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Cuba, Miami y «El Explote»

Fuentes: Insurgente

Cuba inicia el 11 de septiembre, en La Habana, la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), donde todo parece indicar que en la misma se producirá una revitalización de ese movimiento, en la dirección de avanzar hacia un mayor protagonismo de naciones aún lejos de alcanzar un Desarrollo Humano en el cual […]

Cuba inicia el 11 de septiembre, en La Habana, la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), donde todo parece indicar que en la misma se producirá una revitalización de ese movimiento, en la dirección de avanzar hacia un mayor protagonismo de naciones aún lejos de alcanzar un Desarrollo Humano en el cual crecimiento y equidad vayan de la mano, para que hombres y mujeres puedan disfrutar de una existencia decorosa, sin exclusiones, sin discriminaciones.

No por gusto, la anfitriona y presidenta a las puertas de NOAL acude al cónclave dispuesta a fortalecer la cooperación entre los países no alineados; para ello, propondrá acciones concretas en materia de salud, educación y energía, en las que la Isla cosecha resultados, más allá de una intención unitaria que el canciller cubano Pérez Roque enunció en los siguientes términos:

«Sufrimos hoy la pretensión de algunas potencias de imponerse hegemónicamente recurriendo a políticas unilaterales y agresivas que se sustentan en la superioridad militar, el agravamiento de la injusticia y la inequidad de un orden económico insostenible y el desprecio por los poderosos de las normas más elementales del Derecho Internacional y los principios y propósitos consagrados en la Carta de la ONU. Estas son las razones que demuestran la urgencia de mantener un frente unido en la defensa del derecho de los pueblos a la autodeterminación y la independencia, a la soberanía y la integridad territorial. Es necesario trabajar juntos en el reclamo del derecho de nuestros pueblos a la paz y al desarrollo. Hoy, como nunca antes, se impone la acción solidaria del Sur en la lucha por la democratización de las relaciones internacionales y la reestructuración del sistema económico y financiero internacional.»(1)

Cuba, la vituperada Cuba por diz que violadora de derechos humanos, una vez más se propone volar alto. Poco importa que Fidel Castro convalezca de una grave enfermedad que le apartó temporalmente del ejercicio de sus cargos y quizás le impida presentarse a los debates de la cumbre, o que la Isla celebre dicha reunión en tanto miles de cubanos la emprenden contra los riesgos de una epidemia de dengue. La Habana, siempre mágica e inesperada, verá el asistir de los jefes de Estado mientras un ejército se bate contra un mosquito, que pudo ser introducido por un adversario con vocación terrorista, pero que también pudo hallar un caldo de cultivo en más de una escandalosa negligencia.

Desconoce este periodista qué dirán sobre esa cumbre, y sobre esos contrastes, quienes en Miami se afanan porque esa ciudad floridana honre lo que la haría algo parecido a una «capital del anticastrismo». Y vale apuntar «haría», porque hasta los niños saben que la verdadera capital de esa mentada oposición se encuentra en Washington, allá, a orillas del Potomac. Quizás sin mosquitos, pero con unos índices de criminalidad al parecer muy superiores a los de La Habana.

Miami, a decir verdad, no parece por estos días «estar para cumbres», ocupadas las mentes en desentrañar el sorpresivo misterio de ciertos sucesos que en la jerga coloquial habanera se denominan como «El Explote».

Semejante «saltar por los aires» no se refiere al estallido de una bomba, ni a un atentado terrorista. «El Explote» no es más que un conjunto de acontecimientos en virtud de los cuales tales o más cuales funcionarios, estas o aquellas personalidades representativas de una institución, o de un liderazgo de opinión, son atrapados con las manos en la masa, para así desatarse un escándalo de vulgar corrupción.

Informes del miamense El Nuevo Herald revelaron que al menos «10 influyentes periodistas del sur de la Florida, entre ellos tres de El Nuevo Herald, recibieron con regularidad pagos del gobierno federal por comparecer en programas de radio y televisión en Radio y TV Martí, dos medios cuyo fin es socavar el gobierno comunista de Fidel Castro. Los pagos totalizaron miles de dólares durante varios años.»(2)

Siempre según el reporte, los dos «que más pagos recibieron fueron reporteros veteranos y una colaboradora de El Nuevo Herald, publicado por la matriz corporativa de The Miami Herald. Pablo Alfonso, quien reporta sobre Cuba y escribe una columna de opinión, recibió casi $175,000 desde el 2001 por conducir programas en Radio y TV Martí. La reportera independiente de El Nuevo Olga Connor recibió unos $71,000, y el reportero Wilfredo Cancio Isla, quien cubre temas relacionados con la comunidad exiliada y políticos, recibió casi $15,000 en los últimos cinco años. Alfonso y Cancio fueron despedidos inmediatamente después de que The Miami Herald cuestionó a los editores del diario en español sobre esos pagos. La relación de Connor con el rotativo como reportera fue terminada también.Alfonso y Cancio no quisieron hacer comentarios» (3)

No sólo en los manuales de ética profesional más citados del periodismo norteamericano, sino en su propia práctica, la aceptación de tales dineros y mucho más provenientes del gobierno, es vista como un gravísimo conflicto de interés que ha costado la carrera a más de un periodista. El Herald se ve obligado a reconocerlo no sólo cuando despide a dos de sus «estrellas» del tema cubano — Alfonso y Cancio – sino cuando en su reporte manifiesta que «Expertos en ética indicaron que es común la compensación a periodistas por parte de otros organismos de información, pero no por el gobierno, basado en los principios de la Primera Enmienda, que respaldan una prensa independiente». (4)

» ‘Este es un caso obvio, para libros de texto — declaró Jon Roosenraad, profesor de Periodismo de la Universidad de la Florida–Es exactamente como si un reportero de negocios trabajara también a tiempo parcial como agente [de relaciones públicas] para una compañía local en sus horas extra, y que regresara a su periódico al día siguiente y escribiera sobre `su’ compañía’, agregó.»(5)

Palabras como las de Roosenraad permiten calificar a los involucrados como agentes de la noticia gubernamental estadounidense. Por cierto, nada solos. A 24 horas de conocerse los despidos, el propio Herald informaba sobre reacciones opuestas a la decisión de su gerencia, provenientes desde simples lectores hasta de congresistas patológicamente anticastristas como Lincoln Díaz-Balart, quien expresó que «»Es un asunto muy serio. Primero, porque los periodistas despedidos son muy respetados. Segundo, porque alegar que hay falta de profesionalismo y objetividad en Radio y TV Martí es incierto e injusto. Y tercero, porque existe la duda sobre si esto fue una petición del régimen cubano a la nueva empresa matriz del Herald». (6)

Tómese nota: ya se pretende acusar a la gerencia de The Miami Herald de reclutada por la Seguridad del Estado de Cuba, nada más alguien tomó la decisión de dirigir el diario según normas éticas reconocidas por lo mejor de la prensa norteamericana. De paso, la falta de profesionalidad y objetividad de Radio y TV Martí es un hecho discutido por el Congreso de los Estados Unidos, donde personalidades nada sospechosas de fidelismo se han explayado de lo lindo para criticar sus programaciones.(7)

Discrepancias ideológicas aparte, resulta completamente absurdo pensar que periodistas expertos como los involucrados en «El Explote», desconocieran las consecuencias que, de saberse, podría traerles el aceptar pagos del gobierno a la hora de opinar sobre temas en los cuales se le considera profundos conocedores. De idéntico modo, resulta completamente absurdo pensar que semejantes violaciones a la ética del periodismo estadounidense fueran desconocidas para muchos que desde diferentes instituciones velan real o supuestamente por la tan proclamada objetividad de los medios de prensa de los Estados Unidos.

Por ello, tanto una, como la otra certeza, invitan a pensar que en «El Explote» hay gato encerrado. O la nueva gerencia de The Miami Herald «se puso los pantalones» en nombre de una prensa ética — demostrado que a la larga «vende más» – o ciertas calladas influencias han comenzado a operar en el ambiente de «política municipal y espesa» que caracteriza a la ciudad floridana. La perra vida, la maestra vida, se ha encargado de probar en más de una ocasión que cuando el interés de seguridad nacional estadounidense opera en la dirección Cuba, el anticastrismo barato de Miami se ve obligado a la genuflexión ante el amo, gústele o no. Dice un lamentable refrán que a los periodistas se les paga o se les pega. Pues bien, unos cuantos reporteros corruptos pueden ser buenas cabezas de turco para hacer saber quién, siempre, ha tenido la sartén por el mango. Sobre todo si el Servicio Geológico de los Estados Unidos estima que Cuba dispone de entre 4 mil y 9 mil millones de barriles de reservas petrolíferas en su zona marítima de explotación económica, curiosamente tan cercana a las costas de La Florida.

Por ahora, conjeturas. Entretanto, Cumbre en La Habana; en Miami, «El Explote».


1.-Felipe Pérez Roque. Discurso pronunciado en el segmento ministerial de la Cumbre de la Unión Africana. Banjul, Gambia ,30 de junio del 2006.
2.-
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/15465964.htm
3.-ibídem 2.
4.-ibídem 2.
5.-ibídem 2.
6.-
http://www.miami.com/mld/elnuevo/15476468.htm
7. – An Assessment of Cuba Broadcasting. The Voice of Freedom. Hearing Before The Subcommittee On International Operations and Human Rights of The Committee On International Relations. House of Representatives. One Hundred Seventh Congress. Second Session, June 6, 2002.
Serial No. 107-94


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