El ministro de Defensa laborista, Amir Peretz, culpa al Premier Ehud Olmert por el desastre ante Hezbollah e impulsa un comité judicial para investigar el accionar del gobierno y las fuerzas armadas durante la guerra. El Primer ministro admitió que «hubo vacíos y errores» pero sólo acepta una comisión de investigación pública que no tenga […]
El ministro de Defensa laborista, Amir Peretz, culpa al Premier Ehud Olmert por el desastre ante Hezbollah e impulsa un comité judicial para investigar el accionar del gobierno y las fuerzas armadas durante la guerra.
El Primer ministro admitió que «hubo vacíos y errores» pero sólo acepta una comisión de investigación pública que no tenga poder para remover funcionarios.
La Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset (Parlamento israelí), rechazó la propuesta de Olmert de permitirle designar a la comisión investigadora y ordenó una indagación judicial.
Las divergencias entre los dos principales socios de la coalición gubernamental en Israel se agudizaban, el pasado viernes 1 de septiembre, en torno a la investigación que se hará de las fallas en la guerra en El Líbano, de las que el ministro de Defensa y jefe del Partido Laborista, Amir Peretz, culpa al Primer Ministro y dirigente del partido Kadima, Ehud Olmert. «Para garantizar la imparcialidad y la transparencia de una investigación y lograr la confianza de la opinión pública es necesario crear una verdadera comisión de Estado», declaró Peretz a la prensa israelí.
La mayoría de los 19 diputados laboristas se pronunció por la creación de una comisión que tendría más poderes que la comisión investigadora pública, anunciada por Olmert el 28 de agosto.
La decisión del Primer Ministro, acusado de querer ocultar los errores de la guerra contra Hezbollah, provocó críticas en todos los sectores en Israel.
«No estábamos tan preparados como debíamos. Hubo vacíos e incluso errores. Aunque el balance general es positivo, no debemos esconder estos fallos», admitió este viernes un Olmert abrumado, ojeroso y serio.
Peretz, quien al principio se opuso a la comisión de Estado y había designado él mismo un panel para examinar las fallas del Ejército, cambió de opinión en los últimos días por la presión de los diputados laboristas, lo cual le ha valido numerosas críticas.
Los críticos argumentan que durante los 34 días de guerra el ejército israelí no logró ni siquiera reducir los disparos de cohetes de la guerrilla libanesa, Hezbollah, ni liberar a los soldados que fueron secuestrados por la misma.
Ahora, el gobierno de Olmert argumenta que el objetivo de la ofensiva militar de su país era conseguir que el gobierno libanés desplegara su ejército en el sur de El Líbano y, además, reforzar los contingentes de cascos azules de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la zona.
Pese al apoyo masivo que tuvo en los sondeos de opinión la guerra contra El Líbano, hoy más del 70% de los israelíes considera «pésima» la gestión de la guerra llevada a cabo por Olmert y su ministro de Defensa, el laborista Amir Peretz; y dos tercios estiman que el jefe de gobierno debería dimitir, según sondeo del diario «Yediot Aharonot».