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Entrevista con Rigoberto López, Presidente de la muestra itinerante de cine del Caribe

Compartir en el Foro el tejido de la integración

Fuentes: La Jiribilla

«Si la Muestra Itinerante de Cine del Caribe y todo el trabajo que impulsa su oficina están en función de una acción cuyo resultado es esencialmente contrahegemónico, en el plano de los medios y en especial de la resistencia a la preponderancia que los centros de poder mantienen sobre la producción cinematográfica, es natural que […]

«Si la Muestra Itinerante de Cine del Caribe y todo el trabajo que impulsa su oficina están en función de una acción cuyo resultado es esencialmente contrahegemónico, en el plano de los medios y en especial de la resistencia a la preponderancia que los centros de poder mantienen sobre la producción cinematográfica, es natural que esa experiencia esté presente en el Foro Social de las Américas. Si la UNESCO ha considerado que la Muestra es la acción de mayor significación y alcance para la promoción del cine realizado por los creadores del Caribe en la propia región y en el mundo; y si la Reunión de Ministros de Cultura de América Latina y el Caribe la ha considerado en los últimos tres años como un proyecto de extrema importancia para la integración regional, no es extraño, entonces, que la Muestra esté en el Foro Social de las Américas.»

Así justifica Rigoberto López la presencia de la Muestra en la cita de Asunción. Como Presidente de la iniciativa, única de su tipo en la región, el cineasta cubano no repara en pudores que nada aporten al reconocimiento del trabajo que desde el año 2007 se realiza desde la Oficina de 23 y 12, a solo unos pasos del ICAIC. En su convocatoria más reciente, en julio del año en curso, la Muestra Itinerante de Cine del Caribe recibía más de cien producciones, bajo un único requisito: filmes realizados por autores del Caribe y de otras latitudes, que acerquen sus miradas a la región o a la vida de la diáspora caribeña en el mundo. Como objetivo: acercar al espectador de nuestros países a las posibilidades de conocimiento y reconocimiento de su propia realidad, historia y cultura a través del cine, estimular en los públicos de la región el interés por las producciones de los autores del Caribe y dinamizar las posibilidades de desarrollo del cine y el audiovisual en estas naciones. En sí mismo un acto liberador, una impugnación desde el pensamiento y la creación artística a los esquemas y lógicas productivas que, desde los grandes centros «culturales»-mercantiles, reproducen en las pantallas una visión ajena, colonial y reduccionista de nuestras sociedades, historias y culturas.

Valga asumir entonces las palabras de Rigoberto: no es extraño que la Muestra tenga su espacio en el Foro Social de las Américas. Desde Asunción, Paraguay, un reclamo conjunto de las fuerzas progresistas del continente, desde los activistas políticos hasta los artistas, con el objetivo de visualizar alternativas que no solo sean urgentes: alternativas que sean, sobre todo, posibles. Tal como ha sido, ya por tres años, la Muestra Itinerante de Cine del Caribe.

¿En qué consiste el programa de la Muestra en Asunción y cuáles han sido los criterios de selección?

Estamos presentando una muestra de la tercera edición, que alcanzará en total 31 países con 54 títulos. Y simultáneamente presentaremos parte de una Muestra Especial de cine sobre Haití, compuesta por 17 títulos. Si la primera obedece a darle continuidad a toda esta búsqueda de una mayor visibilidad al cine del Caribe en la propia región, un proyecto de integración regional que ha logrado crear un tejido entre los creadores del Caribe, para interrelacionarnos y conocernos, la segunda se focalizó en el tema haitiano como una acción para acompañar a ese país, pero desde la dignificación de su historia y su cultura en la pantalla. Si bien es cierta la importancia de conocer la desmesura de la tragedia, prima una visión estereotipada de ese país: el Haití del desamparo y de la violencia, marginando la gran contribución de esa nación a la historia y a la cultura de este continente y del mundo. Son películas hechas por realizadores haitianos y de otros países del Caribe y del mundo.

Como parte de esa intención de enfocar el tema haitiano, se ha programado una presentación especial en el Foro de su documental Puerto Príncipe mío. ¿Cómo ve Rigoberto López su propia obra, realizada hace diez años, luego de la catástrofe del pasado 12 de enero?

A mi pesar, la vida quiso que este fuera un documental profético. Fue realizado en el 2000 y en él hay imágenes del drama que vive constantemente esa ciudad, desde el punto de vista de su infraestructura urbana, de las condiciones sociales de vida de sus ciudadanos. Es una ciudad geográficamente explotada y en ese documental ya se podía sentir su fragilidad. Ahora, luego del terremoto, el documental nos retrotrae a ese Puerto Príncipe que ya no es, y al mismo tiempo a la comprensión de que la tragedia de Haití no es la tragedia de un terremoto. Hay un terremoto histórico que ha acompañado a ese pueblo durante su vida. Y la idea de esta Muestra Especial es que Haití no deje de estar en el foco de atención.

Algunos sectores intelectuales, sobre todo europeos, suelen descalificar a este tipo de encuentros tildándolos de «carnavales», criticando precisamente la fuerte presencia del arte. Por primera vez la Muestra llega a este tipo de espacios, donde convergen las fuerzas e iniciativas progresistas del Continente. ¿Cuánto de la lógica de esta iniciativa puede ser útil a proyectos similares, aun cuando no se trate de experiencias puramente cinematográficas o incluso artísticas? ¿Con qué credenciales validaría el protagonismo del arte en estos espacios?

La posibilidad de que las fuerzas representadas en el FSA puedan conocer de la existencia de la Muestra, de las posibilidades que brinda no solo a la circulación de las producciones caribeñas, sino también a aquellos movimientos que utilicen formas alternativas de exhibición del audiovisual, es un privilegio. Es el arte en su función social, nunca ajeno.

Esta muestra de la Muestra -valga decirlo así- que tiene su espacio en el Foro, será un espacio para reconocernos, para encontrar claves comunes en nuestras raíces identitarias. Que se haya dado esta posibilidad y que además se pueda explicar en este Foro lo que es la Muestra y lo que implica como defensa de nuestras diversidades y encuentros, contribuirá a presentar otra alternativa que seguramente se enriquecerá mucho en el contacto con sus similares.

Tal vez sea un buen momento para compartir los resultados del Foro Internacional Mercado del Cine del Caribe y otras alternativas de exhibición, que tuvo lugar en La Habana como parte de la tercera edición de la Muestra…

Totalmente. El cine es un arte coral y en el Foro participan no solo cineastas, sino además teatristas, artistas de la plástica. Creo que ese encuentro propicia que la vanguardia intelectual y artística de nuestros países encuentre en el audiovisual un aliado. Puede ser un espacio idóneo para acompañar las cinematografías nacionales, las producciones auténticas de nuestros países, y ver en la lógica de la Muestra un principio que puede expandirse. No se necesitan grandes recursos, eso lo ha demostrado la Muestra y es lo que vamos a compartir en el Foro.

Es importante que no sea un espacio de jolgorio, ni siquiera solo de reflexión: es importante que se trate de un espacio de articulación de iniciativas, de propuestas concretas y de aprendizajes. ¿Qué tienes tú, qué tengo yo y qué podemos hacer ambos? Eso es integración. Así se pasa de ser un grupo de personas que se escuchan unos a otros con entusiasmo y nada más, o de ser un grupo de convencidos que hablan de sus convencimientos, para convertir el espacio en un germen de alternativas posibles.

Fuente: http://www.lajiribilla.cu/2010/n484_08/484_01.html