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Sobre el ataque a la “Flotilla de la Libertad”

Crímenes e impunidad de Israel

Fuentes: Kaosenlared

En la madrugada del pasado 31 de mayo, comandos del Ejército israelí asaltaron las embarcaciones que componían la llamada «Flotilla de la Libertad», una misión humanitaria respaldada por numerosas organizaciones solidarias y personalidades políticas y culturales de diferentes nacionalidades, que transportaba miles de toneladas de ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza, donde millón y […]

En la madrugada del pasado 31 de mayo, comandos del Ejército israelí asaltaron las embarcaciones que componían la llamada «Flotilla de la Libertad», una misión humanitaria respaldada por numerosas organizaciones solidarias y personalidades políticas y culturales de diferentes nacionalidades, que transportaba miles de toneladas de ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza, donde millón y medio de ciudadanos y ciudadanas palestinas sobreviven, hacinados, hambrientos y dolientes, al inflexible bloqueo y la reiterada violencia militar israelí. En el transcurso de esta acción de piratería naval contra buques civiles desarmados en aguas internacionales, la soldadesca israelí asesinó a nueve de los pasajeros e hirió a varias decenas. Las casi seiscientas personas que secundaban la Flotilla fueron después secuestradas por el Ejército de Israel, siendo muchas de ellas sometidas a vejaciones y malos tratos.

El resultado de las autopsias de los asesinados, el testimonio de los supervivientes y las pruebas audiovisuales que estos han logrado preservar del ataque y presentar a la opinión pública internacional no dejan ni el menor resquicio para la duda: el gobierno y el Ejército de Israel decidieron, planificaron y ejecutaron la matanza de forma perfectamente deliberada, conforme a un muy meditado cálculo político de costes y beneficios. Desde la Operación Plomo Fundido contra Gaza entre diciembre de 2009 y enero de 2010 (mil quinientos muertos, decenas de miles de heridos, bombardeo de escuelas, hospitales, infraestructuras civiles, edificios de la o­nU…), apenas una semana antes de la toma de posesión presidencial de Barack Obama en EEUU, Israel no ha hecho sino incrementar incesantemente la tensión para cortocircuitar hasta hacer imposible cualquier reencauzamiento, por vías políticas y diplomáticas, de la explosiva situación en Oriente Medio y Próximo. ¿Por qué? Porque la israelí es una sociedad profundamente enferma, que vive por, para y de la guerra, desde un punto de vista ideológico y cultural, pero también material: «Israel«, ha escrito la investigadora canadiense Naomi Klein (La doctrina del shock, ed. Paidós, 2007), «ha creado una economía que se expande como reacción directa a la escalada de la violencia«, basada en la exportación de armamento y tecnología bélica, servicios de seguridad, entrenamiento militar…

Exprimiendo hasta los posos una insoportable injusticia de medio siglo, Israel somete al millón y medio de habitantes de Gaza a un genocidio a cámara lenta, gemelo en forma y fondo al padecido a manos de los nazis por los judíos del gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial. Israel desmiembra la tierra palestina con un monstruoso muro de hormigón de cientos de kilómetros que divide pueblos y campos a su antojo. Israel prosigue su política de colonización mediante asentamientos ilegales en territorio palestino. Israel lanza constantemente ataques armados contra objetivos de todo tipo, provocando un interminable goteo de bajas civiles. Israel atesora decenas o centenares de cabezas nucleares, con las que amenaza a sus países vecinos y de las que se niega a dar cuenta a las instituciones internacionales. Y ahora, Israel tirotea a quemarropa y remata en el suelo a voluntarios civiles internacionales que transportan alimentos, medicinas, juguetes y ropa. Israel es un Estado terrorista y la comunidad internacional, con muy contadas excepciones (entre las que, por desgracia, no podemos incluir a España), mira para otro lado o pone paños calientes, pero nunca soluciones valientes y justas, sobre la mesa.

El Estado de Israel representa hoy la más clara y presente amenaza contra la paz mundial. La impunidad de sus crímenes es una vergüenza para el conjunto de la Humanidad. Una amenaza y una vergüenza que no deberían prolongarse ni un segundo más. No sólo la supervivencia del pueblo palestino, sino la dignidad de la entera tribu humana, están en juego con ello.

http://jfmoriche.blogspot.com

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[NOTA: una versión resumida de este texto se publicará en el número 4 (junio de 2010) de Ambroz. Versión digital disponible en http://www.radiohervas.es ]

http://www.kaosenlared.net/noticia/crimenes-impunidad-israel-sobre-ataque-flotilla-libertad