Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
El gobernador Cuomo en el desfile del día de Israel
El domingo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo firmó una orden ejecutiva que ordena a las agencias estatales desinvertir en las empresas y organizaciones que apoyan el BDS -el movimiento de boicot, desinversión y sanciones con respecto a Israel- «ya sea directamente oa través de una matriz o filial». Pronunció un discurso proclamando estaorden en el Harvard Club en Manhattan delante de un «auditorio queincluía tanto líderes judíos locales y legisladores» como periodistas del New York Times. Después salió a acompañar la marcha «Celebrate Israel» en la Quinta Avenida. Justo antes de incorporarse al desfile se jactó frente a los reporteros, «Soy el primer gobernador del país que firma una orden ejecutiva diciendo que nos oponemos al boicot a Israel. Estoy orgulloso de ello y espero que otros estados sigan nuestro ejemplo». Cuomo ha sido nombrado copresidente de Gobernadores del Comité Judío Americano contra la iniciativa BDS.
¿Una orden ejecutiva? ¿Para impedir un acto que se encuentra bajo el derecho constitucional (Primera Enmienda)? Las órdenes ejecutivas tienen el propósito de evitar las crisis inminentes o existenciales que no puede esperar a la legislación.
Pero parece que este no es un acto que meramente anticipe la legislación pertinente prevista. Como informó el reportero del NY Daily News , el líder de la mayoría del Senado Nacional, John Flanagan, «alabó la orden ejecutiva y dijo que era necesaria porque la Asamblea probablemente no se pronunciaría a favor de la lucha contra el boicot».
Es como si se nos pidiera que creamos que el BDS es un enemigo deplorable que pone en peligro nuestra propia existencia como sociedad libre y que sólo aquellos a los que realmente les importa toman medidas en nombre del resto de nosotros, que aún no hemos despertado a la sombría realidad. Para Cuomo, luchar contra el boicot en nombre de Israel tiene que ver con «la soberanía, la libertad y la democracia». Por lo tanto, se puede concluir, todos los medios para evitar esta protesta contra estos valores debenverse como una necesidad existencial merecedora de «órdenes ejecutivas».
Con el fin de convencernos de que la limitación de nuestros derechos democráticos es buena para nosotros, hay que demonizar al enemigo. Lo sabemos por los peores ejemplos en la historia que ni siquiera es necesario nombrar. Ahora el BDS se ha convertido en el «villano».
Malcolm Hoenlein, presidente de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías, habla en el anuncio del gobernador Cuomo que estaba firmando la orden ejecutiva anti-BDS.
Alfonso David, el asesor del gobernador, dijo que la acción ejecutiva estaba destinada a enviar un mensaje claro de que «el movimiento BDS es deplorable».
Israel ha tenido su ley antiboicot desde 2011. El diputado Zeev Elkin (Likud), quien propuso la ley, dijo que la ley no tiene la intención de silenciar a la gente, sino de «proteger a los ciudadanos de Israel». Y aquí tienes nuevamente: «es por tu propio bien».
Cuando el Tribunal Supremo de Israel ratificó la Ley Antiboicot el año pasado en un fallo de cinco contra cuatro, la mayoría de los jueces se apartó de argumentos técnicos legales y respaldó abiertamente los objetivos políticos de la ley. Un juez escribió que el boicot podría ser una forma de «terror político»; otro escribió que el BDS debe traducirse como «intolerante, deshonesto y vergonzante» (las palabras en inglés coinciden con la primera letra con la sigla BDS, N. de T.) y un tercero escribió que «no hay nada malo en las leyes aprobadas por el Parlamento para luchar contra aquellos que desean destruirnos».
EE.UU. todavía está por detrás de Francia en términos de actos legislativos contra el BDS. Francia está incluso por delante de Israel en cuanto a la sanción que se aplica a los activistas del BDS.
El magistrado francés Ghislain Poissonnier escribe que la ley de 1972 (que sirvió de base jurídica a la ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie en el año 2010 para el ataque y procesamiento a activistas de BDS en toda Francia), es una enmienda a la ley de prensa de Francia de 1881, que estaba destinada a luchar contra la «discriminación de personas físicas y en ningún caso con el fin de prohibir los llamados pacíficos para boicotear los productos de un estado cuyas políticasse critican».
Imagínese que una ley que sirve como pilar de la libertad, ha sido torcida con el fin de servir a las agendas imperialistas.
Cuomo puede decir que esto es una cuestión de «soberanía, libertad y democracia», al igual que el alardeado en francés «Liberté, égalité, fraternité», pero cuando se trata de ponerse del lado de Israel contra la presión internacional y el «deplorable, terrorista e intolerante»BDS, vemos que no sólo están contra el BDS, sino que también están llenos de malas intenciones.
Además de esto, están los que quieren vender la democracia. Tal vez y después de todo el movimiento BDS está para algo más. Tal vez para asegurar que si esta corriente de actos antidemocráticos no se contrarresta, continuará. Muy pronto, todos los que no siguen la línea conservadora en nombre de Israel se volverán palestinos.
Fuente: http://mondoweiss.net/2016/06/imports-democratic-spirit/
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