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Carta al embajador de Israel sobre los peligros del sionismo

Fuentes: Rebelión

Manuel García Viñó Avda. de Betanzos, 13, 10º 4 28029 Madrid e-mail: [email protected] Madrid, 10 de enero de 2011 Sr. D. Raphael Schutz Embajador de Israel en España Velázquez, 150, 7º 28002 Madrid Señor Embajador: le escribo en relación con su carta de 27 de diciembre, dirigida al escritor español Agustín Velloso Santisteban y publicada […]

Manuel García Viñó

Avda. de Betanzos, 13, 10º 4

28029 Madrid

e-mail: [email protected] Madrid, 10 de enero de 2011

Sr. D. Raphael Schutz

Embajador de Israel en España

Velázquez, 150, 7º

28002 Madrid

Señor Embajador: le escribo en relación con su carta de 27 de diciembre, dirigida al escritor español Agustín Velloso Santisteban y publicada en «Rebelión» el día 31 del mismo mes. Más concretamente, con el párrafo de la misma en que usted reivindica el derecho de los judíos a autodeterminarse en el marco de un Estado propio.

Cada vez que he leído a un judío sionista expresándose como usted se expresa me he tenido que hacer la misma pregunta: ¿este hombre ignora la historia de su tiempo, está amnésico o es un cínico? Está claro, a la vista de la forma en que ha actuado su gobierno respecto a los tantos inútiles intentos de negociaciones por una paz que en el fondo no desea, de su práctica del apartheid, de su política de asentamientos, de su negación de derechos fundamentales a los palestinos, a los que trata, como mínimo, como ciudadanos de segunda, impidiéndoles la libre circulación por el territorio, obligándoles a pasar continuos controles diarios y a circular por carreteras distintas a las que utilizan los ciudadanos de primera, de su construcción de un muro de segregación, de las matanzas periódicas como la de Gaza hace dos años, etc., etc.… está claro, iba a decir, que se trata de cinismo y de tomarnos a los demás por tontos. Por otra parte, hablar del derecho de los judíos a tener el estado que tienen actualmente, sin referirse a la forma en que han llegado a tenerlo, es igualmente cínico.

Aquellas tierras no estaban deshabitadas, señor Schutz, sino pobladas desde hace dos milenios por los descendientes de los judíos que se quedaron en Palestina tras la catástrofe del año 70, que fueron casi todos, pues, según han demostrado historiadores JUDÏOS de las universidades de Haifa y Tel Aviv, nunca se dio la por tantísimo tiempo pregonada diáspora.

Theodore Herlz, fundador del movimiento sionista, como más tarde Ben Gurión, Golda Meir, Isaac Shamir, Menahem Beguin, Ariel Sharon, etc., nunca han tenido en cuenta a esos pobladores, o lo han hecho para despreciarlos, y se han considerado con derecho a apoderarse de lo que era de ellos, por unos procedimientos, además, que les sitúan tan fuera del Derecho Internacional como del más simple comportamiento humanitario. Ese Estado dentro del que usted y sus correligionarios quieren autodeterminarse, es producto de una colonización brutal, una ocupación sangrienta, del expolio, la deportación, las masacres y, en conjunto, de un auténtico genocidio que pasa por el horrendo crimen de la limpieza étnica. Le recomiendo que lea el libro de Ilan Pappé, JUDÍO , profesor de la Universidad de Haifa, La limpieza étnica de Palestina (en España, Editorial Crítica, Barcelona), que, mediante una exhaustiva documentación, le enterará de cómo el ejército israelí llegó a arrasar en una noche hasta doscientas aldeas palestinas, y no una sola vez, de las violaciones por los soldados de mujeres delante de sus maridos, de las degollaciones de niños delante de sus padres, de la expropiación arbitraria de tierras, de los continuos saqueos de casas, de las miles de detenciones arbitrarias, de las torturas en las cárceles, de la deportación de personas hasta un total de dos millones, a cuyo regreso se opone Israel en contra de reiteradas resoluciones de la ONU.

Es cinismo del peor, señor, que usted, representante de un estado que ha sido cien veces condenado por la ONU por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, deportaciones masivas, utilización de armas prohibidas, asesinato de civiles, bloqueo de zonas como Gaza, a la que no permiten llegar los más imprescindibles alimentos ni medicinas, etc., etc. y no ha atendido ni una sola de esas resoluciones merced al uso y abuso del veto de su aliado los Estados Unido, se manifieste como una víctima de la incomprensión ajena. Es del peor cinismo, sí, que, a la vista de estos hechos que todo el mundo conoce, usted diga que no niega el derecho de los palestinos a vivir como personas libres en un país propio. No es posible que usted ignore el comportamiento de su gobierno, desde hace SESENTA AÑOS , sobre todo cada vez que se inicia, o se simula que se inicia, un proceso de paz. Sé que usted no va a responder a esta carta, pero, si lo hiciera, le agradecería que me dijese dónde cree que podrían establecer los palestinos ese país anhelado por usted, ¿en el aire, en el mar, en las copas de los árboles o en las nubes?

Ya sé que, a diferencia de los sencillos mortales que, para hacer las cosas bien, hemos de atenernos a las disposiciones de prosaicas leyes y reglamentos, ustedes cuentan con favorables disposiciones divinas, por lo que la Biblia es, según ha dicho uno de ustedes, su escritura de propiedad. Comprenderá que yo, como ateo, no sólo no me impresione ante semejantes «títulos de propiedad», sino que hasta me pasme de que, en el siglo XXI, haya adultos no iletrados que se los tomen en serio: Hasta los creyentes saben que la Biblia, como dijo un eminente judío, Albert Einstein, no es más que un conjunto de cuentos y fábulas para niños.

Yo también me declaro, como Agustín Velloso, antisionista, señor embajador -en modo alguno antijudío-y entiendo por sionismo el movimiento en pro de la consecución de un hogar nacional para los judíos en Palestina por los medios que sean, incluso los más criminales y contrarios al Derecho Internacional y a la moral universal. En este sentido, me adhiero sin reservas al ideario de la Jewish International Antizionist Network, constituida por cientos de miles de judíos que piensan que el estado de Israel debe desaparecer y que, hasta que no desaparezca, no habrá paz ni en la zona ni en el mundo.

Las intenciones del sionismo quedan claramente expuestas en las siguientes declaraciones, que no han sido las únicas. Declaraciones refrendadas por hechos abominables. Y este es el momento de manifestar mi estupor, que es el de millones de personas, ante el hecho de que los mismos que sufrieron un criminal holocausto por parte de los nazis, sometan a otro holocausto más canalla a un pueblo indefenso.

–Cuando ocupemos la tierra […] expropiaremos poco a poco la propiedad privada en los Estados que se nos asignen. Trataremos de desanimar a la población pobre alejándola más allá de la frontera, procurando empleo para ella en los países intermedios y negándoles cualquier trabajo en nuestro país. Theodor Herlz, The complete Diaries, Vol. I, pág. 88)

–Tenemos que expulsar a los árabes y ocupar su lugar (David Ben Gurión)

–Los aplastaremos (a los palestinos) como a insectos y aplastaremos sus cabezas contra las rocas y las paredes (Isaac Shamir, siendo Primer Ministro, 1 de abril de 1988.)

–Los palestinos son como los cocodrilos, cuanto más carne se les da, más quieren. (Ehud Barak, «Jerusalem Post», 30 de abril de 2000)

–Los palestinos son como bestias que caminan sobre dos piernas (Menahem Begin, ante el Parlamento Israelí en Amnon Kapellouk, «Beguin and the beast» (Beguin y las bestias) «New Statesman, 25 de junio de 1982)

–No puede haber sionismo, colonización ni estado judío sin la expulsión de los árabes y la expropiación de sus tierras. (Ariel Sharon a la Agencia France Press, el 15 de noviembre de 1998)

–La partición de Palestina no es justa. Nunca la aceptaremos. Eretz Israel será restituido al pueblo de Israel. Todo él y para siempre (Menahem Beguin)

–No existe un interlocutor palestino para una negociación (Ehud Olmert)

–He creído siempre en el eterno e histórico derecho de nuestro pueblo a toda esta tierra. (Ehud Olmert, ante al Congreso de Estados Unidos el 30 de junio de 2006)

–No existe nada que se pueda considerar un estado Palestino. Nosotros podemos llegar, echarlos y ocupar el país. (Golda Meir).

–¿Cómo podríamos devolver los territorios ocupados, si no hay nadie a quien devolvérselos? (Golda Meir, 8 de marzo de 1969).

–Rafael Eytan, cuando era jefe del Estado Mayor del ejército de Israel, comparó a los palestinos con «cucarachas en un tarro».

–La sangre de los judíos y la sangre de los no judíos no son iguales [matar no es un crimen si las víctimas no son judíos. (Rabino Isaac Gingsburg, «Jerusalem Post», 19 de junio de 1989)

–Hay una diferencia enorme entre nosotros, judíos, y nuestros enemigos. No sólo en la capacidad, sino en la moral, la cultura, el carácter sagrado de la vida, y la conciencia. Los palestinos son nuestros vecinos, pero es como si a unos cientos de metros hubiera un pueblo que no pertenece a nuestro continente, a nuestro mundo, sino que perteneciera, en realidad, a otra galaxia. (Moshe Katsav (ex presidente de Israel) al «Jerusalem Post», 10 de mayo de 2001).

–Debemos utilizar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación de las tierras y la suspensión de todos los programas sociales con el fin de liberar a Galilea de su población árabe. (Israel Koenig, en el informe que lleva su nombre)

–La única solución es el Eretz Israel (el Gran Israel) o, por lo menos, el Eretz Israel Occidental sin árabes. No hay lugar para un compromiso sobre este punto. No debemos dejar ni una sola aldea, ni una sola tribu. (Joseph Weitz, director del Fondo Nacional Judío, 1973)

–Debemos matar a todos los palestinos, a menos que se resignen a vivir como esclavos (Heilbrun, 1987)

–Un millón de árabes no merece ni una uña judía, rabino Yaacob Perrín, en el funeral por Baruch Goldstein, que asesinó a veintinueve palestinos que rezaban en una mezquita.

–Israel debería haber aprovechado la represión de las manifestaciones en China, cuando la atención del mundo se centró en ellas, para llevar a cabo expulsiones masivas de palestinos de los territorios. (Hotam -periódico israelí-, 24 de noviembre de 1989)

–Avigdor Lieberman, ministro de Asuntos Exteriores del gobierno israelí, ha propuesto aplicar en la franja de Gaza «lo que hizo Estados Unidos en Japón al final de la segunda guerra mundial», es decir, lanzar una bomba atómica.

A estas declaraciones racistas y criminales podemos añadir las que llevaban y siguen llevando los jóvenes israelíes en sus camisetas: la silueta de una mujer palestina embarazada, en cuyo vientre se dibuja una diana. Debajo, este letrero: One shot; two kills (matar dos pájaros de un tiro).

Por lo visto, señor embajador, usted es el único sionista que se declara partidario de un estado para los palestinos. Que lo desee de verdad es otra cuestión. ¿Quizá no se ha enterado usted de los asesinatos que han tenido lugar esta misma semana? ¿Quizá se ha olvidado de las matanzas de Sabra y Chatila, Deir Yassin., Tantura, Kafr Qassim y tantos otros lugares? Tanto las palabras como los hechos demuestran -lo vienen demostrando desde 1948– que de lo que se trata es de hacer la vida imposible a los palestinos para que se vayan, y de matar a los que no se vayan. Con la que perpetraron los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, esta es una de las dos más grandes infamias que han cometido unos hombres contra otros hombres en toda la historia de la humanidad. ¿Y aún pide usted comprensión? ¿Qué es lo que habría que comprender

Llamo su atención sobre el hecho de que los líderes sionistas hablan de «pueblo judío», siendo así que otro historiador JUDÍO . Schlomo Sand, profesor de la Universidad de Tel-Aviv, ha demostrado que nunca ha existido un colectivo humano al que se pueda llamar con propiedad pueblo judío, pues el judaísmo no es más que una religión (Comment le pleuple juif fut inventé, Fayard, París).

No todos los judíos piensan como los citados. Entre ellos, los cientos de miles pertenecientes a la Jewish International Antizionist Network, que ya he citado y que por lo que luchan es por la desaparición el estado de Israel. Ilustrísimos judíos, como Daniel Barenboim, Anna Aarent, Laurent Schwartz, Stanislaaw Tomkiewicz, Edgar Morin, Harold Pinter, Albert Einstein y otros muchos han señalado que el pensamiento y las actitudes del sionismo son casi idénticos a los del nazismo. La opinión de estas personas de bien se puede resumir en las palabras que pronunció la ex ministra del gobierno israelí, Shulamit Alón, en el discurso que pronunció el día de su 82 cumpleaños:

«No estoy satisfecha con el Estado de Israel y me resulta muy difícil dirigirle algún elogio. Sin duda atravesamos una gran crisis de valores morales y sociales».[…] «Desde la segunda Intifada, hemos matado a miles de palestinos y nos hemos manchado las manos de sangre. Somos malos, y lo que estamos haciendo en Cisjordania es el súmmum de la maldad. Supera lo que otros pueblos han hecho a los judíos».

Yo pienso igual. Atentamente,

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.