La mentalidad colonialista de los editores del diario español El País no conoce límites y revela descarnadamente la penosa decadencia intelectual de quienes tripulan los pulpos mediáticos. «Raúl Castro se atrinchera contra el mundo», titula la nave insignia del Grupo Prisa, como si el mundo, la humanidad, se redujera a las elites gobernantes de Estados […]
La mentalidad colonialista de los editores del diario español El País no conoce límites y revela descarnadamente la penosa decadencia intelectual de quienes tripulan los pulpos mediáticos. «Raúl Castro se atrinchera contra el mundo», titula la nave insignia del Grupo Prisa, como si el mundo, la humanidad, se redujera a las elites gobernantes de Estados Unidos y Europa y sus sirvientes locales de los países «en desarrollo». Los pueblos no cuentan y menos si son «de color» y se rebelan contra los desmanes civilizatorios del capital en América Latina, Asia y África.
El País se refiere al discurso de Raúl Castro en el Congreso de los jóvenes comunistas, donde el presidente cubano precisó que Cuba no cederá «al chantaje de ningún país o conjunto de naciones, por poderosas que sean» en alusión al farisaico apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos a las fantasiosas e inaceptables demandas de los huelguistas de hambre opositores, presos o en libertad, y la desvergonzada actitud de inculpar a Cuba por la muerte o el deterioro físico de esos individuos. ¿Concedería España lo más mínimo, por muy justa que fuera la petición, a un preso vasco en huelga de hambre, este sí genuinamente político? La Thatcher dejó morir sin contemplaciones a los patriotas irlandeses encabezados por Bobby Sands sin que, por cierto, se inmutara esa misma prensa «occidental» que lleva a cabo la campaña de calumnias, mentiras e infundios contra Cuba. Estados Unidos mantiene en prisión a los cinco antiterroristas cubanos recurriendo a una farsa judicial grotesca que viola su propia Constitución y leyes y esa misma prensa guarda silencio ante una violación tan flagrante del Estado de derecho. Como ante todos los crímenes imperialistas siempre. Ni una sola palabra sobre el genocidio fascista en Hiroshima, Vietnam, o el que se comete en las actuales guerras coloniales de Washington contra Irak, Afganistán y Pakistán, apoyadas por la Unión Europea y en las que han perdido la vida centenares de miles de civiles muchas veces cobarde e impunemente asesinados o torturados por la soldadesca yanqui. Silencio sobre el genocidio en cámara lenta del pueblo palestino a manos de Israel y el despiadado bloqueo de Gaza. Silencio sobre los miles de millones de pobres y hambrientos en este planeta y la amenaza de extinción de la especie humana cuya única causa es el sistema capitalista. Claro, sería mucho pedir una condena del Parlamento Europeo a esos crímenes pues sólo le interesa denostar a los que desafían el orden establecido.
No puedo abstenerme de citar aquí una sentencia fulminante del cantautor Silvio Rodríguez: …a cada instante se habla peor de Cuba, la mayoría de las veces sin fundamentos, sólo porque lo desean… los dueños de la llamada Gran Prensa y del 90 por ciento de Internet; los mismos sinvergüenzas que hace 50 años nos tienen bloqueados de todo menos de su sacrosanta información… en el reciente curso escolar sólo se han podido admitir dos estudiantes de piano en cada conservatorio cubano. No hace mucho podía entrar una docena… He aquí una «gloriosa hazaña» de ese bloqueo…
Si la revolución Cubana ha logrado sostenerse victoriosa frente a la desenfrenada hostilidad y al férreo cerco de Estados Unidos y de la burguesía internacional por más de medio siglo se debe a dos razones principales. Una es el apoyo popular a su liderazgo, y la otra, que nunca ha cedido un milímetro en cuestiones de principio, como sería el caso si accediera a las peticiones de los huelguistas de hambre de la exigua contrarrevolución interna que no representa a ningún sector del pueblo cubano, además de contar con el rechazo o la indiferencia de este. De Cuba se pueden lograr los más generosos gestos con buena voluntad pero n ada desde posiciones de fuerza.
Cuba, por demás, está muy bien acompañada por la solidaridad de los pueblos del mundo, de una América Latina con gobiernos progresistas que impulsan su unidad e integración, de muchos de los más destacados intelectuales, artistas y luchadores sociales de nuestra América, Europa y Estados Unidos, que han firmado la declaración En Defensa de Cuba lanzada desde México por la Red En Defensa de la Humanidad en rechazo a la actitud arrogante e injerencista del Parlamento Europeo y de todos cuantos atacan a la isla con doble rasero y tejado de vidrio desde el mendaz argumento de los derechos humanos.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/04/08/index.php?section=opinion&article=021a1mun