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Cuando Israel se adhiera a la OTAN

Fuentes: Al Ahram Weekly

Traducción para Rebelión de Loles OLiván

Israel quiere ser miembro de la OTAN. Ya no dice que no a las alianzas militares. Ya no quiere distanciarse de los acuerdos militares occidentales. Quiere estar dentro.

La mayoría de los israelíes creen que ser miembros de la OTAN aumentaría la seguridad de Israel y el poder estratégico de la OTAN. Curiosamente no se ha producido ninguna reacción árabe al deseo de Israel de unirse a la OTAN, ningún intento árabe de bloquear la medida y ningún preparativo para hacer frente a sus consecuencias.

Israel y la OTAN se han ido acercando durante la última década más o menos. En 2000 la OTAN amplió su Diálogo Mediterráneo a través de conversaciones con siete países de Oriente Próximo y del Norte de África, a saber, Egipto, Israel, Argelia, Jordania, Marruecos, Túnez y Mauritania. En 2004, las conversaciones OTAN – Mediterráneo se celebraron bajo el nombre de «Asociación para la Paz». En el nuevo diálogo se incluyeron seis países más: Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí, y Emiratos Árabes Unidos. Israel, en particular, estaba ansioso de aprovechar todas las oportunidades que la Asociación para la Paz ofrecía.

El 24 de febrero de 2005, Jaap de Hoop Scheffer se convirtió en el primer secretario general de la OTAN que visitaba Israel. En el mes siguiente, la OTAN e Israel llevaron a cabo las primeras maniobras militares conjuntas en el mar Rojo. En pocas semanas, una flotilla de seis barcos de la OTAN recaló en el puerto israelí de Eilat. Israel (y Jordania) también participó por primera vez en una instrucción militar conjunta que tuvo lugar en el programa de la Asociación para la paz en Macedonia, en la antigua Yugoslavia, en febrero de 2005.

Según la revista militar Jane publicada en Reino Unido, «la posición geopolítica de Israel» proporcionaba a la OTAN una base extranjera para defender Occidente, en tanto que la OTAN militar y económica podría mejorar la seguridad y el potencial económico del «país anfitrión».

En junio de 2005, Israel participó en maniobras submarinas en la costa de Taranto, Italia. En aquel momento, fuentes de EE.UU. dijeron que Israel estaba tratando de ampliar «el alcance de su alianza estratégica» con la OTAN para prepararse para la adhesión plena a la Alianza. Las fuerzas terrestres israelíes también formaron parte de los ejercicios que la OTAN llevó a cabo durante dos semanas y media en Ucrania. En 2006, Israel dijo a la OTAN que quería participar «activamente en los esfuerzos operativos» llevados a cabo por la OTAN en el Mediterráneo como parte de la campaña para «hacer frente al terrorismo».

Poco después Israel organizó y participó en tres ejercicios militares con la OTAN y asistió a una conferencia de comandantes de la fuerza aérea de la Alianza. The Wall Street Journal informaba de la existencia de vínculos más estrechos entre la OTAN e Israel. Se citaba a Uzi Arad, fundador del Foro Atlántico de Israel, quien declaraba que Israel se beneficiaría de pertenecer a la OTAN. The Washington Post, por su parte, sostuvo que muchos países de Europa apoyaban el ingreso de Israel, aunque estaban esperando a que fuese Washington quien sugiriese tal medida.

A finales de junio de 2006, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes aprobó por unanimidad una decisión que reclamaba lazos más próximos entre Israel y la OTAN. Por consiguiente, Israel y la OTAN acordaron un plan a largo plazo para cooperar en 27 lugares de todo el mundo. Así, Israel se convirtió en el primer país no europeo y el primero de Oriente Próximo que coopera con la OTAN en un nivel decisivo.

Dos meses después del final de la guerra de 2006 en Líbano se celebró en Herzliya [Israel] un seminario sobre las relaciones OTAN-Israel. Asistieron al seminario la entonces canciller israelí, Tzipi Livni, quien dijo que Israel habría preferido que la OTAN «hubiera hecho el trabajo que llevó a cabo Israel en el Líbano». Añadió que Israel desea participar en las iniciativas regionales y locales de la OTAN. El vicesecretario general de la Alianza, Alessandro Risso, respondió señalando que el emplazamiento de un oficial de enlace israelí en la sede de la OTAN en Nápoles era un signo de la «vital cooperación» entre la OTAN e Israel.

A finales de 2006 se concedió a Israel un «acuerdo de asociación» con la OTAN de mayor enjundia que cualquier otro que la OTAN haya establecido hasta ahora con un país no europeo. Sin embargo, muchos en Israel y Occidente seguían reclamando la adhesión completa de Israel. Un analista político ruso, Eduard Sorokin, advirtió que Washington estaba usando la posible adhesión de Israel a la OTAN como una forma de mantener alerta a los países árabes. De acuerdo con la Carta de la OTAN, cualquier ataque contra un miembro de la Alianza se considera como un ataque a todos sus miembros. Así, según concluía Sorokin, cualquier futuro conflicto entre Israel y sus vecinos puede desencadenar un conflicto regional más amplio y, potencialmente, una guerra mundial.

The Jerusalem Post declaró que estrechar los lazos de Israel con la OTAN sería crucial en el caso de «una futura confrontación con Irán» (1 de abril de 2008). De hecho, Netanyahu pretendía que Israel se uniese a la OTAN incluso antes de llegar al poder por segunda vez como primer ministro. Desde entonces ha hecho de la pertenencia israelí a la OTAN una pieza central de su política.

El 13 de enero de 2009, The Jerusalem Post informó de que Israel había lanzado una «iniciativa diplomática» con el objetivo de influir en la ex secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright para que revisase la política de la OTAN. En enero de 2009, responsables israelíes se reunieron con Albright en Oslo para discutir la nueva estrategia de la Alianza. Durante la reunión, los israelíes expresaron su deseo de estrechar los vínculos con la OTAN y solicitaron un lugar propio en las reuniones de la cumbre de la Alianza.

Algunos en Washington han comentado que una vez que Israel sea aceptado como miembro pleno de la OTAN, la Alianza debería hacerse cargo de las misiones de seguridad en Cisjordania y en Gaza. Esta opinión no resulta tan descabellada teniendo en cuenta que el presidente Mahmud Abbas ha declarado en alguna ocasión que no sería mala idea que los estadounidenses negociaran con Israel en nombre de los palestinos».

Se dice que James Jones, asesor de seguridad nacional de EE.UU. que fue comandante de la OTAN en Europa desde 2003 hasta 2005, está preparando un plan para el control de los territorios palestinos ocupados en nombre de Israel. El plan, se asegura, implica vigilar las propias áreas palestinas.

Antes de que se lanzase contra Gaza la Operación Plomo Fundido, la OTAN ya intercambiaba inteligencia con Israel, compartían conocimientos en materia de seguridad y organizaban conjuntamente maniobras militares. Israel y la OTAN también colaboraron en programas de no proliferación. El ex jefe de la OTAN Scheffer visitó Israel en medio de la ofensiva israelí contra Gaza. Y en aquel momento, los responsables de la OTAN eran de la opinión de que la cooperación con Israel era esencial para su organización.

Sabemos todo lo que hay que saber acerca de la cooperación OTAN-Israel. Lo que no sabemos es lo que los dirigentes árabes tratan de hacer al respecto.

Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2010/984/op2.htm