Con la recomendación de limitar a una sola reelección los cargos de gobierno y garantizando la canasta de alimentación subsidiada hasta estabilizar la producción, el presidente Raúl Castro puso en marcha el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). El gobernante PCC se propone modificar su estilo y métodos de trabajo para afrontar los […]
Con la recomendación de limitar a una sola reelección los cargos de gobierno y garantizando la canasta de alimentación subsidiada hasta estabilizar la producción, el presidente Raúl Castro puso en marcha el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).
El gobernante PCC se propone modificar su estilo y métodos de trabajo para afrontar los desafíos de la modernización del modelo económico sin renunciar al socialismo, tema que concentra la atención del encuentro partidario inaugurado el sábado.
La cita, que sesionará a puertas cerradas hasta este martes, definirá las reformas y cambios económicos encaminados a actualizar el modelo económico del país. Los asuntos internos del PCC quedarán para una Conferencia Nacional que se realizará a fines de enero de 2012.
Los cambios que se avecinan en esa agrupación política, definida constitucionalmente como «fuerza dirigente superior de la Sociedad y el Estado», son necesarios para responder a esa tarea como vanguardia organizada de la nación cubana, según el informe central del congreso leído por el presidente de Cuba, Raúl Castro, al dejar instalado el encuentro.
Hemos arribado a «la conclusión de que resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales», dijo Castro al referirse a la necesidad de garantizar «el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas».
Aclaró al respecto que esa «cadena» va «desde la base hasta los compañeros que ocupan las principales responsabilidades, sin excluir al actual presidente de los consejos de Estado y de Ministros ni al Primer Secretario del Comité Central que resulte electo en este VI Congreso».
«Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones», agregó el mandatario.
Castro, segundo secretario del Comité Central de la organización política, confía en que el reforzamiento sistemático de la institucionalidad en el país «será a la vez condición y garantía imprescindible para que esta política de renovación de los cuadros jamás ponga en riesgo la continuidad del socialismo en Cuba».
El relevo generacional es una preocupación expresada en más de una ocasión por el gobernante de 79 años que asumió la jefatura de Estado en febrero de 2008, luego que su hermano mayor, Fidel Castro, enfermó gravemente en julio de 2006 y renunció a sus cargos al frente del PCC, del gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Además de decidir el diseño del modelo económico que se espera contribuya a resolver los problemas inmediatos del país y de su desarrollo económico y social, los 1.000 delegados que asisten el cónclave deben elegir un nuevo Comité Central, que a su vez designará de su seno al Buró Político, al primer y segundo secretario y al resto del secretariado.
La recomendación del presidente Castro al Congreso del PCC de adoptar el principio de límites de mandatos, por dos períodos de cinco años, representa un paso histórico hacia la creación de formas institucionales y colectivas de liderazgo», comentó a IPS Arturo López-Levy, investigador y académico cubano residente en Estados Unidos.
Otro aspecto por resolver mencionado por Castro apunta a recuperar la división de funciones y responsabilidades entre el PCC, partido único y en el poder desde el triunfo de la Revolución en 1959, y las instituciones del Estado y gobierno. La confusión de tareas debilita el trabajo de la agrupación política y deteriora la autoridad, entre otras consecuencias, comentó el gobernante.
«Estamos convencidos de que lo único que puede hacer fracasar a la Revolución y el socialismo en Cuba, poniendo en riesgo el futuro de la nación, es nuestra incapacidad para superar los errores que hemos cometido durante más de 50 años y los nuevos en que pudiéramos incurrir», indicó.
El congreso centrará sus discusiones en el documento conocido como «Lineamientos de la política económica y social», que previamente fue sometido a debates populares, en los que participaron casi nueve millones de personas, según datos oficiales. Las sugerencias y observaciones llevaron a la reformulación de 68 por ciento de los lineamientos.
Uno de los asuntos más debatidos fue la eventual eliminación del sistema normado (racionado) a precios subsidiados de abastecimiento alimenticio.
Sobre el tema, Castro garantizó que ese régimen de distribución no se suprimirá sin previamente crear las condiciones con niveles estables de producción y ofertas de productos y servicios a precios accesibles a todos los ciudadanos.
Para satisfacer la demanda de su mercado interno, Cuba gasta en alimentos alrededor de 1.500 millones de dólares, especialmente por la compra de granos, como arroz y frijoles, carne de pollo y aceites, entre otros. Autoridades del sector se quejaron que el aumento de precios elevará la factura en 25 por ciento más de lo previsto.
Según los estatutos del PCC, «el congreso examina y señala las vías para la solución de los problemas más importantes de la construcción del socialismo y aprueba los lineamientos y programas estratégicos para el desarrollo económico, social y cultural de la nación».
Previstos para realizarse cada cinco años, su sexta edición debió realizarse en 2002, pero fue postergado, según fuentes oficiales, por las urgencias económicas de ese momento y luego por la enfermedad, en 2006, del expresidente Fidel Castro.
Fuente original: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97995