Conocida por su influencia en la región como la Suiza de Oriente Medio, Jordania se ha convertido, a lo largo de las últimas dos décadas, en uno de los países de la zona con una política exterior más abierta a Occidente. De hecho, la política exterior de Abdalá II, el Rey de Jordania, es tan […]
Conocida por su influencia en la región como la Suiza de Oriente Medio, Jordania se ha convertido, a lo largo de las últimas dos décadas, en uno de los países de la zona con una política exterior más abierta a Occidente.
De hecho, la política exterior de Abdalá II, el Rey de Jordania, es tan aperturista que el país ha logrado, incluso, consolidar a nivel institucional unas relaciones bastante estrechas con su vecino Israel.
Precisamente, esta apuesta internacional, unida a la amplia llegada de turistas y a las promesas reformistas del propio Rey, parecían dibujar un futuro de estabilidad y progreso económico capaz de contrarrestar los mensajes provenientes de los círculos islámicos más conservadores.
Sin embargo, la guerra de Siria acabó con estos planes y transformó por completo la realidad de este país: desde que dio comienzo el conflicto sirio en 2011 la inversión extranjera en Jordania se ha frenado, el turismo ha caído con fuerza y el desempleo se ha convertido en la situación más común entre los jóvenes.
Por si fuese poco, casi 700.000 personas provenientes de Siria, la mayoría de ellas menores de edad, han cruzado las fronteras de este país en busca de protección. Y el reto que esto supone para la maltrecha economía jordana no es precisamente pequeño: los refugiados necesitan servicios sanitarios, educativos e incluso ayuda para alimentarse.
Jordania comienza a ser un país ahogado por la crisis, la saturación de los servicios públicos y un gasto muy elevado en seguridad y defensa.
Fuente original: http://www.lavanguardia.com/internacional/20170219/42132970638/visualpolitik-crisis-jordania-siria.html