La familia Tikit, de la ciudad de Batman (sureste), no pudo contener las lágrimas cuando vio y escuchó sus tan amadas canciones kurdas por primera vez en una televisión turca. No es de extrañar. Durante los años 90, cuando arreció la guerra no declarada entre el grupo armado kurdo PKK y el Ejército turco, la […]
La familia Tikit, de la ciudad de Batman (sureste), no pudo contener las lágrimas cuando vio y escuchó sus tan amadas canciones kurdas por primera vez en una televisión turca. No es de extrañar. Durante los años 90, cuando arreció la guerra no declarada entre el grupo armado kurdo PKK y el Ejército turco, la más pequeña muestra de simpatía hacia la cultura kurda era sospechosa. «Cada vez que el Ejército registraba nuestra casa, mi padre tenía que enterrar las cintas de música kurda para que no lo detuviesen», recuerda Özcan Tikit, que ahora es periodista y vive en Estambul.
Desde el 1 de enero, el canal TRT6 de la televisión pública turca ofrece una programación exclusivamente en lengua kurda, una histórica demanda de los 12 millones de kurdos que viven en el país. «Es uno de los pasos más importantes que ha dado Turquía en democracia y derechos humanos –reconoce Ahmet Sel, editor jefe de Çizgi, una productora que trabaja para TRT6–. Y para un periodista es algo totalmente nuevo y muy excitante».
Un canal creado de la nada
La decisión de crear TRT6 se tomó finalmente en noviembre pasado, y en apenas un mes y medio hubo que levantar un canal de la nada: contratar a presentadores, cantantes y periodistas que hablasen con fluidez el kurdo, algo que no fue nada fácil tras décadas de prohibición. «Durante muchos años, por hablar en kurdo podías ir a la cárcel, y ahora esta lengua aparece en la televisión –explica el director de Çizgi, Ramazan Öztürk–. No había profesionales que hablasen kurdo, ni tampoco hay una autoridad lingüística. Hemos tenido que crear nuevas profesiones, como la de corrector de kurdo o la de doblador de películas al kurdo». Este periodista de origen kurdo cubrió a finales de los 80 la campaña de Anfal, en la que el régimen de Sadam Husein masacró a decenas de miles de kurdos en Irak. Ahora se ha embarcado en este nuevo proyecto y, cuando lo explica, sus ojos se iluminan de emoción, como los de un niño que desenvuelve su regalo: «Hemos creado un milagro».
En el piso que ocupa la productora trabajan un centenar de personas, la mayoría jóvenes. Excepto el señor Recep, que se sienta al fondo de su despacho, armado con dos gruesos diccionarios de kurdo, y corrige los guiones. En los descansos, los periodistas se reúnen frente al televisor con su té caliente y los eternos cigarrillos para seguir el programa estrella de la cadena: el magacín matinal presentado por la popular cantante kurda Rojin.
Ahmet Sel asegura que, según los datos que maneja, en un mes de antena TRT6 se ha convertido en la cadena más vista de la televisión estatal turca y también ha superado en audiencia a Roj TV, una cadena kurda cercana al PKK que emite desde Dinamarca. «Nuestra televisión es de mayor calidad y variedad. Roj TV emite solo propaganda política», opina Sel.
Optimistas y suspicaces
Incluso activistas kurdos como la eminente Leyla Zana han saludado «un paso hacia la solución del conflicto, aunque no suficiente». Otros aún se muestran suspicaces porque creen que es pura estrategia electoral del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan cara a los comicios locales de marzo. Y el actor Alí Koroglu se queja de que, mientras TRT6 puede usar letras como la q o la x, inexistentes en el alfabeto turco –y por tanto prohibidas–, su compañía teatral del Centro Cultural Mesopotamia puede ser multada por ello. «Durante años, cada vez que representábamos una obra de teatro en kurdo temíamos que nos mataran, como les pasó a algunos compañeros», relata. «Si ahora se ha establecido una televisión en kurdo ha sido por la presión de la UE y los años de lucha del PKK», asegura.
«Hasta los años 70, se enseñaba que el kurdo no era una lengua, sino una variante del turco que se mezclaba con el sonido de las pisadas de la nieve en las montañas, donde vivían los kurdos, y por eso hablaban de esa forma. Me alegra que, aunque haya sido ya en el siglo XXI, el Estado acepte la realidad kurda», dice la música kurda Sabite Kaya.
Aún quedan muchos obstáculos que eliminar para normalizar el kurdo, que no puede ser enseñado en escuelas ni universidades. Pero como asegura Öztürk, este ha sido un gran paso: «Por primera vez la gente ve hablar a Bruce Willis en kurdo. En principio se sorprende, porque no está prohibido y lo ven en un canal público. Pero están acostumbrándose. Y les gusta». Vídeo promocional de TRT6