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Carta abierta al alcalde de Madrid por el asunto de los versos borrados de Miguel Hernández

Fuentes: Rebelión

                                                                                                                     

Señor Alcalde de Madrid:

 El acto borrar los versos de un poeta, más aún cuando esos versos y dicho poeta tienen algo de patrimonio ético y cultural del pueblo, supone una de esas barbaridades que han estado en las momentos más negros de la historia, como cuando se han arrojado libros al fuego. Es como si alguien destruyese  obras  como  los  fusilamientos   de  Goya  o  el  Guernica  de Picasso. Por fortuna los versos no tienen contenido físico y son indestructibles.

  Cuando las tropas franquistas llegaron a Valencia, el libro de Miguel  Hernández  “El   hombre acecha”, estaba impreso en la imprenta valenciana La Moderna, con sus ejemplares listos para ser distribuidos, cosa que no pudo hacerse ante la ocupación fascista. Nunca  más  se  supo  de esos libros, por suerte algunos ejemplares se salvaron y   sus  versos  se  han  cantado  y  hecho inmortales, versos  como  los  que  el  Ayuntamiento  de  Madrid  del  que  usted es  alcalde   ha decidido borrar del memorial del cementerio de La Almudena: “Para la libertad me  desprendo a balazos de los que han revolcado  su   estatua  por  el  lodo”.  El  hombre  acecha  es  un  libro testimonial, hijo de la guerra y del dolor que esta provoca. En la mayoría de sus poemas Miguel Hernández rebaja el tono épico de obras  anteriores  y con sensibilidad lírica reflexiona sobre la destrucción que produce la contienda  bélica, con  poemas  como  El  tren  de los  heridos,  que sinceramente le recomiendo señor alcalde. Paralelamente  a  la desaparición  de  los libros, su autor también “desaparecía” en unas cárceles que le llevarían a la muerte

He estado esperando a escribirle esta carta tras el borrado de los versos de Miguel Hernández y de los 2934 nombres de fusilados por el franquismo, a que hubiese algún tipo de rectificación o explicación. Pero cuando  he escuchado  sus  justificaciones, señor  alcalde, me han parecido peores. Se lava usted las manos reconociendo al poeta, pero acusando a  los  que defendemos su memoria y obra, de estar utilizándolo políticamente, lo cual es absurdo y una negación de la vida y obra hernandiana. Pero lo más grave es cuando dice que el poeta murió  en  condiciones “lamentables”.

No,  señor   alcalde, Miguel   Hernández   fue   condenado  a   muerte  y  luego sustituida     por  una  pena  de  treinta  años, que  lo  asesinó  con  una  tuberculosis  carcelaria producida  por  las  terribles  condiciones  penitenciarias, como lo  fueron miles de personas represaliadas. ¿Qué diría  usted  si  alguien  dijese  que  una  víctima  murió  en  lamentables condiciones? ¿Y que pasaría los nombres de víctimas del terrorismo fuesen borradas como lo han sido las 2934 víctimas del franquismo?

Cuando el oriolano Miguel Hernández abandonó su pueblo natal para ir a Madrid, esperaba que   esta  ciudad  fuese  el  escenario  que  reconociese su pulsión  poética.  Y  aunque  con dificultades, lo fue consiguiendo y cuando Madrid defendió con ahínco la llama de la libertad, el fue un  madrileño más. Por eso su acto resulta aún más injusto.

Espero señor alcalde, que reflexionen y rectifiquen.

Le saluda atentamente,

Pedro Antonio Curto. Premio Miguel Hernández de periodismo 2011