El bloqueo económico que por casi 50 años han impuesto los Estados Unidos de América contra Cuba, nos han perjudicado enormemente y nos han causado daños que ascienden a más de 90 mil millones de dólares. Sin embargo, nunca lograron aislarnos y fracasaron en su intento de impedir nuestra influencia en el escenario internacional, aún […]
El bloqueo económico que por casi 50 años han impuesto los Estados Unidos de América contra Cuba, nos han perjudicado enormemente y nos han causado daños que ascienden a más de 90 mil millones de dólares.
Sin embargo, nunca lograron aislarnos y fracasaron en su intento de impedir nuestra influencia en el escenario internacional, aún cuando ésta se limitara en muchas ocasiones a una influencia de carácter moral y política, lo cual no le restaba importancia. Nuestro ejemplo de resistencia y dignidad, posiblemente ha sido nuestra mejor arma de exportación. Enfrentados a la potencia hegemónica mundial, que se consideró la dueña del mundo después de la desaparición del socialismo en la URSS y Europa Oriental, nunca cedimos en nuestros principios y nos mantuvimos firmes en nuestras ideas y en la defensa de la independencia nacional.
Hemos dado un valioso ejemplo de que aún un pequeño país, situado en las mismas costas del Imperio, sometido a un riguroso bloqueo económico, víctima de una política agresiva y de campañas permanentes de desinformación que a veces se transforman en verdadero terrorismo mediático, puede no solo resistir, sino avanzar obteniendo logros sociales, en educación, salud, empleo, cultura, deportes, seguridad, defensa y otros, que todavía constituyen verdaderos sueños para países del Tercer Mundo.
Ello ha llevado a nuestro país a convertirse en un punto de referencia y una potencia moral a nivel mundial. Hoy, mientras el imperio, sumergido en profunda crisis económica y moral, ve erosionarse su carácter de potencia hegemónica en un mundo que parece avanzar cada vez más rápidamente hacia su condición multipolar, Cuba se levanta aún más como polo de referencia para muchos países.
La Isla ha logrado éxitos, en su condición de Presidente de la Organización de Países No Alineados, en reactivar el papel de esta Institución. Su papel fue decisivo en cambiar el carácter de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, que estaba subordinada a los intereses políticos de los poderosos, transformándola en un nuevo Consejo de Derechos Humanos donde prima la igualdad y donde todos los países rinden cuenta por igual. El poderoso EEUU quedó fuera de este Consejo, posiblemente como castigo por utilizar amañadamente un doble rasero donde únicamente se juzgaba a los países que no se le subordinaban y se protegía a sus socios, aún cuando estos violaran escandalosamente los derechos humanos, como el caso de Israel, para solo mencionar uno.
Cuba se destacó en denunciar la hipocresía de EEUU y de sus aliados de Europa Occidental al utilizar como arma política el tema de la violación de derechos humanos y esta fue una de las razones por la que la antigua Comisión cayó en crisis y surgió el nuevo Consejo, con una composición más justa y equilibrada. Uno de los hechos que puso en evidencia la falta de moral de los países poderosos, fue cuando se negaron a apoyar, hace dos años, una propuesta de Cuba para que se investigara lo que sucedía en la tristemente célebre Base Naval de Guantánamo, convertida en campo de concentración y tortura. Tal como en el Infierno de Dante, en la entrada de esta base se encontraba un letrero que decía: «Abandonad aquí toda esperanza».
Obama ha dicho que terminará con esta desvergüenza. Esperemos a ver qué hace.
El prestigio de Cuba, su fuerza moral y dignidad, le abren amplios espacios en el nuevo escenario internacional que ya se vislumbra. En los últimos cuatro meses, 23 Jefes de Estado o Gobierno nos han visitado. Por orden cronológico, son los siguientes: En noviembre el Presidente de la República Poplular China; el Presidente de la República Federal Rusa; en diciembre, 14 máximos dirigentes del CARICOM, organización que reúne a los presidentes de los países del Caribe; en enero, Martín Torrijos, presidente panameño; Rafael Correa, del Ecuador; José Ma. Pereira, de Cabo Verde; Cristina Fernández, de Argentina; en febrero, Bachellet, de Chile; Pohanda de Namibia; Alvaro Colon, de Guatemala. Con todos estos países mantenemos creciente comercio y colaboración, en casi todos ellos existen colaboradores cubanos de medicina o participan en campañas de alfabetización.
Hacia el exterior, el presidente Raúl Castro visitó, en la segunda mitad de diciembre, Venezuela, país que bajo el gobierno de Chavez, se ha convertido en el principal socio comercial de Cuba, y Brasil donde además de cumplir una importantísima visita bilateral, participó en cuatro cumbres: la del Mercado Común del Sur, la Comunidad de Países del Sur, la del Grupo de Río y la 1ra. Cumbre de América Latina y el Caribe. Allí se aceptó por aclamación, la entrada de Cuba en el Grupo de Río y se demandó unánimemente a los Estados Unidos, que ponga fin al bloqueo que mantiene contra Cuba. Por primera vez los dirigentes latinoamericanos se reunieron sin la presencia de potencias extraterritoriales y guiados por las enseñanzas de José Martí y Simón Bolivar, de que América Latina es una, la que fluye desde el Rio Grande hasta la Patagonia.
Nuevos tiempos en Latinoamérica, que definitivamente ya no volverá a ser el patio trasero del Imperio.
Más recientemente, en este mes de febrero, el presidente cubano realizó importantes visitas a Rusia, donde firmaron importantes acuerdos y donde se afirmó la recuperación del carácter estratégico de las relaciones entre nuestros países. Visitó igualmente la República Popular de Angola, con la que existen no sólo nexos históricos importantísimos, sino también creciente colaboración económica y comercial; y finalmente Argelia, país tradicionalmente aliado al que nos unen nexos multilaterales de gran importancia.
Estas son señales prometedoras de una nueva y positiva dinámica internacional, cuyas señas también aparecen en otras regiones del mundo, de las cuales no estamos muy lejos, sólo hay que saberlas interpretar.
Ankara, 16 de febrero del 2009.
Ernesto Gómez Abascal es Embajador de Cuba en Turquía