muestra a 15 figuras de color blanco que van y vienen entre dos vehículos. Se distinguen en sus manos tres objetos largos y negros que las figuras blancas depositan en lo que parece ser un camión. En un momento dado el segundo vehículo se va del lugar, de pronto retumba una explosión y las llamas cubren la pantalla. Un testigo presencial afirmó que la explosión fue causada por un avión teledirigido.
Sin embargo, las investigaciones realizadas por varios grupos de derechos humanos nos ofrecen un testimonio completamente diferente.
Según B’tselem y el centro de derechos humanos Mazan, el camión pertenece a Ahmed Samur, de 55 años de edad, y todavía sigue en el lugar, carbonizado junto a su taller del campamento de refugiados de Jabaliya. Junto al camión cuelgan bombonas de oxígeno calcinadas, una cuchilla y cables. Nadie se atreve a mover el camión o los demás objetos por miedo a que los aviones israelíes no tripulados que filman cada detalle desde arriba bombardeen a todo el que se acerque al lugar.
«Todo sigue en el mismo sitio«, dijo el jueves Samur. «Unicamente retiramos a los muertos«.
Justo tres horas antes del ataque la hija de Samur le dijo que había escuchado en la radio local que los israelíes habían bombardeado una casa situada junto a su taller.
Inmediatamente Samur montó en su camión Mercedes junto con su hijo y algunos vecinos y familiares, y se dirigió al taller para verificar los daños. Se quedaron estupefactos al descubrir que la casa vecina se había derrumbado sobre su taller y decidieron recoger las costosas herramientas y llevarlas a casa antes de que fueran saqueadas.
En el primer viaje se trajeron a casa un taladro, un soplete, una escala, otras herramientas y una bombona de gas para cocinar. Luego regresaron al taller para recoger el resto: tres de las seis bombonas de oxígeno utilizadas para trabajos de soldadura, dos bidones llenos de benceno y otros dos llenos de diesel.
Mientras Imad, el hijo de Samur, iba acomodando las herramientas en la camioneta, su cuñado llenó su propio coche, más pequeño, con 50 paquetes de electrodos de soldadura, de 4 kilogramos cada uno, y se marchó.
Samur se encontraba al otro lado de la calle para evitar que las partículas de polvo provenientes del incendio de la casa vecina penetraran en sus pulmones. Observó a los muchachos que cargaban el camión y le vino a la mente la imagen de las abejas cuando trabajan en el panal. Samur calcula que eso fue justo antes de las 5 p.m.
«De pronto vi un destello de luz al lado de mi camión, luego el camión se incendió y oí el ruido de una explosión. Empecé a correr hacia el lugar de la explosión y cuando llegué cerca y se despejó el humo vi cuerpos, uno de ellos el de mi hijo Imad. Me desmayé. Cuando me desperté me dijeron que Imad y los otros muchachos que le estaban ayudando estaban muertos «, recordó Samur.
Hablando con Haaretz por teléfono, Samur dijo: «Esos muchachos no eran de Hamas, eran nuestros hijos, y le diré sus nombres: Imad Samur, de 32 años; Ashraf al-Dabar, de 30; Mahmoud Rabayan, de 15; Rami Rabayan, de 23; Hila Ahmed, de 19; Mohammed Mahdi, de 17; Wissam Eid, de 14; Mohammed Haber, de 20. Otros cuatro resultaron heridos, dos de ellos de gravedad: Bilal Rabayan, de 19 años, y su hermano Baha, de 16.
«Ustedes tienen expertos y personas inteligentes en Israel«, dijo. «Deben venir y comprobar mi camión y las bombonas de oxígeno. Verán que no eran misiles Grad ni ninguna otra cosa. Ustedes están diciendo que han destruido un camión grande cargado de cohetes Grad. Bueno, pues vengan y véanlo con sus propios ojos«.
Haaretz le preguntó al portavoz del ejército israelí si el vídeo muestra el camión en cuestión, y éste respondió que «el cargamento del camión fue sacado de un edificio en el que se almacenaban munición y cohetes«.
Nadie en Gaza ha negado que el edificio se utilice para construir y lanzar cohetes Kassam, pero hay muchos objetivos destruidos por la aviación israelí cuya importancia militar no está clara, en el mejor de los casos. Así ocurre, por ejemplo, con un pequeño edificio vacío situado en el centro de un parque del campamento de refugiados de Sabura, en Rafah, que la aviación israelí voló hace dos días en un ataque que dejó un saldo de dos muertos.
Mazan dice que los interminables ataques de la aviación israelí han hecho que sea muy difícil determinar cuáles de los objetivos alcanzados eran objetivos militares y cuáles eran civiles.
- El vídeo puede verse haciendo clic en el enlace de la fuente.
Fuente: http://www.haaretz.com/hasen/