Recomiendo:
0

Con el silencio de Occidente, continúa la colonización de Palestina

Fuentes: Le Grand Soir

Traducido por Guillermo F. Parodi y revisado por Caty R.

«Quien da nunca debe acordarse. Quien recibe nunca debe nunca olvidar» (Proverbio hebreo)

 

Occidente, se dice, está afirmado sobre los derechos humanos, pero esos derechos los ridiculiza en Siria, en las masacres de las que será declarado culpable Omar el Bechir contra Sudán del Sur. Además, acorrala a Irán con fuertes amenazas. Pero al mismo tiempo, «apaciblemente», Netanyahu anuncia la regularización de colonias en el territorio de Cisjordania que reduce inexorablemente Palestina a una serie de barrios en un conjunto completamente judío. «Nos informan de que las condenas internacionales les llueven después del anuncio de Israel de la construcción de 1.100 alojamientos en la colonia judía de Gilo en Jerusalén Este ocupado y anexado». Para los palestinos, es una provocación más, acaecida solo unos días después de la petición palestina del reconocimiento de un Estado en la ONU. Al anunciar estas nuevas colonias, Israel dijo «no» a la reanudación de las negociaciones, a la solución a dos Estados, declaró a Saeb Erekat, el jefe de las negociaciones palestino; así los estadounidenses, los europeos, los rusos y la ONU se enfrentan a 1.100 «noes» de Netanyahu: su gobierno eligió las colonias y no la paz. París condena estas nuevas construcciones, Londres pide a Israel que revise su decisión. Los Estados Unidos se declararon «profundamente decepcionados»: el Primer Ministro israelí dio a entender que no tenía la intención de decretar un nuevo congelamiento de la colonización para convencer los palestinos de retomar las negociaciones, Mahmud Abbas reafirmó el domingo que no negociaría con Israel sin un congelamiento «completo» de la colonización (1).

 

Ya en setiembre de 2001 encontrábamos el mismo escenario: cierto día el Gobierno israelí anunció la legalización de tres colonias en Cisjordania. Los asentamientos de Bruchin y Rechelim, en el norte de los Territorios Ocupados, y el de Sansana, en el extremo Sur, construidos en los años noventa, vieron cambiar su estatuto de «colonias salvajes» al de «colonias legales», al menos para la ley israelí, puesto que el derecho internacional considera ilegales todas las colonias. La organización de izquierda israelí «la Paz ahora», que milita contra la colonización de los territorios palestinos, destacó que era la primera vez desde 1990 que un gobierno israelí legalizaba nuevas colonias. «El Gobierno israelí actual muestra cuál es su política, que es construir colonias más que avanzar hacia la paz», declaró Hagit Ofran, un portavoz del movimiento. Las autoridades israelíes explicaron que se trataba solo de una «regularización» y no de una creación de nuevas colonias o de una extensión de colonias existentes. Para ellas, la decisión no cambia la situación in situ. Los sucesivos gobiernos israelíes se comprometieron regularmente desde los años noventa a no construir nuevas colonias, y desde la firma en 2003 de la «hoja de ruta», plan de retorno hacia la paz, establecido bajo los auspicios estadounidenses, a desmontar las «colonias salvajes» establecidas por los colonos sin autorización de las autoridades.

 

Una afrenta a los palestinos

 

Mientras Israel continua con su ímpetu habitual ignorando todos los consejos y decenas de Resoluciones del Consejo de Seguridad (sin contar los vetos estadounidenses), Abbas, en una patética huida hacia adelante, escribe a su verdugo y le suplica negociar sobre las fronteras de 1967. Se lee la doble respuesta: «El Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu recibió el martes 17 de abril una carta del Presidente palestino Mahmoud Abbas que lo emplazaba a corresponder a las bases del proceso de paz, en un encuentro en Jerusalén con dos emisarios palestinos. El Primer Ministro palestino, Salam Fayyad, que debía dirigir la delegación palestina según responsables israelíes y palestinos, no participó en el encuentro».

 

«Israel y la Autoridad palestina están determinados a llegar a la paz», garantizó el breve comunicado de Netanyahu, añadiendo que este último transmitiría su respuesta al Presidente Abbas «en las próximas dos semanas». El Presidente palestino pide a Israel retomar las negociaciones de paz sobre la base de las fronteras anteriores a junio de 1967, con «intercambios de territorios menores y mutuamente autorizados» y el congelamiento total de la colonización, incluso en Jerusalén Este. Pide además para reanudar las negociaciones, que Israel «libere a todos los presos palestinos», en particular los encarcelados antes de los acuerdos de Oslo (1993). La primera respuesta es dada por Ehud Barak. El Ministro de Defensa israelí, Ehoud Barak, reiteró el martes la posición de su Gobierno de «negociaciones sin condiciones previas», rechazando a priori las exigencias palestinas (2).

 

Sin embargo, uno de los emisarios calificó de «serio» el encuentro, que duró una hora en la residencia del Primer Ministro israelí en Jerusalén. «Netanyahu va a estudiar la carta seriamente y dará su respuesta en las dos próximas semanas», confirmó. La segunda respuesta es indirecta, precisamente la implantación salvaje de 3 colonias. Se sabe que Netanyahu, que hace mucho tiempo que es partidario declarado de la colonización, presta especial atención para no disgustar al poderoso grupo de presión de los colonos. Su coalición gubernamental está mayoritariamente constituida por partidarios de la colonización, que forman también un bloque importante en su propio partido, el Likud. Netanyahu ya tiene experiencia de la influencia electoral de los colonos en su derrota de 1999. Desde su vuelta al poder, hace malabarismos entre las presiones internacionales, en particular estadounidenses, opuestas a la colonización, y las que se ejercen en favor de los colonos dentro de su gobierno (3).

 

La Autoridad Palestina tomó el anuncio de esta legalización como una afrenta. «Esta decisión es la respuesta de Netanyahu a la Carta de Mahmud Abbas», declaró el portavoz del Presidente de la Autoridad palestina, Abu Rudeina. Mahmud Abbas envió la semana pasada una carta al Primer Ministro israelí, pidiéndole de nuevo congelar la colonización y comprometerse a negociar sobre la base de las fronteras de 1967. A los ojos de la comunidad internacional, todas las colonias son ilegales, hayan sido o no autorizadas por el Gobierno israelí. Más de 340.000 colonos israelíes viven en Cisjordania y más de 200.000 en barrios de colonización en Jerusalén Este. Debe recordarse cómo se humilló al vicepresidente de los Estados Unidos Joe Biden en plena visita oficial, cuando viajó a Tel-Aviv para pedir a los israelíes suspender la colonización, durante su estancia el gabinete israelí anunció la construcción de 1.600 alojamientos. Peor aún, Israel se negó a recibir a una delegación de expertos venidos a investigar sobre las consecuencias de la colonización en los Territorios Ocupados. Ban Ki-moon, tan propenso a defender a los países débiles, permaneció extrañamente mudo. No denuncia, no informa al Consejo de Seguridad, nunca se sabrá lo que pasa. Ban Ki-moon ya nos había acostumbrado a estos procederes, con el entierro del informe Goldstone y también promoviendo el voto de la Resolución 1973 que consiguió el linchamiento de Gadafi. ¡Millares de muertes en Libia y ninguna investigación!

 

El problema de los presos palestinos

 

A todas las afrentas sufridas por la población palestina hay que agregar el problema de los presos palestinos, que no están considerados presos de guerra, sino presos comunes. Las Naciones Unidas celebraron una reunión internacional en Ginebra, referente a la pregunta sobre los presos políticos palestinos en las prisiones y centros de detención israelíes. El profesor John Dugard hizo una presentación del estatuto de los palestinos comprometidos contra la opresión israelí. El ex Enviado Especial para estudiar la situación de los derechos humanos en los Territorios Ocupados, el profesor Dugard, trazó un paralelo entre el tratamiento de los opositores y los militantes políticos de Sudáfrica, y puso de relieve las semejanzas entre los dos regímenes (4).

 

«Israel no reconoce a los palestinos que participan en la resistencia contra la represión israelí como combatientes, opositores o presos «políticos». Con el fin de evitar dar cualquier legitimidad a su causa, los tratan como «terroristas», criminales ordinarios o como detenidos por seguridad pública. El régimen sudafricano trató de manera similar a Nelson Mandela, así como a los demás presos políticos de su clase. Además Israel niega a sus presos políticos que poseen la calificación de combatientes el estatuto de prisioneros de guerra. Ni siquiera reconoce que hay un conflicto entre el Estado de Israel y el pueblo palestino que ejerce su derecho a la autodeterminación y a la independencia (4).

 

Israel se identifica con el apartheid sudafricano negándose a firmar el Primer Protocolo de las Convenciones de Ginebra. Las cláusulas del protocolo y los beneficios de las Convenciones de Ginebra no son por tanto vinculantes para Israel. (…) Así, contrariamente a sus obligaciones en virtud del derecho internacional convencional, los tribunales israelíes rechazaron que los combatientes de la resistencia palestina estén luchando en una guerra de liberación y pueden por tanto exigir el estatuto de prisioneros de guerra. Por otro lado, en estos últimos años, los tribunales israelíes han utilizado la excusa de que los combatientes palestinos no llegan a ajustarse a las leyes de los conflictos armados y no tienen pues derecho al estatuto de prisioneros de guerra (…) Por tanto la mayoría son juzgados por tribunales militares, pese a la preferencia del derecho internacional humanitario por la imparcialidad de los tribunales civiles. Estos tribunales están dirigidos por jueces militares sin independencia, y en instancias con niveles inalcanzables, a veces a puerta cerrada, aplicando una ley militar inaccesible, teniendo poco respeto por las normas de un procedimiento regular. En general, los militantes palestinos ni siquiera tienen la posibilidad de enfrentarse a sus acusadores -potencia ocupante-, ante una audiencia pública y delante de los jueces imparciales que apliquen la ley regular (4).

 

Nos enteramos también de que para protestar por el tratamiento inhumano que sufren, los prisioneros palestinos comenzaron una huelga de hambre que es ignorada naturalmente por los medios de comunicación occidentales. Puede leerse en el sitio de Solidaridad con Palestina: «Este 17 de abril 3.500 presos han rechazado los platos servidos por la administración penitenciaria israelí. 1.200 de ellos empezaron una huelga de hambre ilimitada. En este «Día de los prisioneros» para la resistencia palestina, los presos políticos palestinos piden el final de la política de las «retenciones administrativas», que permite al ocupante condenarlos mediante tribunales militares a varios años detrás de las rejas sin ninguna prueba, así como la finalización de las prácticas de aislamiento carcelario y que permitan las visitas de familias originarias de la Franja de Gaza. Según el responsable de la Asociación de Defensa de los Presos Palestinos Addameer, Sahar Francis, se trata «de la mayor huelga de hambre nunca registrada en las prisiones israelíes» (…) Entre las fuerzas políticas israelíes, solamente el Partido Comunista de Israel manifestó su apoyo público a la lucha de los presos palestinos. Es necesario recordar que 4.699 Palestinos se encuentran actualmente en las prisiones del ocupante israelí, 319 de ellos en retención administrativa (5).

 

¿Cuál será la suerte de Palestina?

 

¿Habrá que disolver la Autoridad palestina? Yossi Belin está convencido de que sí. Alain Gresh que nos informa de sus declaraciones lo presenta: «Fue uno de los artesanos de la negociación de lo que debía llamarse los Acuerdos de Oslo. Yossi Beilin fue también el signatario, con Yasser Abdel Rabbo, de los Acuerdos de Ginebra de octubre de 2003, que proponían una solución al conflicto. La carta que acaba de enviar a Mahmud Abbas es más significativa. Pide al Presidente palestino «que acabe con esa farsa» de negociaciones (Foreign Policy, 4 de abril de 2012). «Confieso que nunca pensé que llegaría un momento en el que escribiría estas palabras, dijo. Lo hago porque el presidente de los Estados Unidos Barack Obama le ha convencido para que no anuncie en este momento el desmantelamiento de las instituciones de la Autoridad Palestina y para que «entregue las llaves» a Israel. Porque nunca tuvieron lugar negociaciones serias con el Gobierno del Primer Ministro Benjamín Netanyahu durante los tres últimos años, es un error aceptar la solicitud de Obama, y usted puede remediarlo». «Usted y yo comprendemos que la situación actual es una bomba de efecto retardado (…) Y desde nuestros dos puntos de vista, el fracaso de la solución de dos Estados corre el riesgo de desembocar en la vuelta a una terrible violencia (…)» (6)

 

«Declarar el fin del proceso de Oslo -dado que el camino hacia un acuerdo permanente está bloqueado- es la opción no violenta más razonable para poner al tema en el orden del día y relanzar los esfuerzos para lograr un acuerdo definitivo. Disolver la Autoridad palestina y entregar el control de los asuntos cotidianos a Israel será una iniciativa que nadie podrá ignorar. Después de todos estos esfuerzos, sin embargo, usted tiene aún que suplicar al gobierno israelí para que libere el dinero de los ingresos de la aduana; necesita aún mendigar a los republicanos del Congreso de los Estados Unidos la transferencia de los fondos a la Autoridad palestina» (…) «¡no vacile un momento!» No acepte el pedido del Presidente Obama, que quiere simplemente que le dejen tranquilo antes de las presidenciales: No deje al primer ministro Netanyahu esconderse detrás de la hoja de parra de la Autoridad palestina: Impóngale, una vez más, la responsabilidad de la suerte de 4 millones de palestinos. Quédese a la cabeza de la Organización para la liberación de Palestina, que le dará el poder de dirigir las negociaciones políticas cuando se retomen. El proceso de paz abierto en Oslo está muerto y enterrado. Ya es tiempo de que los responsables europeos lo reconozcan y terminen de reclamar la reanudación de las negociaciones «sin condiciones» entre las dos partes» (6).

 

Podemos ver que el mundo occidental ocupado en sus propias urgencias, en particular electorales, deja libre a Israel para que prosiga su camino, que lleva a la desaparición inexorable del pueblo palestino como nación. Palestina quedará como un territorio parecido a papel picado que formará los futuros bantustanes un poco como las reservas indias. Un siglo de combate termina con la desaparición de la utopía de una Palestina de todos sus habitantes sin distinción de religión.

 

Notas:

 

(1) http://fr.euronews.com/2011/09/27/le-monde-s-indigne-face-a-…

 

(2) Netanyahu recibe una carta de quejas palestinas. Le Monde con AFP, 18 04 2012

 

(3) http://www.lefigaro.fr/international/2012/04/24/01003-201204…

 

(4) Electronic Intifada. En francés: http://www.michelcollon.info/Israel-a-assassine-plus-d

 

(5) http://solidarite-internationale-pcf.over-blog.net/

 

(6) Alain Gresh, Le Monde Diplomatique. Yossi Beilin : En finir avec «la farce» des négociations de paix Le Monde.fr 16/04/2012

 

Fuente original: http://www.legrandsoir.info/silence-de-l-occident-la-colonisation-de-la-palestine-continue.html