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Convergència i Unió y los referéndums

Fuentes: Rebelión

Ya pasó con el referéndum otánico. CiU no acudió a ninguna manifestación contraria a la permanencia de España (Catalunya no excluida) en la ya entonces fuertemente militarista Alianza Atlántica. Era cosa de rojos. Para otánicos, se pintaban solos, su atlantismo era de toda la vida. Y con garantía total e ilimitada. No se trataba de […]

Ya pasó con el referéndum otánico. CiU no acudió a ninguna manifestación contraria a la permanencia de España (Catalunya no excluida) en la ya entonces fuertemente militarista Alianza Atlántica. Era cosa de rojos. Para otánicos, se pintaban solos, su atlantismo era de toda la vida. Y con garantía total e ilimitada. No se trataba de agitar ninguna bandera pacifista ni ningún neutralismo. Cuando llegó el momento de la votación, «para castigar al gobierno» de Madrid y sacar alguna tajada electoral, recomendaron sotto voce a sus militantes y simpatizantes el voto negativo (la posición de la izquierda antiotánica). Habían calculado previamente, sabían muy bien, que el SÍ era vencedor. Si no, no hubieran jugado con ningún fuego antimilitarista. Por supuesto [1].

Pasa ahora dos tercios o cuatro quintos de lo mismo. Duran i Lleida, que se manifestó inicialmente a favor de la (contra)reforma constitucional, ha logrado convencer a sus colegas de la dirección de CiU. que ha anunciado que sus diez diputados en el Congreso pedirán un referéndum que valide la reforma de la Constitución. No han dicho, desde luego, cual iba a ser el voto que abonarían si se convocase.

Saben que seguramente no se va a convocar aunque las posibilidades son reales, no es un sueño. Si el PNV votase a favor de ello, faltarían unos seis votos. Hay más diputados del PSOE que, de palabra, se han manifestado a favor de la consulta. ¿Romperán disciplinas y se arriesgarán a no salir en la foto? Es poco probable, aunque pueda haber alguna excepción

Para CiU, para Duran i Lleida, su cabeza de lista en las generales del 20-N, el asunto es básicamente munición para atacar al PSC-PSOE (no desde luego al PP, van de la manita en el Parlament y en el Gobierno catalán). Ningún democratismo es creíble en su caso. Alegan públicamente dos razones para justificar su petición: por la forma en que afecta al autogobierno de Catalunya (la jugada ocultada para negociar si llega el momento y su metafísica defensa de una «Catalunya» atacada una vez más por España) y porque se ha pactado de espaldas a la sociedad. Dicen no hablar en broma y usan expresiones como «el proyecto es esperpéntico», ha sido elaborado (y lo dicen ellos) «con nocturnidad y alevosía»; ruptura del pacto constituyente, desprecio a la Generalitat. Han amenazado incluso con el Constitucional.

La segunda razón es de risa, causa rabia y produce rubor cuanto menos. Que alguien como Duran i Lleida, forjador de mil compromisos subterráneos en doscientos temas esenciales, hable de oponerse a un acuerdo por haberse cocinado de espaldas a la ciudadanía sólo puede producir sonrojo por no hablar con malos modos y olvidarse de la mínima cortesía. ¡Hay que tener la cara muy pero que muy dura! Como el hormigón.

Desde luego, ni que decir tiene, que las vacilaciones, los cálculos electorales y los pseudoargumentos de CiU no hace mala ni quitan valor a la movilización en pro del referéndum y el abono del voto negativo. En absoluto. Pero sería absurdo confiar ni siquiera un segundo en las verdaderas intenciones de CiU. Baste pensar en la política neoliberal de derecha extrema que están implantando en Catalunya. Con mano de hierro y alma de bronce. Como una de sus referentes, Margaret Thatcher. El PIRMI enseña a quien quiera tomar nota.

Por si hubiera alguna duda, y para que los «mercados» no se confundan con CiU, el consell executiu del Govern catalán elaborará una ley de estabilidad presupuestaria que entraría en vigor antes que la estatal. En palabras de Homs, el portavoz gubernamental, es un contraataque legal [2]. Y un viejo proyecto del PP, al que CiU se había opuesto en su momento, resucitado el pasado mes de julio. Se entienden a la perfección.

Nota:

[1] Sea como fuere, si no ando errado, Catalunya fue el único lugar donde el NO a la OTAN (OTANOTANOTANO..) resultó vencedor.

[2] A.M. Vidal/B del Río, «El Govern plantea una ley propia de control del gasto». Público, 31 de agosto de 2011, p. 5

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.