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Cuba y sus retos actuales

Fuentes: Rebelión

La Revolución cubana cumple 52 años en un momento crítico, crucial y decisivo para preservar sus enormes conquistas sociales y avanzar en la solución del complejo tema económico, fundamental para la construcción de un socialismo viable y sustentable. El Presidente Raúl Castro reconoció fría, tajante y descarnadamente la necesidad del cambio recientemente: «O rectificamos o […]

La Revolución cubana cumple 52 años en un momento crítico, crucial y decisivo para preservar sus enormes conquistas sociales y avanzar en la solución del complejo tema económico, fundamental para la construcción de un socialismo viable y sustentable.

El Presidente Raúl Castro reconoció fría, tajante y descarnadamente la necesidad del cambio recientemente: «O rectificamos o nos hundimos»…»se está jugando la vida de la revolución» (Discurso de cierre de discusión de la Asamblea Popular, efectuado el pasado 18 de diciembre, http://www.cubadebate.cu/)

Voces respetadas que apoyan la revolución, también hacen señales de alerta.

«En estos días Cuba se enfrenta a un dilema de hierro: o actualiza, revisa y reconstruye su modelo económico o la revolución corre el serio riesgo de sucumbir ante la presión combinada de sus propios errores y las agresiones del bloqueo estadounidense» ( Atilio Borón, «Un Plan Marshall para Cuba», http://www.rebelion.org/noticia.php?id=119331)

La relevancia otorgada al tema económico es tal, que será el único a discutir en el próximo VI Congreso del Partido Comunista de Cuba a celebrarse en abril próximo; más adelante -en fecha aún sin definir- se desarrollará la Conferencia Nacional del Partido que determinará nuevos métodos y estilos de la organización ante el reconocimiento de que el Partido se ha inmiscuido en tareas que son competencia del gobierno y ha descuidado las propias.

En el mes de noviembre del año anterior, se dio a conocer a la población en Cuba, el Proyecto de Lineamientos del Programa Económico y Social, el cual se ha orientado discutir en los centros laborales y a través de las distintas organizaciones de masas. El documento está conformado por 291 lineamientos y separado en 12 esferas que abarcan los renglones sustanciales de la vida económica del país, desde el modelo de gestión económica, las políticas macroeconómicas, política económica externa, hasta la ciencia, tecnología e innovación, deportes, política social, agroindustrial, turismo, transporte, comercio y otros no menos importantes.

Conceptos como crecimiento de la productividad del trabajo, auto sostenibilidad financiera, incremento de las exportaciones, sustitución de importaciones, eliminar subsidios y gratuidades indebidas, propiciar la participación del capital extranjero, compensar al menos los costos de la colaboración solidaria que brinda Cuba, prioridad en la participación en la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), integrar con eficiencia la ciencia y la tecnología a la base productiva, ampliar el ejercicio de trabajo por cuenta propia, gradual descentralización hacia los gobiernos locales, son ejemplo de las orientaciones que se proponen en los citados lineamientos.

Los lineamientos parecen estar bastante claros y no se observa objeción hacia ellos de parte de la sociedad cubana, por el contrario, el problema central está en la implementación de los cambios que se derivan de ese proceso, como aseguró en entrevista reciente Roberto Verrier, presidente de de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120499&titular=destacan-papel-del-economistas-cubanos-en-discusión-popular-de-cambios-económicos-).

Aspecto central y prioritario a enfrentar de la problemática económica, son los bajos salarios de los trabajadores, razón de una de las principales quejas e insatisfacciones de la población. El salario se paga en moneda nacional y corresponde en promedio a unos $19 mensuales. Representa un poder adquisitivo sumamente bajo para satisfacer los requerimientos básicos de alimentación, calzado, limpieza, ropa, recreación y otros.

Los alimentos que se otorgan subsidiados por la libreta de racionamiento, apenas cubren poco menos de un tercio de los requerimientos mensuales de la población. Dicha libreta está condenada a desaparecer pues ello ya se advierte en los «Lineamientos», debido a la tendencia a ir eliminando gradualmente los subsidios, lo que parece legítimo ante las dificultades financieras del Estado, pero ello no deja de provocar zozobra entre la población de menores ingresos. El Presidente Raúl Castro ha remarcado en sus últimas intervenciones que se buscará subsidiar personas y no productos en referencia a atender a los más desprotegidos.

La relevancia de lo anterior, es advertida por académicos cubanos:

«El desafío interno más importante que enfrentará el liderazgo encabezado por Raúl Castro será el de resolver la creciente demanda de que el salario y los ingresos legales de todos los cubanos tengan el valor necesario para resolver sus necesidades cotidianas» (Alzugaray Treto Carlos «Cuba cincuenta años después: continuidad y cambio político» Revista Temas N° 60, octubre-diciembre del 2009 www.temas.cult.cu, http://www.rebelion.org/docs/99236.pdf )

Cuba importa actualmente entre el 70 y el 80 % de sus requerimientos alimenticios y los precios de los alimentos a nivel mundial experimentan un marcado incremento, producto de la escasez, especulación, sequía y efectos del cambio climático, lo que pone en serios aprietos al Estado cubano para lograr proveer a su población. La agricultura es ahora también un renglón altamente prioritario, desde el 2008 se inició mediante decreto ejecutivo un programa de dotación de tierra ociosa en usufructo para buscar mejorar la producción alimentaria, pero los problemas organizativos, de bajos incentivos y de disponibilidad de recursos, no han permitido avanzar como se espera y desea; también existe un impulso importante al desarrollo de la agricultura urbana y suburbana.

La aplicación de los cambios estructurales propuestos, apuntan a incidir positivamente en un mayor desarrollo de las fuerzas productivas. Está claro que sin un salto en la producción y productividad de bienes y servicios, no habrá riqueza generada que repartir y en consecuencia, los salarios y el poder adquisitivo de los mismos no podrán mejorar.

Países como Vietnam y China cuyos Estados son dirigidos actualmente al igual que Cuba por Partidos Comunistas, introdujeron cambios estructurales desde hace ya varios años en su economía, orientados hacia la creación y desarrollo de pequeñas y medianas empresas privadas. Los segundos son ahora la segunda economía mundial y en próximos años serán la primera, Vietnam ha tenido un crecimiento económico sostenido impresionante y entre sus virtudes está el ser actualmente segundo exportador mundial de arroz y café. A pesar de los avances, estos países enfrentan serios problemas de desigualdad, lo que el gobierno cubano no desea propiciar con los cambios a efectuar.

«…para lograr las metas propuestas, varios aspectos del proceso de reformas implantado en China tienen vigencia para Cuba. En primer lugar, la priorización del desarrollo de las fuerzas productivas para alcanzar los propósitos socialistas. En segundo lugar, la adopción del principio de que el socialismo se construye sobre la base de las características específicas de cada país». (Alzugaray Treto Carlos, ibid, Revista Temas)

No se trata de copiar modelos, pero sí de aprender de las experiencias exitosas como escuché decir al destacado sociólogo Aurelio Alonso Subdirector de la Revista Casa de Las Américas de Cuba, durante un reciente coloquio celebrado en La Habana para reflexionar sobre el bicentenario de las Independencias en nuestra América a la luz de nuestros días: «Cuba tampoco es modelo, es una experiencia sistematizable…….Caminante no hay modelo, se hace modelo al andar»

El giro hacia el fortalecimiento del llamado trabajo por cuenta propia, que en el fondo es la legalización y ampliación del trabajo artesanal de servicios ya existente y el punto de partida hacia la creación y desarrollo de micros, pequeñas y medianas empresas en forma cooperativa, mixta, privada o auto gestionadas como proponen algunos, parece una medida acertada.

El reto no parece fácil de afrontar en un país en que por décadas se ha aplicado un modelo centralista e hiper estatizador de la economía que ya desde los inicios de los años 90 había sido advertido como caduco. Está también presente el más de un millón de trabajadores que deberán salir de la esfera estatal.

En la población se manifiestan lógicamente incertidumbres, dudas y recelos ante experiencias anteriores que fracasaron; habrá también que vencer prejuicios y trabas burocráticas nada despreciables. Se escuchan voces de interesados en demanda de créditos para las nuevas empresas y participación en las decisiones para la elección de los insumos requeridos para el funcionamiento de las mismas.

Se requiere establecer empresas tanto de manufactura como de servicios. Hay también voces que demandan que el Estado se centre en la función reguladora y en administrar las empresas estratégicas, atendiendo experiencias exitosas en otras latitudes como las señaladas.

El trabajo no estatal, deberá eso sí ser promovido y regulado por el Estado. Se afirma que un millón ocho cientos mil cubanos dejarán de trabajar para el Estado en un periodo de cinco años, desde octubre del 2010 hasta el primer trimestre del año que inicia, dejan de pertenecer a él alrededor de 500 mil trabajadores.

Camila Piñeiro Harnecker, joven investigadora cubana, va más allá en identificar el tipo de problemas de la sociedad cubana que no solo se restringen a la esfera económica, aunque sí hace énfasis en estos aspectos y también sugerencias: (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120248&titular=cuba-necesita-cambios-pero-que-nos-hagan-avanzar-y-no-retroceder-)

«Sin dudas, reitero nuevamente lo que es obvio para cualquier conocedor de la realidad cubana: que debemos cambiar incontables aspectos estructurales de la organización de nuestra sociedad en todas las esferas de la vida económica, política, jurídica, comunicación, etc. Debemos romper la inercia de tantos años sin afrontar las causas de fondo de los graves problemas que nos desgastan y degradan, y provocan un generalizado y justificado descontento».

«La expansión de la corrupción de administradores estatales que ha tenido lugar a partir de las reformas de los años noventa, no se debe sólo a que ellos no puedan satisfacer sus necesidades con sus salarios, sino también que ni los trabajadores ni los ciudadanos tenían los medios ni la motivación para controlarles su gestión».

«Lo que en realidad propongo son cambios radicales, lo que no implica extremismo sino el reconocimiento de que es necesario ir a las raíces o causas de fondo de los problemas que nos asechan para realmente solucionarlos. Por ejemplo, en lugar de descentralización de la gestión empresarial y de gobierno, propongo su democratización, que es ir más allá. La democratización implícitamente incluye la descentralización, pues democratizar significa que las personas puedan participar en la toma de decisiones sobre aquellos asuntos que afectan sus vidas, en su implementación y control; y hay innumerables decisiones que afectan fundamentalmente a un colectivo de trabajadores o una comunidad específica y por tanto son ellos los que-teniendo en cuenta intereses sociales más amplios-deben tomarlas descentralizadamente. De lo que se trata es que el poder de tomar decisiones, de gestionar, no quede en manos de los consejos de dirección de las empresas o gobiernos locales, sino de los propios trabajadores y ciudadanos».

Pero no solo son los tipos de gestión de las empresas le que hay que definir y establecer, se requieren importantes recursos financieros para responder con mayores posibilidades de éxito ante los cambios anunciados. Atilio Borón nos advierte en su ya citado artículo, de la necesidad de que los países de la región, fundamentalmente Argentina, México y Brasil, cancelen unilateralmente la deuda que Cuba tiene con ellos y además se cree un fondo de emergencia de $10,000 millones para apoyar los cambios económicos urgentes que Cuba se ha planteado realizar. Se alude, a la deuda moral que muchas naciones tienen con Cuba por la enorme solidaridad desplegada por esta a lo largo de décadas y por el significado histórico de ser muro de contención ante la acción y provocación imperialista y el ejemplo de valor, autodeterminación y principios humanistas de su pueblo y gobierno.

Cuba tiene un potencial enorme para el desarrollo de sus fuerzas productivas, la educación y procesos de formación de su población han sido una prioridad. Se ha atendido con eficacia la máxima de su más insigne héroe nacional José Martí, «ser cultos para ser libres». Cuenta con más de un millón de profesionales universitarios graduados. Actualmente posee 10,300 doctores en ciencias y más de 45 mil másteres en ciencias. Más de 150 mil profesionales cubanos realizan hoy estudios de posgrado.

Cuenta a la vez con un denominado «Polo Científico» conformado por 23 instituciones de alto nivel que investigan, producen y comercializan productos farmacéuticos y biotecnológicos principalmente. La investigación científica impulsada por iniciativa y apoyo del máximo líder de la revolución Fidel Castro, también ha sido una prioridad para suplir necesidades y avanzar en el desarrollo científico técnico. En virtud de ello Cuba es reconocida actualmente como una potencia del mundo subdesarrollado en ese renglón.

La principal fuente de divisas no lo representa el turismo que lleva al país más de 2 millones y medio de visitantes al año, sino la venta de servicios de salud principalmente.

Renglón de insatisfacción de los cubanos, es también el excesivo secretismo y la ausencia de discusión a fondo y diálogo con amplia participación en los temas torales internos como es el económico -ya su Presidente Raúl Castro, le dedicó espacio importante a esta falencia en el citado discurso de clausura-. Académicos de la Universidad de La Habana y otros especialistas como el nombrado Aurelio Alonso, advierten en sus análisis, la falta en Cuba de una cultura de diálogo y debate. Cartas a la redacción del periódico oficial del Partido, también hacen hincapié en la necesidad de un mayor abordaje de los temas que impactan mayormente la vida cotidiana de los cubanos. Citan como ejemplo el hecho de que el programa diario de debate en la TV cubana denominado «La Mesa Redonda», privilegia los temas de política internacional sin prácticamente aludir los urgentes temas nacionales.

Aurelio Alonso y Alzugaray nos ilustran en sus trabajos sobre la importancia de la promoción del diálogo y el tipo de debate a implementar:

«El diálogo es una realidad aún muy incompleta, imperfecta, pobremente lograda. Es sobre todo un desafío: el desafío con el cual comienza el siglo. Y esto no es válido solamente para los cubanos, es una afirmación que toca a todas las esferas de la sociedad humana. Pero para que las cosas cambien no hay que esperar por nadie. Hay que asumir la iniciativa de cambiar».

Cuba («El diálogo entre cubanos. Apuntes para el debate». Revista del Consejo Arquidiocesano de Laicos en La Habana; julio-sept. 2010; http://espaciolaical.org):

«En demasiados dirigentes parece predominar la idea que el único objetivo de un debate es convencer a los ciudadanos, sea cual sea su posición, de que el curso de acción trazado por las instancias superiores, en un determinado momento, es el verdaderamente revolucionario y que toda crítica o disidencia surge de la confusión ideológica o, peor, de actitudes antirrevolucionarias» ( Alzugaray Treto Carlos, ibid, Revista Temas)

Raúl Castro indicó en su referido discurso que l a construcción del socialismo es un viaje hacia lo ignoto, hacia lo desconocido. Sistema que busca privilegiar la equidad, la solidaridad y el bienestar humano por encima de todo. Cuba debe seguir avanzando a pesar de las enormes dificultades, reconociendo y enmendando errores, tomando lo mejor de otras experiencias y adaptándolas a su realidad específica, con paso firme y decidido en una transformación política y económica de su sociedad hacia el destino emancipador trazado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.