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Boycot ya al estado terrorista de Israel

Fuentes: Rebelión

Asistimos horrorizados y angustiados unos y defendiendo a ultranza otros una masacre que es digna de una mentalidad enferma de violencia, culpa y rencor. Acabo de leer el artículo que publicaron en Rebelión de Gideon Levy asombrada de que utilice la teoría de los dos demonios en un proceso de liquidación del pueblo palestino que […]

Asistimos horrorizados y angustiados unos y defendiendo a ultranza otros una masacre que es digna de una mentalidad enferma de violencia, culpa y rencor. Acabo de leer el artículo que publicaron en Rebelión de Gideon Levy asombrada de que utilice la teoría de los dos demonios en un proceso de liquidación del pueblo palestino que él acostumbra a señalar. El adoctrinamiento del sionismo produce estas mentes depravadas, la enseñanza desde pequeños para que sean buenos soldados incapaces de un juicio propio, de un sentimiento humano de compasión ó de solidaridad. La mayoría de la población israelí reacciona en corporativo, -¡si no eres un buen soldado los árabes nos echarán al mar!- y a esto se debe la escasa concurrencia que tienen las marchas y las reuniones de protesta. Lo más dramático de este estado es que sus dirigentes recurren a una acción de guerra a máxima escala para ganar en las próximas elecciones y que gana el que más haya matado y destruido a desarmada y exhausta población civil. ¿Está tan enferma la sociedad israelí que ésta es una virtud en los dirigentes para votarlos?

¿Les recuerda esto a algo? ¿Quizás a las largas filas de judíos montados por la fuerza al tren que los llevaría a los campos de concentración, exterminio y muerte? O es que la modesta cohetería Kassam no les recuerda a los valientes jóvenes que se levantaron en armas en algún guetto? Ellos son considerados como héroes en el anecdotario sionista, ¿sólo a los judíos les está permitida la resistencia?

Nos queda a los humanos correctamente pensantes, los que marchamos por la vereda de la justicia y la equidad social plegarnos con todas nuestras fuerzas y accionar por el pleno boicot al estado terrorista de Israel: el económico, cultural e institucional, concretamente echar al estado de Israel de las organizaciones institucionales internacionales, un estado moral e institucionalmente desviado de la justicia, que utiliza dentro de sus fronteras -que jamás declaró formalmente cuáles son- el sistema de apartheid para sus ciudadanos que no responden a la religión judía y viven constantemente amenazados de convertirse en refugiados.

No nos dejemos engañar por el poderosísimo aparato de propaganda sionista que utiliza uno de los momentos más oscuros de la historia de la humanidad, el nazismo, para chantajearnos con la defensa a ultranza del estado de Israel so pena de la desaparición de

más judíos. Ocultan con intención que en esa misma época también fueron aniquiladas otras poblaciones -rusos, polacos, resistentes, homosexuales, discapacitados y la lista es más larga-, para llevar adelante su nefasto plan imperial aliado a los poderes más degenerados del planeta. Y también ocultan ese tramo de la historia para que los judíos se sientan únicos en su desgracia y desconectados del resto de la humanidad.

¡Que no argumente el sionismo que todos los judíos somos parte de Israel! No podemos identificarnos con un monstruo que destruye y disocia a una parte del colectivo humano.