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Fue la primera corresponsal de guerra en España con las crónicas de 1909 desde el frente de Melilla

Carmen de Burgos: una periodista pionera, feminista y republicana

Fuentes: Rebelión

¿Quién fue Carmen de Burgos, periodista y activista por los derechos de las mujeres nacida en 1867, en Almería, y fallecida a los 65 años en Madrid? Firmó una parte significativa de sus textos como Colombine, y la enciclopedia libre Wikipedia la sitúa como integrante de la Generación del 98 y la Edad de Plata […]

¿Quién fue Carmen de Burgos, periodista y activista por los derechos de las mujeres nacida en 1867, en Almería, y fallecida a los 65 años en Madrid? Firmó una parte significativa de sus textos como Colombine, y la enciclopedia libre Wikipedia la sitúa como integrante de la Generación del 98 y la Edad de Plata en España.

Asimismo como la primera periodista profesional en el estado español, redactora en el Diario Universal (periódico liberal, fundado en 1903 por el conde de Romanones), y una de las pioneras en desempeñar -en España- la corresponsalía de guerra; lo hizo desde Melilla, durante el verano de 1909 (conflicto entre el Estado español y las cabilas del Rif).

La también traductora participó en otros medios de comunicación –El Globo, La Correspondencia de España, la revista Nuevo Mundo o Heraldo de Madrid-, y tuvo relación –entre otros escritores- con el autor vanguardista Ramón Gómez de la Serna (conocido por el género de las greguerías).

Pedagoga que se desempeñó como maestra –en Guadalajara, Toledo o Madrid durante la primera década del siglo XX- y de ideología republicana (estuvo afiliada al Partido Radical-Socialista), Carmen de Burgos defendió el derecho al divorcio y el sufragio universal; rechazó la pena de muerte; su lucha militante se concretó, por ejemplo, en la Cruzada de Mujeres Españolas (1920) y en la presidencia de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas.

El Instituto Cervantes resalta, en su página Web, otras causas en las que la activista se implicó: el respaldo a la comunidad judía sefardí y las clases a personas invidentes/sordomudas, además de tomar parte en el Ateneo y la Asociación de la Prensa de la Madrid; la publicación de centenares de textos en la prensa de la época acreditan esta intervención pública (también en Tribuna Pedagógica; La Educación o La España Artística).

“Toda su lucha social –remarca la citada fuente- se ve reflejada en sus escritos; publica más de 50 historias cortas, muchas publicadas por entregas en El Cuento Semanal”; el Instituto Cervantes destaca algunas de las piezas narrativas: El tesoro del castillo (1907); Senderos de Vida (1908); Los negociantes de la Puerta del Sol (1919); El ‘Misericordia’ (1927) o Los endemoniados de Jaca (1932).

Carmen de Burgos Seguí publicó diversas novelas: La hora del amor (1916); Los espirituados (1923); Quiero vivir mi vida (1931); y ensayos: Arte de saber vivir (1918) y El arte de ser mujer. Belleza y perfección (1922).  

Al ensayo La mujer moderna y sus derechos (1927), se refirió la escritora Blanca Bravo Cela –también autora de la biografía Carmen de Burgos ‘Colombine’: contra el silencio (Ed. Espasa, 2003)-, en una reseña publicada por la Real Academia de la Historia (RAH); Bravo Cela subraya las aportaciones al feminismo de la periodista almeriense, así como las reflexiones sobre el divorcio, el sufragio universal, “la capacidad intelectual de la mujer y la libertad del amor”.

“El feminismo revolucionario es una consecuencia lógica de la opresión que sufre la mujer”, escribió Carmen de Burgos; seis años antes vio la luz El artículo 438, relato en que la autora se posicionaba contra las leyes discriminatorias hacia las mujeres.

Blanca Bravo Cela destaca otros aspectos de la biografía e ideario en el artículo de la RAH: el interés por la masonería; sus viajes (Argentina, Francia, Italia, Suiza o Portugal); los escritos biográficos (Gloriosa vida y desdichada muerte de don Rafael del Riego. Un crimen de los Borbones, de 1931); los “momentos de felicidad” al proclamarse la II República en abril de 1931; o las circunstancias del fallecimiento:

“Era octubre del año 1932, el país había sorteado el golpe de Estado de Sanjurjo en agosto y la República seguía con vida. Carmen peroraba en el Centro Socialista de Madrid ofreciendo una conferencia sobre cultura sexual; en uno de los momentos álgidos de la disertación, se detuvo” (por una parada cardiaca); la periodista fue soterrada en el cementerio civil de la capital española.

Habían pasado décadas desde que Carmen de Burgos comenzara a publicar en Diario Universal, una columna al día, que la autora orientaba a la audiencia femenina; se titulaba Lecturas para la mujer, y fue por aquellas fechas cuando empezó a utilizar el seudónimo Colombine, detalla la Red de Bibliotecas de los Archivos Estatales (REBAE).

En el libro Mis viajes por Europa, de 1917, la periodista escribió acerca de una de las regiones mineras de Suecia, Falun: “Se comprende que se conciba el infierno en el centro de la tierra. Todo lo que viene del subsuelo es terrorífico, amedrentador o misterioso. He vuelto a ver la luz con fruición después de salir de la galería de la mina de cobre de Falun. Salir de una mina es resucitar”.

En La mujer moderna y sus derechos, publicada en 1927 por la editorial Sempere de Valencia introduce –en el capítulo cuarto- sobre el Derecho a saber: “La mujer ha tenido que sostener una verdadera lucha para vindicar su derecho a la cultura (…)”; por ejemplo, “las leyendas mismas fueron tejiendo sus mallas en torno de la mujer para aprisionarla más. Son perniciosas las leyendas de Eva, de la Maya india, Isis, Tanit, Milita, de Minerva, de Diana (…)”.

En 2003 TVE emitió, dentro del programa Mujeres en la historia, un documental de 54 minutos sobre Carmen de Burgos, dirigido por María Teresa Álvarez; la película se iniciaba con una crónica de guerra que la reportera envió –el 10 de septiembre de 1909, desde Marruecos-, a Heraldo de Madrid.

Precisamente El cuento semanal, que veía la luz los viernes, insertó como reclamo en la portada del 29 de octubre de 1909 el relato de 18 páginas de Colombine, titulado En la guerra (Episodios de Melilla); así, la introducción exponía al lector las razones de esas cuartillas escritas con urgencia:

“Impresionada por las desgarraduras y crudezas de la guerra vista frente a frente, sin telégrafo ni censura por medio, necesitaba una sangría que me aliviara de todo el exceso de sangre que bebieron mis ojos y de cuya carga deplorable no sabía cómo aligerarme…”; ilustrada por Agustín y a la venta por 30 céntimos, Carmen de Burgos había redactado la novela en el campamento.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.