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Como quien oye llover

Fuentes: Naiz

Israel lo tiene todo para sentirse tan cómodo. La alianza de las grandes naciones, la complicidad de las menos grandes, la cooperación de los medios…

Mansour Shahateet ha sido liberado después de diecisiete años encarcelado, sometido a aislamiento severo y a tortura continuada. No fue capaz de salir por su propio pie, no reconoce a su familia y sufre daños neurológicos y piscológicos de gravedad. No encontraremos mucha información en los medios de comunicación, porque esto no ha ocurrido en Cuba ni en Venezuela, y los que, excepcionalmente, se han hecho eco, parecen más interesados en difundir las diferencias y disputas del palestino con Hamas, que en una situación que manifiesta, una vez más, lo cómodo que se encuentra Israel vulnerando derechos humanos.

Israel lo tiene todo para sentirse tan cómodo. La alianza de las grandes naciones, la complicidad de las menos grandes, la cooperación de los medios… Y la facilidad con que podemos llegar a acostumbrarnos a la brutalidad, a los atropellos, cuando, por ser tantos, se convierten en habituales. Los misiles caen a diario sobre suelo palestino, los francotiradores acaban a diario con la vida de un joven, o dos, o tres; el ejército se lleva detenidos a diario a niñas y niños. A diario, los colonos obligan a familias palestinas a derribar sus casas. Tan a diario que ya nada es noticia. Tan a diario que, a pesar de todo nuestro espíritu solidario, asistimos a la destrucción del pueblo palestino como quien oye llover.

Fuente: https://www.naiz.eus/es/blogs/gloria-rekarte/posts/como-quien-oye-llover