El pasado sábado 17 de noviembre, el Círculo de Bellas Artes acogió, bajo el patrocinio de la Casa Árabe, la presentación del libro «Permanecer en la Montaña» (*), del Secretario General de Iniciativa Nacional Palestina (**), el diputado y médico palestino Dr. Mustafá Barghoutti. El libro fue presentado por el Dr. Michael Warschawski, médico, escritor, […]
El pasado sábado 17 de noviembre, el Círculo de Bellas Artes acogió, bajo el patrocinio de la Casa Árabe, la presentación del libro «Permanecer en la Montaña» (*), del Secretario General de Iniciativa Nacional Palestina (**), el diputado y médico palestino Dr. Mustafá Barghoutti.
El libro fue presentado por el Dr. Michael Warschawski, médico, escritor, analista y activista israelí por los derechos humanos del pueblo palestino y amigo del Dr. Barghoutti, quien defendió la labor de éste no sólo como intelectual sino también como militante comprometido con la política, inmerso en el mundo real y concreto de la ocupación israelí. Definió el libro de pequeña gran obra al ofrecer un análisis muy preciso de la realidad de la ocupación y de los mecanismos internos que la sociedad palestina ha ido creando frente a la misma, sin concesiones ni victimismos, con la firme determinación de que hay que seguir resistiendo, luchando y construyendo, partiendo siempre del hecho de que es la ocupación israelí la que está conformando toda la realidad palestina.
Además, expuso el Dr. Warschawski, el libro contiene también un programa político que ofrece una alternativa radical frente el fracaso de las actuales autoridades palestinas. Un programa alternativo basado en la democracia como forma de vida y de organizar la resistencia y la sociedad para luchar eficientemente contra la ocupación. Sólo una sociedad que se moviliza contra la ocupación puede ser libre. No cabe plantear el dilema de si es preciso lograr la independencia antes de llegar a la democracia y a la libertad o viceversa; no se pueden posponer las problemáticas sociales, son procesos combinados. El capital que el pueblo palestino tiene en sus manos es la acción común, la capacidad de actuación de sus organizaciones de base, que están siendo capaces de dar estructura a la resistencia de la gente: los comités de ayuda médica, las organizaciones de mujeres, etc…, que dan respuesta real a las necesidades de la población facilitándole recursos y conformando una especie de esqueleto, de estructura de la resistencia.
La intervención en el acto del Dr. Barghoutti se centró en el análisis de la situación actual, subrayando una serie de puntos que son esenciales para poder entender el conflicto:
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El dominio de la narrativa israelí en los medios de comunicación, tanto en EEUU como en la mayoría de los países, agravado por la censura que se practica en muchos medios y también por la acción de los lobbys israelíes que tratan de evitar a toda costa que la realidad palestina aparezca recogida en los medios
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La importancia de tener clara la evolución histórica para poder comprender la situación actual. A este respecto, el Dr. Barghoutti fue desgranando una serie de hechos:
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De cómo el plan de partición del 1947 de Naciones Unidas asignó a Palestina el 45% del territorio y el 55% a Israel; finalmente, Israel se creó en 1948 ocupando el 77% del territorio a través de un brutal e ininterrumpido proceso de limpieza étnica que hasta el momento actual ha llevado a cinco millones de palestinos a la Diáspora.
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Los palestinos querían originariamente un único territorio con los dos pueblos viviendo en igualdad de derechos. Este deseo se interpretó cómo el ansia de destruir a Israel y de todas partes llegaron presiones para que aceptaran una solución supuestamente intermedia: el reconocimiento de la existencia del Estado de Israel y la creación de dos estados. En 1987, la OLP decidió aceptar esa solución, que les destinaba tan sólo el 27% del territorio, la mitad del plan originario de Naciones Unidas, considerando que eso traería finalmente la paz, pero lo que Barak ofreció a Arafat no fue más que un estado sin fronteras, sin Jerusalén, con anexión de puertos y aeropuertos, con murallas de cemento… Todo esto no fue la consecuencia de la inflexibilidad palestina sino el resultado de un proceso muy bien planificado por Israel para ir cambiando los hechos de forma gradual, ley tras ley, transformando las realidades
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Cuando el gobierno israelí ocupó Cisjordania en 1967, empezó a levantar asentamientos que se fueron extendiendo por todas partes, decidiendo entonces que, para protegerlos, era necesario establecer puntos de control y estructuras militares que a su vez fueron diseminándose a lo largo y ancho de todos los territorios ocupados. Podría ofrecerles multitud de ejemplos de cómo estos puntos de control dificultan la vida diaria, manifestó el Dr. Barghoutti, y a este respecto expuso: cómo su ayudante necesita salir de Yenin entre la medianoche y las dos de la madrugada para poder llegar a Ramala a las 09,00 horas de la mañana para recorrer una distancia que en condiciones de normalidad supondría tan sólo 30 minutos; cómo 90 mujeres palestinas se han visto a dar a luz en los puestos de control, perdiendo a sus bebés la tercera parte de ellas ante la falta de asistencia médica; cómo la mitad de los niños que mueren antes de cumplir un año de edad es debido a que no consiguen llegar a tiempo hasta un médico…
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Y enlazando con lo anterior se refirió al muro de hormigón levantado por los israelíes, una estructura que penetra hasta 25 kilómetros en el interior de Cisjordania, un muro creado fundamentalmente para separar a los palestinos de los palestinos, no por los alegados motivos de seguridad. El muro empezó a construirse en el año 2002 y en los años anteriores no se había producido ningún ataque, y aún así se habían estado elaborando los planes para su construcción.
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Todo este conjunto de hechos al que me estoy refiriendo, dijo el Dr. Bargoutti: asentamientos, puntos de control (562 permanentes, 1.610 móviles), muro y toda una batería de leyes y normas son los cuatro elementos de un sistema cuyo objetivo es la apropiación del territorio y el desmantelamiento de las capacidad de los palestinos para poder crear un Estado soberano en Palestina, menoscabando y depauperando las posesiones palestinas. En tales condiciones es imposible levantar un Estado que pueda tener un mínimo de viabilidad, lo que nos han dejado no son sino meros ghettos, bantustanes, la única diferencia con éstos se salda a su favor ya que eran más grandes en tamaño y población.
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Y no hay que olvidar tampoco un elemento fundamental para la pervivencia: el recurso del agua, la confiscación israelí de la riqueza hídrica de Cisjordania. El paso del muro (850 kms de hormigón, 8-9 m. de altura) está diseñado para que Israel pueda apropiarse de la mayor parte de las reservas de agua. De los 936 millones de metros cúbicos que se producen en Cisjordania, los palestinos sólo disponen de 137 millones, con una media anual de 50 metros cúbicos para cada palestino, mientras que, en los ilegales asentamientos, un israelí dispone de 2.000 metros cúbicos al año.
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La ocupación miliar colonialista se ha transformado en apartheid, los siguientes datos que lo corroboran: cierre de los cruces de frontera; el hecho de los israelíes dispongan de 40 veces más agua que los palestinos; el PIB es 30 veces mayor que el de Palestina; obligación de comprar en los mercados israelíes los productos necesarios para los palestinos; obligación de pagar impuestos a Israel, que luego Israel decide si los devuelve o no y en qué proporción para atender las necesidades de la población (En la actualidad, no se devuelve al pueblo palestino el valor del 75% de los impuestos pagados); calles y carreteras sólo para israelíes; 90% de los palestinos viviendo bajo el umbral de la pobreza…; muro rodeando y partiendo los territorios palestinos; salida y entrada por las puertas situadas en ese muro sólo en horas establecidas (por ejemplo, en Qalqilya, ciudad palestina rodeada completamente por un muro con tan sólo una única entrada/salida de ocho metros de ancho, donde sólo se permite pasar entre 7,30-7,45 horas/ 14,00-14,15 horas/ 18,45-19,00 horas) y necesitando muchas veces permisos especiales…
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La inaceptable pretensión de que sean los propios palestinos, pueblo ocupado, quienes proporcionen seguridad a sus ocupantes, cuando Israel tiene más cabezas nucleares que Francia, cuando Israel dispone de más fuerzas armadas que el Reino Unido y es el cuarto/quinto exportador de armas del mundo…
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La aniquilación de la experiencia democrática palestina que intentó abrirse camino en 1996, tras la celebración de elecciones locales, que Israel permitió al creer que podría manejar a su antojo a los dirigentes que salieran de las mismas. Al comprobar después que el pueblo había elegido en un 90% a incuestionables luchadores de la OLP, desplegó una actividad incansable de deportaciones y encarcelamientos hasta truncar la experiencia. Igual ha ocurrido recientemente con el resultado de las ejemplares elecciones palestinas de enero de 2006, la tercera parte de los parlamentarios elegidos, 46 diputados, entre ellos una mujer, han sido raptados y encarcelados por el ejército israelí sin que se produjera crítica alguna por parte de los llamados demócratas de todo el mundo.
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La única paz posible es la que se acuerda entre dos partes, no la que una parte impone a la otra. Los acuerdos parciales no sirven. Los Acuerdos de Oslo no fueron más que una trampa para el pueblo palestino. Israel, con el apoyo de EEUU, no cumplió nada de lo acordado y se abrogó la potestad de decidir qué partes del acuerdo cumpliría y cuáles no, decidiendo unilateralmente los ritmos y plazos. Annapolis no va a suponer más que otra trampa más.
El Dr. Barghoutti finalizó su intervención con la exposición de cuatro elementos que él considera estratégicos para reactivar el movimiento de resistencia popular:
1. Resistencia pacífica general dotando al pueblo palestino de la mayor iniciativa posible frente a la violencia israelí
2. Ayuda a la gente para que disponga del mínimo vital necesario para sobrevivir y poder mantenerse firme.
3. Encontrar formas y caminos de recuperar la unidad para poder mantener una estrategia unificada, porque sólo así podrá superarse la situación actual, reconstituyendo también el vínculo entre los palestinos de los territorios ocupados y los de la diáspora en el extranjero.
4. Por último, tender puentes entre la sociedad civil palestina y la sociedad civil israelí.
Notas:
(*) «Permanecer en la Montaña -Conversaciones sobre Palestina-«, Mustafá Barghouti, Fundació Alfons Comín (Ediciones Icaria, Más Madera).
(**) Mustafá Barghouti fundó Al Mubadara (Iniciativa Nacional Palestina) en 2002, junto con Edward Said (fallecido de cáncer en Nueva York, septiembre de 2003), Haider Abdel-Shafi (fallecido recientemente) e Ibrahim Dakak. Al Mudabara es un movimiento democrático de oposición que defiende una alternativa reformista y democrática tanto a la autocracia y a la corrupción como a los grupos fundamentalistas.